Sin embargo, contaba también con algunos espacios verdes, como el St. Vartan Park, un importante parque infantil, amado por las familias por su amplitud y variedad de juegos bajo copiosos árboles. El nombre del parque estaba relacionado con la herencia armenio-estadounidense, ya que se debía a la proximidad con la Iglesia Ortodoxa Armenia.
St. Vartan Park
Y
continuando por la misma avenida, llegamos al edificio de la Organización de
las Naciones Unidas, que se encontraba a orillas del río East, sobre la costa
de la Turtle Bay, nombre dado a la bahía como metonimia para la ONU.
Si bien
esta sede se localizaba en la ciudad de New York, la tierra ocupada y los
espacios de los edificios que rentaba, estaban bajo la administración exclusiva
de las NNUU, y no del gobierno de los Estados Unidos; sin embargo, a cambio de
la protección de la policía de la ciudad, bomberos y otros servicios, las
Naciones Unidas aceptaban reconocer las leyes locales, estatales y federales-.
El rascacielos
de ciento cincuenta y cuatro metros de altura había sido inaugurado en 1952, en
terrenos que habían pertenecido a un matadero, bordeado por los apartamentos
Tudor City, de la familia Rockefeller.
En lugar de llevar a cabo una competencia por el diseño de la sede, la ONU decidió encargarle a un equipo multinacional de prestigiosos arquitectos la elaboración del diseño. El arquitecto norteamericano Wallave K. Harrsion fue nombrado Director de Planeamiento, y el Consejo de Diseñadores Consultores, estuvo integrado por planificadores e ingenieros nombrados por diversos gobiernos: N. D. Bassov de la Unión Soviética, Gaston Brunfaut de Bélgica, Ernest Cornier de Canadá, Le Corbusier de Francia, Liang Seu-Cheng de China, Sven Markelius de Suecia, Oscar Niemeyer de Brasil, Howard Robertson de Inglaterra, G. A. Soilleux de Australia y Julio Vilamajó de Uruguay. Y si bien todas las sugerencias fueron tenidas en cuenta, el proyecto final se basó en las propuestas de Niemeyer y Le Corbusier.
Edificio de la Organización de las
Naciones Unidas
Siempre por la Primera Avenida, y entre las calles E47 y 48, nos encontramos ante la Trump World Tower, cuya construcción fuera completada en 2001. El edificio contaba con doscientos sesenta y dos metros y setenta y dos plantas, con estructura de hormigón para aumentar su resistencia al viento.
La Trump World
Tower
Tomamos
E49 Street donde también se destacaban varias moles edilicias. Luego cruzamos
la Tercera Avenida, la Park Avenue y la Quinta Avenida, para llegar finalmente
al Rockefeller Center.
Moles edilicias de
E 49th Street
Cruzando la
Tercera Avenida
En E 49th St. y Park
Avenue
En la Quinta
Avenida
Rockefeller Plaza
El
Rockefeller Center era un complejo de diecinueve edificios comerciales que cubría
veintidós acres entre las calles W48 y 51 construido por la familia Rockefeller,
encontrándose allí algunas de las boutiques más lujosas de New York, multitud
de tiendas y teatros de gran reputación, como el Radio City Music Hall, por lo
que fuera declarado Hito Histórico Nacional en 1987.
Edificios del
Rockefeller Center en la W 49St.
Yendo
hacia el oeste, pasamos por varios locales comerciales, entre ellos, restoranes
de diversos orígenes gastronómicos para diferentes bolsillos, como de Italia,
México y Brasil, entre otros. Además, negocios donde se vendían recuerdos a
precios accesibles. Esto demostraba, no solamente, el cosmopolitismo de New
York, sino también, la diferencia socio-económica interna que la caracterizaba.
Ristorante
Alfredo en W 49St.
Restoranes italianos
y mexicanos
Recuerdos a
precios accesibles
Comida brasileña
en la Octava Avenida
Por
la avenida Octava llegamos hasta la torre Hearst, sede mundial de dicha
coroporación, que albergaba las numerosas empresas de publicaciones y
comunicaciones de ese conglomerado mediático que incluía, entre otras, a
Cosmopolitan, Esquire, Marie Claire, Harper’s Bazaar, Good Housekeeping y
Seventeen.
La
base de seis plantas sobre las que se elevaba el rascacielos se había coemzado
en 1928, habiendo sido encargado por el fundador de la empresa, William Randolph
Hearst, pero, debido a la Gran Depresión, se suspendió su construcción,
retomándose recién ochenta años después, en 2006, con un nuevo diseño. La torre
contó con ciento ochenta y dos metros de altura y cuarenta y seis plantas, con
una extraña estructura con soportes de forma triangular, también conocida como “diagrid”.
En
2006, el edificio recibió el Premio de Rascacielos Emporis, que lo reconoció
como el mejor tascacielos construido en el mundo durante ese año; y en 2016,
también recibió el Premio 10 Year Award-Winner, galardón que reconocía el rendimiento
óptimo de un edificio diez años después de su construcción.
La Torre Hearst fue el primer rascacielos de oficinas ecológico de New York, teniendo varios elementos medioambientales. El suelo del atrio estaba pavimentado con caliza conductora del calor, y debajo de él había tuberías de polietileno con agua en circulación para enfriar el ambiente en verano y calentarlo en invierno. La lluvia recogida en la azotea se almacenaba en un tanque en el sótano para su uso en el sistema de refrigeración, para regar las plantas, y para la fuente del vestíbulo principal. El ochenta y cinco por ciento del acero estructural había sido producto del reciclado. Y, en total, el edificio se diseñó para usar un veintiséis por ciento menos de energía que los requisitos mínimos de New York, consiguiendo así, la certificación LEED ORO del United State Green Building Council, siendo el primero en recibirla.
La torre Hearst
Avenida de las Américas
Yves Saint
Laurent y NOKIA
CHANEL y Dior en E
57th St.
ARMANI COLLEZIONI
Tiendas de moda
internacional
Unas cuadras más, y llegamos a la plaza Grand Army, frente al céntrico hotel Plaza, en la esquina sureste del Central Park, culminada en 1916, desde donde partían los tradicionales carruajes de la ciudad.
Carruajes en la
plaza Grand Army, frente al Central Park
The Pond, una de
las lagunas del Central Park
Y a pocos metros, con gran sorpresa, me topé con la estatua ecuestre de Simón Bolívar, que se trataba de un regalo del gobierno venezolano, y que fuera inaugurada el 19 de abril de 1921, con un discurso del Presidente de loa Estados Unidos Warren G. Harding, ante un público que incluía a representantes de todas las repúblicas de América del Sur.
Estatua ecuestre de
Simón Bolívar en el sur del Central Park y Sexta Avenida
Desde Central Park S y Sexta Avenida, a lo lejos, divisamos las dos torres gemelas de doscientos veintinueve metros, del Time Warner Center, entrelazadas entre ellas por una gran galería comercial, cuya construcción había comenzado en noviembre de 2000, inaugurándose oficialmente el 27 de febrero de 2003.
Central Park S y
Sexta Avenida. A lo lejos las torres gemelas del Time Warner Center
En
la intersección de la Central Park South, la Octava Avenida, la avenida
Broadway y la Central Park West, se situaba el Columbus Circle, en cuyo centro
se erigía la estatua del marino genovés, rodeada de canteros florales. Y frente
a él, en la la esquina de Broadway y Central Park W, un enorme globo terráqueo,
mostrando loa continentes suspendidos en anillos de acero que representaban los
paralelos y meridianos.
Columbus Circle
Canteros floridos en el Columbus Circle
Globo Terráqueo
frente al Columbus Circle, entre la Broadway Avenue y la Central Park West
Avanzando por la avenida Broadway llegamos al Avery Fisher Hall, sede de la New York Philharmonic. Habiendo sido inaugurado como Philharmonic Hall en 1962, cambió su nombre en 1973, en honor del empresario fundador de Fisher Electronics, quien donara diez millones de dólares a la orquesta.
El Avery Fisher Hall, sede de la New York Philharmonic
Desde allí nos dirigimos hacia el sector occidental del Central Park admirando diversos edificios antiguos que se destacaban por su ornamentación, hasta llegar al Dakota, en cuya puerta fuera asesinado John Lennon, el 8 de diciembre de 1980.
Balcón en esquina
de un edificio antiguo
Balcones cerrados
y gran ornamentación en un edificio neoyorquino
El sector occidental
del Central Park
The Dakota, el
edificio en cuya puerta fuera asesinado John Lennon
Luego pasamos por la Fourth Universalist Society, congregación miembro de la Asociación Unitaria Universalista, que tuviera su origen en 1838 en los distritos bajos de Manhattan, inspirada por la causa de la religión liberal. Sus fundadores eran universalistas que creían en un Dios amoroso, cuando esa idea, a menudo, se creía herética. El edificio al frente del cual nos hallábamos había sido construido en 1898, buscando atraer a personas progresistas de fe de toda la ciudad de New York. Apoyaban causas como los derechos de LGBTQ (PERSONAS LESBIANAS, GAYS, BISEXUALES, TRANSEXUALES Y CUESTIONADORAS), BLACK LIVES MATTER (UNA VIDA NEGRA IMPORTA), y el CAMBIO CLIMÁTICO, entre otras. Fourth Universalist no constituía un credo por lo que le daban la bienvenida a personas de diferentes religiones, ya que veían sabiduría en todas, en cuanto a esperanza, alegría y amor.
Fourth Universalist Society
Al
llegar a la intersección con 77th Street, nos encontramos ante la New York
Historial Society, museo estadounidense que fuera fundado en 1804, como el
primero de la ciudad. Y, en ese momento, abril de 2010, se estaba llevando a
cabo la muestra “Lincoln and New York”.
New York Historical
Society
Frente
a él, en un amplio predio entre las calles 77 y 81 W, se ubicaba el American
Museum of Natural History, considerado el museo de historia natural más grande
del mundo, con muestras de más de treinta millones de especímenes de todas las
ramas junto con gran cantidad de artefactos antropológicos en un vasto complejo
de edificios interconectados.
Había
sido fundado en 1869 por algunos de los hombres más ricos de New York, que
esperaban que dicha institución impartiera prestigio a su ciudad y educara a
las clases trabajadoras sobre las leyes de la naturaleza, convirtiéndose, en
poco tiempo, en una de las filantropías favoritas de la aristocracia. Y si bien
el municipio financió la operación y el mantenimiento de las instalaciones, los
fideicomisos adinerados, incluidas las familias Dodge, Huntington, Morgan,
Rockefeller, Schiff, Vanderbilt y Whitney, fueron responsables de adquirir y
administrar las colecciones. Ese método de financiación ha continuado, completándose
con donaciones, cuotas de membresía y entradas.
En
ese momento se estaba exhibiendo una muestra de lagartos y serpientes vivos.
Cúpula del Museo
Americano de Historia Natural
Muestra de lagartos y serpientes vivos
Desde
W 81th St. continuamos transitando por la Central Park West hasta W 86Th, desde
la cual viramos y tomamos Amsterdam Avenue, donde había locales gastronómicos
de China e India.
Esquina de
Central Park West con W 81 St.
Comida china y de
la India en Amsterdam Avenue
En
el cruce de la Amsterdam Avenue con la W 112th,
se localizaba la Cathedral of Saint John the Divine (Catedral de San
Juan el Divino) y Diócesis Episcopaliana de New York, rama de la Iglesia Anglicana
de los Estados Unidos de América.
Era conocida popularmente como Saint John the Unfinished (San Juan la Inacabada o San Juan la Interminable), ya que siendo diseñada en 1888 en estilo neorrománico-neobizantino, comenzó su construcción en 1892, modificándose su planteamiento a partir de 1909 a un neogótico, e interrumpida su edificación durante las dos guerras mundiales. Y después de un incendio ocurrido el 18 de diciembre de 2001, fue cerrada para su restauración hasta noviembre de 2008, cuando, si bien había reabierto sus puertas, en 2010, las obras aun no habían acabado.
Catedral de San Juan
El Divino
Dirigiéndonos hacia el Riverside Park, nos detivimos ante la Tumba del General Ulysses S. Grant, uno de los principales protagonistas de la Guerra de Secesión, y decimooctavo presidente de los Estados Unidos. En el mausoleo, estaba inscripta la frase “LET US HAVE PEACE” (TENGAMOS PAZ), que fuera el lema no oficial de su campaña, algo muy bien visto por muchos estadounidenses, por lo que el gran militar que ganara la Guerra Civil salvando la Unión, estaría a punto de asegurar la pacificación del país.
Llegando al Riverside
Park
Tumba del General
Grant
LET US HAVE PEACE
Al
frente, en diagonal a la Tumba del Gral. Grant, se hallaba la Riverside Church,
una iglesia bautista construida en estilo gótico entre los años 1927 y 1933. La
obra se desarrolló gracias al impulso del magnate del petróleo John D. Rockefeller
Jr. y del pastor Harry Emerson Fosdick.
Numerosas personalidades han dado discursos en este templo, entre ellas Martin Luther King, Nelson Mandela, Fidel Castro, y el Secretario General de las Naciones Unidas Kofi Annan, después de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
La Riverside
Church
Dimos unas vueltas por el Riverside Park, un extenso pulmón verde a la vera del río Hudson, que denotaba gran calma, luciendo muy florido por el comienzo de la primavera, donde varias personas paseaban a sus perros.
El Riverside Park
a la vera del río Hudson
Gente paseando perros en el Riverside Park
Muchísimas flores
en el Riverside Park
Desde allí regresamos a la Amsterdam Avenue, pero ya, en el barrio de Harlem, una zona donde predominaba la población afro-americana, famosa por sus clubes de jazz. También se conocía por sus locales gastronómicos, siendo uno de los destacados el Max Caffé.
Max Caffé en la
avenida Amsterdam en Harlem
La
historia de Harlem empezó en 1626, cuando los holandeses bautizaron esa área
como “Nieuw Haarlem”, y a finales
del siglo XIX estaba considerado como un barrio muy “chic”, por lo que aún
convivían casas victorianas con modernos rascacielos.
Por
otra parte, durante el período de la Reconstrucción, a posteriori de la Guerra
de Secesión que se había desarrollado entre los años 1861 y 1865, hubo una ley
federal que proporcionó protección de los derechos civiles en el sur para los
afroestadounidenses libertos, que anteriormente habían sido esclavos. Sin embargo,
a fines de la década de 1870, los demócratas conservadores blancos, poco a
poco, retomaron el poder en los estados del sur, a veces, como consecuencia de
elecciones en las cuales, grupos paramilitares, intimidaban a los opositores,
atacando a negros o impidiéndoles votar, proclamando las leyes Jim Crow, que
segregaban a la población tanto en espacios públicos como privados.
El
origen de la frase “Jim Crow” se ha atribuido al número de espectáculo
musical caricaturesco “Jump Jim Crow”, que era interpretado por el actor
blanco Thomas Dartmouth Rice, pintando su cara de negro. El espectáculo se había
estrenado en 1832, utilizándose para satirizar las políticas populistas del
entonces presidente Andrew Jackson. Debido a la fama del personaje, “Jim
Crow” se había convertido en una expresión peyorativa que hacía referencia
a los afroestadounidenses.
El
lema había sido “separados pero iguales”, sin embargo, en realidad, el
tratamiento y la infraestructura para los blancos eran superiores, por lo cual
la población negra debía subsistir mediante empleos de escasa calificación y
reducido salario, además de tener mayores dificultades para acceder a la
educación, siendo, por lo tanto, más susceptible al desempleo. Y si bien la
segregación de iure se aplicó principalmente en los estados del sur, en
el norte, fue de facto, predominantemente hacia los negros que vivían en guetos
urbanos.
Durante
la Primera Guerra Mundial (1914-1918) se originó un movimiento de masas llamado
la Gran Inmigración Negra, un éxodo de más de seis millones de personas que
emigraron desde el “profundo sur”, huyendo de la opresión y de las leyes de
segregación de Jim Crow, hacia ciudades del norte como New York, Chicago,
Detroit, Cincinnati, Pittsburg o Filadelfia, estableciéndose mayoritariamente
en el Upper West Side de la isla de Manhattan, en Harlem, convirtiéndose en el
hogar del Nuevo Movimiento Negro, que fuera conocido como el Renacimiento. El Renacimiento
de Harlem floreció durante la década de 1920 y supuso un boom social, cultural
y artístico, con influencias en la literatura, la pintura, y la música, principalmente
blues y jazz. Téngase en cuenta que Louis Armstrong y Ella Fiztgerald, entre
otros, actuaron en los mejores clubes de Harlem.
La
influencia de este movimiento se extendió incluso fuera de las fronteras
norteamericanas, llegando hasta Cuba, Puerto Rico, Haití y Jamaica. Tal fue la
migración, que New York fue considerada la capital negra de Estados Unidos.
Sumado
a estos hechos, después de la crisis inmobiliaria de la década de los ’30, muchos
de los residentes más ricos, abandonaron el barrio, y a posteriori de la Segunda
Guerra Mundial, los afroestadounidenses comenzaron a desafiar el sistema de
segregación debido al servicio militar que habían cumplido y al sacrificio de
vidas durante la contienda, por lo que el presidente Harry Truman, en 1948,
emitió la Orden Ejecutiva que eliminaba la segregación racial en las fuerzas
armadas.
A lo largo del siglo XX, la Corte Suprema comenzó a anular leyes Jim Crow hasta la promulgación de la Ley de Derechos Civiles de 1964, y la Ley de Derecho de Voto en 1965. Sin embargo, en muchos estados, la segregación continuaba, de hecho, a comienzos del siglo XXI, aunque muchas veces, solapada.
Parada de ómnibus
en Harlem
Negocios en
Harlem
Cadena de farmacias
Duanereade en Harlem
Grupo de
adolescentes en Harlem
Cruce peatonal en Harlem
Típicas casas estilo victoriano
Circulando
por la avenida Lenox, una de las más importantes de Harlem, llegamos a la Saint
Martin’s Episcopal Church (Iglesia Episcopal de San Martín), construida entre
1887 y 1889.
Dos incendios,
el último en 1930, le habían dejado sólo sus paredes en pie, pero la Congregación
de Saint Martin’s la reconstruyó agregándole un carrillón de cuarenta y dos
campanas en la torre. Y la Comisión de Conservación de Monumentos Históricos de
la Ciudad de New York la consideró el ejemplo más hermoso del estilo arquitectónico
del Renacimiento Románico en todo Manhattan.
La iglesia también se involucró con el lado secular de la vida del vecindario a través de la Unión de Crédito Federal de Saint Martin, cuya cooperativa fuera fundada en 1937 por el reverendo John H. Johnson para hacer posible que los afroamericanos obtuvieran hipotecas y adquirieran bienes inmuebles, empoderándolos así en una sociedad segregada.
Circulando por la
avenida Lenox
Iglesia Episcopal
de San Martín, sobre la avenida Lenox y W 122 St.
Esquina de Lenox
Avenue y W 116 St.
Dejando
Harlem y la Upper Manhattan, regresamos a Midtown, concretamente a Broadway, el
circuito con más de cuarenta teatros, considerado uno de los centros de
espectáculos más importantes del mundo, cuyo corazón estaba representado por
Times Square, antes llamada plaza Longacre. situada en la intersección de la
avenida Broadway entre la Sexta y la Octava. En los años ‘20, figuras como Fred
Astaire y Charles Chaplin han estado relacionadas con Times Square, aunque
también, en esa época, la zona estaba invadida por la delincuencia, la
corrupción, los juegos de azar y la prostitución.
Entre los
años 1994 y 2002, el alcalde Rudolph Giuliani, “limpió” el lugar, aumentando la
seguridad, eliminando tanto los cines pornográficos como a los traficantes de
drogas, atrayendo a locales gastronómicos de lujo y a turistas de todo el
mundo. Además, un gran número de empresas comenzaron a localizarse, como por
ejemplo, el edificio de NASDAQ, en la esquina de la Avenida Séptima y W43 Street.
A partir de
2009, Times Square había sido convertida en una plaza peatonal.
Llegando a
Broadway por la Séptima Avenida
Policías neoyorquinos
en la avenida Broadway
Times Square, en 7th Avenue y Broadway
Nasdaq, en 7ma. Avenue y W 43th St.
Circulando por W42
St.
Mc Donald’s y el museo de Madame Tussauds en W 42 St.
Turistas de todo el mundo por W 42 St.
Continuando por W
42 St.
Y en W 41
Street entre la Séptima y la Octava Avenida se encontraba el edificio del New York
Times, que había sido inaugurado tres años atrás.
Se caracterizaba
por tener una fachada icónica, con una cortina de cristal con el nombre del
famoso periódico. Precisamente el uso del cristal combinado con barras de cerámica
permitía que sus ocupantes disfrutaran de un espacio abierto y con vistas, al
mismo tiempo que preservaban su intimidad, protegiéndolos, además, del sol
directo, y ahorrando energía.
El rascacielos,
uno de los más altos de New York, contaba con un sistema de distribución del
aire que mejoraba su calidad y temperatura; siendo otro detalle ecológico, que
el noventa y cinco por ciento del acero utilizado en su construcción había
procedido del reciclaje.
El edificio del
New York Times
Bajé del
ómnibus de turismo, y tomando la Séptima Avenida, encontré en la vereda del
Chase Bank, la estatua de bronce del Garment Worker (Trabajador de la
Confección), que consistía en un hombre cosiendo con una máquina de pedal. Esta
obra, de la artista Judith Weller, representaba a su padre, uno de los tantos inmigrantes
judíos que se había mudado a New York, y terminó trabajando en la confección de
prendas de vestir. Junto a esa estatua, se situaba la casilla del Centro de Información
del Distrito de la Moda, sobre la cual había un enorme botón atravesado por una
aguja de gran tamaño.
La estatua de “Garment Worker” y el Centro de Información del Distrito de la Moda
en la vereda del
Chase Bank
Seguí caminando las siete cuadras que me separaban del hotel Pennsylvania, donde me estaba hospedando, y después de una abundante cena, me dediqué a descansar porque al día siguiendo debía partir rumbo a Washington D. C.
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