La mañana del 15 de abril amaneció con un sol radiante y una temperatura muy agradable, razón por la cual decidí hacer un paseo a pie por la ciudad de Washington.
Primeramente me dirigí a la estación de College Park, en las
inmediaciones de donde me estaba alojando, y me encontré nuevamente con la
complicación de que los boletos se emitían a través de máquinas, aunque, con
paciencia, pude superar la dificultad.
Máquinas expendedoras de boletos
en la estación de College Park
Prontamente llegó el tren, muy moderno y limpio, en el cual, en
especial los hombres, iban leyendo sendos diarios. Y en poco más de treinta y
cinco minutos había llegado a Union Station en pleno Centro de Washington.
En la plataforma de la estación de
College Park
Tren muy moderno en la plataforma
de la estación College Park
Muchos pasajeros leyendo
periódicos en el subte de Washington
Vita de las plataformas de Union
Station
Caminando sin rumbo encontré lugares donde se expendían diarios tanto
en inglés como en español, algunos de los cuales eran gratuitos.
Máquinas expendedoras de diarios
Parte de las calles
estaban numeradas y las que las cruzaban respondían a un orden alfabético. Yo
comencé a desplazarme por la 7th Street NW, y en la intersección de F St NW, me
encontré ante la National Portrait Gallery (Galería
Nacional de Retratos), administrada por el Instituto Smithsoniano, centro de
educación e investigación finaniado por el Gobierno de los Estados Unidos, cuya
función era la de coleccionar imágenes de personajes famosos del país. El
edificio de estilo neogriego, había sido construido entre los años 1836 y 1867,
y se caracterizaba por sus pórticos de mármol dóricos, inspirados en los del
Partenón.
National Portrait Gallery
Continuando por la 7th
Street, al llegar a la esquina de G St NW comencé a vislumbrar que estaba
ingresando al Barrio Chino, y solo una cuadra después, al llegar a H St NW,
encontré el gran arco de ingreso.
7th Street esquina G Street NW
Arco de ingreso al Barrio Chino en
H Street NW desde 7th St NW
Después de caminar unas
cuantas cuadras, decidí ingresar a un bar, donde, además de contar con servicio
de internet, podía consultar una gran diversidad de periódicos.
Descansando en un bar de lectura
Varios diarios a disposición de
los clientes
Reanudando mi recorrida,
siempre a lo largo de 7th St NW, al llegar a la intersección de K St NW, en el
centro de Mount Vernon Square, llegué al museo de la Historical
Society of Washington (Sociedad Histórica de Washington), dedicado a preservar
y mostrar los documentos pertenecientes a la capital estadounidense, así como
colecciones de libros, mapas, fotografías y otros materiales relevantes. Además,
dicha institución ofrecía conferencias, clases, eventos comunitarios y otros
programas educativos como parte de su misión.
Desde 1999 ocupaba el
edificio de estilo Beaux Arts construido en 1902, de la Carnegie Library (Biblioteca
Carnegie de Washington DC), también conocida como Biblioteca Pública Central,
que había sido donada al público por el empresario Andrew Carnegie de Ackerman
& Ross.
Historical Society of
Washington Museum en 7th NW y K St. NW
La Carnegie Library,
Biblioteca Pública Central
Más adelante se
encontraba el edificio de Blackboard Inc., una compañía estadounidense fundada
en 1997, destacada en función de su tecnología educativa, proporcionando
software para móviles, de comunicación y de comercio, tanto a instituciones de
educación, como a empresas y entidades gubernamentales.
Edificio de Blackboard Inc.
Por 7th Street NW pasé
por la L St NW y por la M St NW, observando a un lado y otro las diferentes
construcciones que evidentemente, representaban momentos históricos diversos,
si bien predominaban las líneas rectas y de altura en la mayoría de ellas.
Una excepción lo
constituía la Scripture
Cathedral, que, además de ser relativamente baja, se destacaba su techo a dos
aguas, que había sido fundada por el Apóstol C. L. Long y la Primera Dama
Joanne Long.
Esquina de 7th Street NW y L
St NW
L Street NW desde 7th St NW
Esquina de 7th Street NW y M
St NW
Scripture Cathedral
De allí en más me
desplacé por un barrio absolutamente residencial, que no estaba demasiado
alejado de la Casa Blanca, y que a nadie se le hubiese ocurrido que perteneciese
a semejante centro urbano.
Barrio residencial de
Washington
Un vivero en una esquina de
Washington
Esquina de 9th Street NW y M
St NW
Desde la 9th Street NW
retomé el rumbo hacia el Centro de la ciudad, a través de importantes avenidas
como Massachusetts y New York, donde se ubicaban el Ivory Dental Centre, la Mount Vernon Place United Methodist Church, la New York
Avenue Presbyterian Church (a la cual habían asistido varios presidentes
estadounidenses por su proximidad a la Casa Blanca), el Inter-American
Development Bank y el Bank of America, entre otras entidades de salud,
religiosas y bancarias.
Pero, a su vez, en una plazoleta de ese sector jugaban
niños sin distinción étnica. Sin embargo, los blancos estaban cuidados por su
niñera negra, y los negros, por su madre.
En esa confluencia de edificios, instituciones y
etnias, me llamaron la atención tanto encontrar flores por todas partes como un
policía con rastas y un reclamo salarial por parte de los empleados del Banco
Interamericano de Desarrollo.
Ivory Dental Centre sobre
Massachusetts Avenue
Mount Vernon Place United Methodist Church en la esquina de 9th Street NW y Massachustts Avenue
New York Avenue
Niños de diferentes etnias jugando
en la plazoleta de 9th Street NW y K St NW
Flores por todas partes en
la primavera norteamericana
New York Avenue desde 12th
Sreet WN
The New York Avenue Presbyterian
Church
Un policía con rastas
VERGÜENZA DEL BANCO INTERAMERICANO DE DESARROLLO
CONFLICTO LABORAL
BANK OF AMERICA
Ya estaba próxima al área propiamente gubernamental,
cuando advertí que existía un local comercial dedicado exclusivamente a obtener
recuerdos de la Casa Blanca, y sin dudar, ingresé entusiasmada.
No solamente que se podían adquirir objetos de diversa
índole, muchos de ellos realmente divertidos sobre las autoridades, sino que,
además, se podían tomar fotografías junto a sus imágenes así como con la
escenografía del despacho presidencial. Eran los tiempos en que gobernaba el
país Barack Obama, y yo me preguntaba si en tiempos de Bush, también habría
existido esa libertad de expresión, como el hecho de vender bolsos con la
primera dama en una hamaca. Y como todo me resultaba muy caro, compré muy pocas
cosas, entre ellas, una pulserita de plástico con dijes de la bandera
estadounidense y el obelisco.
Regalos de la Casa Blanca
Con Barack Obama y Michelle
En el despacho presidencial
junto a Barack Obama y Ronald Reagan
Regalos con la imagen de
Michelle Obama
TEJIDO CON UN 95% DE
MATERIAL RECICLADO
PRIMERA DAMA DE LO FABULOSO
Desde 15th Street NW rodié el Departamento del Tesoro,
un imponente edificio de estilo griego con columnas jónicas, en cuyo frente se
erigía un monumento a Alexander Hamilton, quien había sido el primer Secretario
del Tesoro durante el gobierno de George Washington. Influyente intérprete y
promotor de la Constitución de los Estados Unidos, así como fundador del
sistema financiero de la nación, del Partido Federalista, de la Guardia Costera
de los Estados Unidos y del periódico The New York Post. Su visión incluía un
fuerte gobierno central liderado por una vigorosa rama ejecutiva, una economía
comercial, con un banco nacional y apoyo a las manufacturas, más un ejército
potente. A esto se opusieron los agricultores de Virginia Thomas Jefferson y
James Madison, quienes formaron un partido rival, el Demócrata-Republicano, que
se basaba en la América rural protegida por milicias estatales. Además,
denunciaron que Hamilton era demasiado amistoso hacia Gran Bretaña y a la
monarquía en general, y demasiado orientado a las ciudades, los negocios y la
banca.
Vista lateral del Departamento
del Tesoro de los Estados Unidos de América sobre 15th Street NW
Frente del Departamento del
Tesoro de los Estados Unidos de América desde los jardines adyacentes
Monumento a Alexander Hamilton
al ingreso del Departamento del Tesoro
Muy cerca de la Casa Blanca, junto al Parque de los
Presidentes se erigía el monumento ecuestre al General William Tecumseh
Sherman, quien fuera miembro del ejército, educador y escritor estadounidense.
Su celebridad provenía de su participación en la Guerra Civil que tuviera lugar
entre los años 1861 y 1865, por la cual había recibido elogios por su eficiente
utilización de la estrategia militar como también fuertes cuestionamientos por
su implacable política de tierra arrasada, aplicando una destrucción a gran
escala de las plantaciones de algodón y de otras estructuras con el objetivo de
socavar la capacidad y la voluntad de los confederados que continuaban peleando
por su independencia.
Monumento al General William Tecumseh Sherman
Caminando por E Street NW me detuve ante el frente de
la Casa Blanca, teniendo una visión frontal desde sus jardines.
Se trataba no solo del principal lugar de trabajo del
Presidente de los Estados Unidos, sino también de la residencia oficial de él y
de su familia.
El proyecto había sido
ideado por George Washington y construido a partir de 1790 en estilo neoclásico,
específicamente Palladianismo Irlandés, e inaugurado en 1800, con el presidente
John Adams.
Formalmente, el edificio
había recibido los nombres de Palacio Presidencial y la Mansión Ejecutiva,
hasta que el presidente Theodore Roosevelt en 1902, propuso al Congreso que
adoptara el nombre de “La Casa Blanca”.
En 1812, durante la guerra
anglo-estadounidense, gran parte de Washington fue incendiada por las tropas
británicas en venganza por la quema de los Edificios del Parlamento del Alto
Canadá (posteriormente Ontario), dejando a la Casa Blanca en ruinas y saqueada,
teniendo que ser reconstruida. Posteriormente, durante varios mandatos
presidenciales a lo largo de su historia, se hicieron diversas ampliaciones con
el fin de solucionar necesidades de espacio y algunas obras de
restauración relacionadas con el paso
del tiempo.
Durante el gobierno de John
Fitzerald Kennedy, se dio origen a un organismo autorizado por el Congreso, el
Comité para la Preservación de la Casa Blamca, cuya misión era la de mantener
la integridad histórica del edificio, que pasó a ser el encargado de aprobar
todos los cambios que se quisieran llevar a cabo.
El plan original de los
atentados del 11 de septiembre de 2001 era secuestrar doce aviones, de los
cuales eligieron solamente cinco por lo inabarcable de la operación. Uno de
ellos iba a impactar en la Casa Blanca, por representar el poder presidencial
de los Estados Unidos, pero Zacarías Moussaqui, el terrorista destinado a
cumplir con esa misión, había sido detenido por el FBI el 16 de agosto previo,
debido a cargos de inmigración, por lo que finalmente, fue abortado ese
objetivo.
La Casa Blanca desde los
jardines
La Casa Balnca con sus
fuentes de agua
Mientras recorría la avenida Pennsylvania repleta de bares
con sombrillas bajo una copiossa arboleda, me topé con una populosa
manifestación, como forma de protesta contra el cobro de impuestos.
Bares con sombrillas sobre
las veredas de la Pennsylvania Avenue NW
En los Estados Unidos se decía que lo único certero
eran la muerte y los impuestos, aunque la primera era una sola, y los segundos
eran locales, estatales y federales. Y cada 15 de abril le tocaba al gobierno
federal recolectar su parte, obligando a más de ciento cuarenta millones de
contribuyentes a llenar complicados formularios, en los que debían detallar
hasta el último dólar de ingreso anual. Los impuestos afectaban tanto a cada
adulto, como a cada negocio, a cada organización sin fines de lucro fuera grande
o pequeña, incluso los quince millones
que no tenían trabajo no se salvaban de la declaración de impuestos, ya que por
ley debían abonar un porcentaje de sus pagos por desempleo.
Por esa razón, miles de ciudadanos habían ocupado las
calles de Washington, como parte del movimiento anti-estado conocido como el “Tea Party”, para protestar contra el
pago de impuestos. El nombre de dicha organización provenía de un acto llevado
a cabo en 1773 durante la lucha por la independencia de los Estados Unidos,
cuando un grupo de colonos arrojó un cargamento de té procendente de Gran
Bretaña a la bahía de Boston, en rebelión contra los tributos exigidos por la
Corona Inglesa.
La revuelta tributaria había sido invocada por la ex
gobernadora de Alaska, Sarah Palin, quien desde el mismo lugar del
levantamiento en Boston arremetió contra el pago de impuestos diciendo: “Hoy en día trabajamos cien días de cada año
para pagarle al gobierno (…) Ya es hora de recordarles que el gobierno debe
trabajar para nosotros”.
Ken Hoagland, quien dirigía la entidad denominada “Rebelión Tributaria Cibernética” fue uno
de los oradores del acto que se realizaba en coordinación con cada capital de
estado, y que se calculaba en una participación de doscientas sesenta mil
personas. En su discurso afirmó que “(…)
el impuesto federal al ingreso se ha convertido en un monstruo que amenaza el
bienestar del ciudadano promedio, a los dueños de negocios, y los cimientos de
nuestra economía y nuestra democracia”. Según él, el sistema de impuestos
federales no solo era complicado, demasiado costoso, invasivo y malo para la
economía popular, sino que también era corrupto e injusto por favorecer a las
grandes empresas y a los que tenían dinero para contratar a un experto que
pudiera navegar las sesenta y siete mil quinientas páginas del código
tributario.
Y si bien la mayoría de los manifestantes pertenecían
al partido republicano, no solamente los conservadores se quejaban de los
impuestos, sino que grupos pacifistas se revelaban contra el gasto militar.
Aproximadamente treinta centavos de cada dólar pagado en impuestos federales se
dirigían al Departamento de Defensa, mientras que siete con treinta centavos se
destinaban a los programas de vivienda, y solo dos centavos a la educación,
según datos del National Priorities Project, entidad que investigaba el gasto
público. Semejantes datos habían llevado a miles de ciudadanos no solo a
protestar contra los impuestos, sino a rehusarse a pagarlos, como parte de un
movimiento de resistencia tributaria que también tenía raíces históricas. En
1846, el famoso poeta, filósofo y abolicionista Henry David Thoreau había sido encarcelado
por no pagar sus impuestos en base a su oposición a la guerra que en ese
entonces Estados Unidos libraba con México. Desde entonces, su pensamiento ha
sido invocado por famosos como los cantantes Joan Baez y Pete Seeger, comprometidos
socialmente, y miles de anónimos, para protestar por el gasto bélico.
David Gross, quien en el año 2004 recibiera el Premio
Nobel en Física por el descubrimiento de la libertad asintótica, un año antes,
no había enviado un cheque al gobierno sino un mensaje en su blog que decía: “Cuando empezó la invasión de Irak, dejé de
pagar impuestos federales”. De forma similar opinó Manuel Shah,
quien en vez de su formulario de impuestos le mandó una carta al IRS Internal Revenue Service (Servicio de
Impuestos Internos), explicando
los motivos de su falta de pago: “Aproximadamente
el 30% de nuestros impuestos se gastan en los militares. Este gasto le quita
recursos a los programas de educación, infraestructura y otras necesidades
básicas. Mi conciencia no me permite costear estos actos de violencia”.
Y si bien el gobierno
federal, a partir de estos movimientos, sumados a la economía informal
existente en grado sumo, aunque no reconocida, había sufrido un importante
déficit, quedaba compensado por todos quienes desde cualquier parte del mundo,
comprábamos dólares tanto para realizar transacciones como para formar parte de
nuestros ahorros.
Mientras tanto, personas
llegadas en micros o en autos particulares habían comenzado a llenar la avenida
Pennsylvania, a pesar de que tanto en la Argentina como en otros países
latinoamericanos se decía que eso no ocurría en los mal denominados “países en serio”.
Protesta de republicanos
contra el Presidente Barack Obama en la Pennsylvania Avenue NW
Enseguida quedé en medio de
los manfestantes republicanos y aproveché la experiencia para tomar fotografías
e interiorizarme sobre las consignas más relevantes que los habían concentrado
allí.
Muchas de ellas hacían
referencia a que durante el gobierno de Barack Obama había aumentado el desempleo
e incitaban a votar en noviembre de 2010 en contra de los demócratas para que
se fueran, indicando que ellos eran sinónimo de viruela, maleficio, broma,
gafe, vejación, marxismo e impuestos, teniendo como principal lema hacia el
gobierno: “DON´T THREAD ON ME” (NO ME PISE), con el símbolo de una serpiente.
Algunas de las pancartas
hacían referencia a que el eje del gobierno se centraba en la codicia de Barack
Obama (Presidente de la República), Nancy Pelosi (Presidenta de la Cámara de
Representantes) y de Harry Mason Reid Jr. (Senador Demócrata por el Estado de
Nevada). Que el gobierno progresista era una plaga para la nación y, por lo
tanto, habia que quemar a los plagueros.
AUMENTO DEL DESEMPLEO
EN NOVIEMBRE VOTE PARA QUE
SE VAYAN
DÍA DE PROTESTA POR
IMPUESTOS
VIRUELA – MALEFICIO – BROMA
– GAFE – VEJACIÓN – MARX - IMPUESTO
NO ME PISE
EL EJE DEL GOBIERNO ES LA
CODICIA DE OBAMA-PELOSI-REID
EL GOBIERNO PROGRESISTA ES
UNA PLAGA EN ESTA NACIÓN
FUEGO A LOS PLAGUEROS
Pero al margen de las
razones que habían tenido algunos activistas contra los impuestos a la guerra
durante la etapa republicana de George Walker Bush, en esa ocasión los
cuestionamientos de los opositores a los demócratas parecían inverosímiles.
En 2009, la tasa del impuesto
federal al cigarrillo había aumentado en 61,66 centavos por dólar de cada atado
a fin de financiar la renovación del Programa Estatal de Seguro Médico para
Niños, lo que si bien las ventas de paquetes de cigarrillos habían disminuido y
la cantidad de fumadores adultos y adolescentes se habían reducido, las
recaudaciones habían aumentado en un ciento veintinueve por ciento. Lo que
había resultado un verdadero buen éxito, habiendo sido aprobado por una
encuesta que reveló que dos tercios de todos los votantes estaban de acuerdo
con dicha medida. Obviamente que la reacción de la industria tabacalera había
sido el aumento del precio de sus productos y la manipulación para que se
clasificaran en categorías impositivas menores.
Y además de lemas como “EL ENGAÑO DEL CALENTAMIENTO
GLOBAL. ES EL SOL ESTÚPIDO” con los cuales yo coincidía, más otros como
“CUIDADO: EL VERDE ES EL NUEVO ROJO - PÉRDIDA DE TRABAJOS - MÁS IMPUESTOS -
MENOS LIBERTAD - LA TEORÍA DE LOS COMUNISTAS… ABOLICIÓN DE LA PROPIEDAD PRIVADA
- KARL MARX -SI LA PROPIEDAD NO ES SAGRADA - LA LIBERTAD NO PUEDE EXISTIR”, que podrían ser discutibles, había algunos
que no resistían en absoluto una opinión favorble, como “EL PADRE DE NUESTRO
PAÍS FUE UN GRANJERO TABACALERO Y FUMADOR Y DIOS BENDIJO A AMÉRICA DE TODOS
MODOS - TÚ NO ERES DE ACERO… PARA ARREGLAR EL CUIDADO DE LA SALUD – SACÁ AL
GOBIERNO - AMANTES DE LA LIBERTAD DE LOS FUMADORES - BOICOT A WASHINGTON DC - EL
PELIGRO DEL HUMO ES 100% FRAUDE - POR FAVOR, PROTEJAN LOS DERECHOS PRIVADOS AL
HOGAR, NEGOCIOS Y ANIMALES DE FEDERALES, ESTADOS, CONDADOS, CIUDADES Y VOTANTES
- NO ACERCA DE MÍ - ¡ANTI-FUMAR ES UNA ESTAFA! - LAS MENTIRAS DE LA SALUD SON
COFRES DE DROGAS PARA LOS ABOGADOS - NOSOTROS, LOS CIUDADANOS SOMOS SOBERANOS,
NO BIENES MUEBLES.”
Respecto del padre del país que fuera granjero
tabacalero y fumador se estaban refiriendo a George Washington, quien ya a
temprana adolescencia estaba suficientemente familiarizado con las tareas de
los colonos como para cultivar tabaco. En esa época, cuando tenía once años,
murió su padre y pasó a la tutela de su hermanastro mayor, con quien conoció un
mundo más refinado y pudo codearse con la alta sociedad de Virginia.
Finalizada la guerra de los Siete Años (1756-1763), al
cabo de la cual Francia renunció a sus pretensiones sobre Acadia y Nueva
Escocia, y la plena soberanía de Inglaterra sobre Canadá y toda la región de
Luisiana, salvo New Orleáns, la discrepancia mercantil entre Londres y sus
colonias aumentó debido a que el gobierno inglés consideró que todas sus
posesiones debían cooperar en la amortización de los gastos ocasionados por la
guerra, ya que se habían beneficiado de sus resultados. Por lo que, en marzo de
1765, el parlamento inglés votó un impuesto que hirió los derechos tradicionales
de las colonias, imponiendo el uso de papel timbrado para toda clase de
contratos, y al año siguiente dictó una serie de derechos aduaneros sobre el
papel, el vidrio, el plomo y el té, que provocaron la indignación del mundo
comercial norteamericano y la formación de ligas patrióticas contra el consumo
de mercancías inglesas.
En 1773 la población de Boston protestó contra los
impuestos arrojando los cargamentos de té al mar. El hecho, conocido como el
Boston Tea Party, le abrió los ojos a Washington quien comenzó a volcarse a la
defensa de las libertades americanas. En 1774, vestido de uniforme, representó
a Virginia en el Primer Congreso Continental celebrado en Filadelfia, donde
pronunció un elocuente discurso declarando: “Organizaré un ejército de mil hombres, los mantendré con mi dinero y me
pondré al frente de ellas para defender a Boston”.
Comenzaban las hostilidades entre ingleses y
americanos en la Batalla de Lexington, el 19 de abril de 1775, los autonomistas
declararon sus anhelos de independencia frente a la Corona Inglesa, y todas las
colonias se consideraron en guerra contra la metrópoli; y en el Segundo
Congreso de Filadelfia, confiaron el mando de las tropas al plantador de tabaco
virginiano George Washington, quien organizó el Ejército de Massachusetts,
ocupando Boston y así expulsar a los ingleses del General William Howe en 1776.
Ese año, ante la llegada de nuevas tropas enviadas por la metrópoli, los
norteamericanos habían proclamado solemnemente la Independencia de los Estados
Unidos.
Si bien los hechos históricos habían sido
así, no había razones valederas para comparar situaciones. Se trataba de otro
momento histórico, con un avance en los conocimientos acerca de las
consecuencias en la salud pública del cigarrillo, además de no aceptar atender
las necesidades de la población infantil, que también en los Estados Unidos, se
encontraba desamparada.
Insólitas leyendas
inscriptas en los vehículos
Vehículo pintado con la
bandera norteamericana
y gente portando las
banderas amarillas
con el símbolo de una
serpiente y le inscipcipción “NO ME PISES”
Continué mi caminata bajo la sombra de los árboles de la avenida
Pennsylvania, alejándome de los manifestantes, y al cruzar la 10th Street NW,
pasé por el Museo Nacional de Historia Natural del Instituto Smithsoniano, que se encontraba a una cuadra sobre la avenida
Constitution. Se trataba de un edificio de estilo neoclásico, y habiendo sido
inaugurado en 1910, contaba con importantes colecciones de plantas, animales,
fósiles, minerales, rocas, meteoritos y objetos culturales humanos.
Caminando a la sombra de los
árboles de la avenida Pennsylvania
Pennsylvania Avenue entre
12th Street y 11th St NW
Museo Nacional de Historia
Natural del Instituto Smithsoniano
sobre la Constitution Avenue
NW desde la 10th Street NW
Sobre la avenida Pennsylvania entre entre 9th Street NW y 7th St NW, se hallaba el edificio
de Archivos Nacionales, de estilo neoclásico, que había sido construido durante
la década de 1930, en plena etapa de la Gran Depresión. Allí se guardaban y
exhibían los principales documentos formativos de los Estados Unidos como el de
la Declaración de la Independencia, la Cosntitución y la Declaración de
Derechos, así como otros elementos y fotografías históricos.
Centro de Investigación de
Archivos Nacionales
sobre Pennsylvania Avenue entre 9th Street NW
y 7th St NW
Si bien me encontraba en el corazón político del país con mayor poder
del mundo, la marginalidad se manifestaba en diversos aspectos, no solo en
cuanto al tipo de trabajos sino también a la gente en situación de calle.
La marginalidad también
estaba presente en Washington
Otro edificio emblemático aunque de un estilo muy moderno era el
Newseum, un museo interactivo de noticias y periodismo, fundado por el Fórum de
Libertad, cuya misión era la de “(…)
ayudar al público y a los medios de comunicación a entender mutuamente y
concienciarlos sobre la importancia del rol de una prensa libre en una sociedad
democrática”. Justamente en su exterior estaba grabada la leyenda “EL CONGRESO NO HARÁ LEYES
CON RESPECTO AL ESTABLECIMIENTO DE UNA RELIGIÓN, O QUE PROHIBA SU LIBRE
EJERCICIO; O QUE LIMITE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN, O DE LA PRENSA; O EL DERECHO
DEL PUEBLO A REUNIRSE PACÍFICAMENTE, Y SOLICITAR AL GOBIERNO LA REPARACIÓN DE
RECLAMOS. LA PRIMERA ENMIENDA A LA CONSTITUCIÓN DE LOS ESTADOS UNIDOS
NEWSEUM, museo interactivo
de noticias y periodismo
En la cuadra trescientos de la avenida Pennsylvania, frente al Palacio
de Justicia de los Estados Unidos E. Barrett Prettyman, se alzaba el George
Gordon Meade Memorial, también conocido como Meade Memorial, una obra de arte
pública, en honor a quien fuera un oficial militar de carrera de Pennsylvania,
que era conocido por derrotar al General Robert R. Lee en la Batalla de Gettysburg
(1ro al 3 de julio de 1863). Dicha contienda se había desarrollado en el marco
de la Guerra Civil, siendo una gran victoria para el Ejército Federal (Ejército
de la Unión) y un hecho desastroso para la Confederación.
Meade estaba personificado con su uniforme militar y de pie al frente
de la escultura. Una figura masculina con alas representaba a la guerra y se
encontraba en la parte posterior estando flanqueada por dos tablillas
conmemorativas. Seis figuras alegóricas reflejaban cualidades que el artista
creía necesarias en un gran líder militar y se ubicaban a ambos lados:
caballerosidad, energía, fama, lealtad, coraje militar y progreso. Un remate de
oro del sello del estado de Pennsylvania se encontraba en la parte superior del
monumento.
El George Gordon Meade Memorial
Y admirando diversos edificios y monumentos llegué a la intersección de
la avenida Pennsylvania con la 3rd Street SW, a menos de quinientos metros del
Capitolio, donde estaban estacionados
algunos de los ómnibus que habían llevado a gran parte de los manifestantes
hasta las proximidades de la Casa Blanca. Me pareció importante registrar dicha
imagen ya que muchos decían que “los
negros (refiriéndose a la población originaria o mestiza) eran trasladados así
solamente en la Argentina”. Sin embargo, en el caso presente no solo que no
predominaban “negros” sino que se
trataba de población blanca y, en su gran mayoría, de extrema derecha.
Cerca del Capitolio, los
ómnibus que habían transportado a algunos de los manifestantes
El Capitolio era el sitio donde se albergaban las dos cámaras del
Congreso de los Estados Unidos, que habían comenzado a sesionar allí en el año
1800 aunque su construcción no había sido finalizada. Se trataba de un edificio
de estilo neoclásico norteamericano, contando con una gran cúpula en el centro
y dos alas a cada lado, siendo la del norte la correspondiente al Senado y la
del sur a la de la Cámara de Representantes.
Poco después de la concreción total de la obra, el Capitolio fue
parcialmente quemado por los británicos el 24 de agosto de 1814, durante la
Guerra de 1812, modificando su diseño de las áreas anexas que se completaron en
1819, teniendo que ser ampliado en el transcurso de la década de 1850 debido al
aumento de legisladores que llegaban de los estados recientemente admitidos. Y
debido a que la cúpula original no guardaba relación con el tamaño del nuevo
edificio, fue derribada para construir una nueva que era la que yo tenía ante
mis ojos. La mano de obra utilizada para dichos trabajos había sido
afroamericana, gran parte de la cual se encontraba bajo régimen de esclavitud.
A lo largo del siglo XX todo el conjunto sufrió nuevas restauraciones y
modificaciones y estuvo rodeado por un área parquizada denominada Union Square.
El edificio había sido uno de los blancos de los atentados del 11 de
septiembre de 2001, pero el avión que tenía la misión de embestirlo (vuelo 93
de United Airlines) cayó en un campo de Pennsylvania cuando los pasajeros
intentaron recuperarlo al enterarse de que el vuelo 175 de la misma compañía y el
vuelo 11 de American Airlines se habían estrellado contra el World Trade
Center.
El Capitolio desde la Union
Square
Espacios verdes alrededor
del Capitolio
El Capitolio desde sus
jardines floridos
Avanzando por Union Square, frente al Capitolio se encontraba el
Monumento a la Paz, también conocido como Monumento Naval o Monumento a los
Marineros de la Guerra Civil.
El Capitolio con el
Monumento a la Paz
La nueva cúpula estaba construida en hierro fundido estilo torta de
bodas, con un diámetro de treinta metros, apoyada en pilares de mampostería ya
existentes. Era doble, con un gran óculo en la parte interior, a través del
cual se veía “La Apoteosis de Washington”, pintada en una concha suspendida de
las costillas de soporte, que también soportaban la estructura exterior visible
y el tholos que sostenía la “Estatua de la Libertad”, que fuera elevada en
1863.
La estatua, de casi seis metros de altura, realizada en bronce, era una
figura femenina clásica de pelo largo y suelto que lucía un casco decorado con
la cabeza de un águila, cresta y plumas, al que rodeaban nueve estrellas. La
figura estaba vestida con un traje largo en el que se destacaba un broche bajo
el pecho con la inscripción “US”
(United States of North America). Portaba en su mano derecha una espada
envainada envuelta por un pañuelo, mientras, en su mano izquierda sostenía un
escudo con la bandera del país y una corona de laurel; además, diez clavos de
bronce con punta de platino, repartidos por su tocado y hombros junto con el
escudo, la protegían de posibles rayos. Se encontraba erigida sobre un pedestal
de hierro fundido y un globo con el lema “E
pluribus unum”, frase que en latín correspondía con uno de los principales
lemas nacionales “De muchos, uno” o
también “Unidad en la Diversidad”.
Detalle de la cúpula del
Capitolio
Sobre la Constitution Avenue pasé por un imponente edificio que había
sido destinado originalmente a la sede del Departamento de Trabajo de los
Estados Unidos, hecho que había ocurrido hasta 1979, en que dicha entidad se
mudó, pasando a ocuparlo el Servicio de Aduanas. Pero desde 2002, fue designado
como el edificio “EPA WEST”. La EPA (Environmental
Protection Agency) consistía
en la institución responsable de revisar las declaraciones de impacto ambiental
de otras agencias federales.
La construcción, que databa de 1934, había sido designada por el
Congreso como una estructura que contribuía al Sitio Histórico Nacional de la
Avenida Pennsylvania en 1966, y posteriormente incluida en el Registro Nacional
de Lugares Históricos.
Edificio ocupado por la “EPA
WEST” sobre Constitution Avenue
El día se presentaba espectacular para continuar conociendo Washington
a pie, ahora por los parques aledaños al Capitolio. Y siguiendo por la avenida
Louisiana, frente a la Asociación Nacional de Carteros, llegué a un triángulo
verde denominado Vincent R. Sombrotto Memorial Park, en honor a quien fuera un reconocido
cartero sindicalista quien tuviera una activa participación en una huelga
desarrollada en el mes de marzo de 1970. A esa medida de fuerza se sumaron
piquetes reclamando aumento de salarios y mejora de las condiciones laborales.
Y si bien el presidente Richard Nixon había tomado diversas medidas represivas,
además de convocar a distintas ramas del ejército a distribuir la
correspondencia, cada vez se sumaban más apoyos a los trabajadores.
Posteriormente, mediante negociaciones con los sindicatos se levantó la huelga
resultando la aprobación de la Ley de Reorganización Postal que estableció el
Servicio Postal de los Estados Unidos, una agencia independiente similar a una
corporación con un monopolio oficial sobre la entrega de correo en el país.
También otorgó a la Asociación Nacional de Carteros y otros sindicatos postales
el derecho a negociar colectivamente un acuerdo nacional, lo que lo catapultó,
en 1971, a ser elegido presidente
del Local 36 de New York, y tanto él como otros seis miembros eran conocidos
como “Los Siete Magníficos”, por sus
esfuerzos para reformar y democratizar el sindicato.
En 1978, Sombrotto fue elegido presidente de la NALC (Asociación
Nacional de Carteros), cargo que ocupó hasta el año 2002. Durante su gestión,
además de expandir el sindicato, dirigió varias negociaciones de contratos que
proporcionaron aumentos salariales básicos y desempeñó un papel clave en
reformar la Ley Hatch, que prohibía las actividades políticas partidistas de
los empleados federales. Además, incrementó su actividad filantrópica,
recaudando millones de dólares para la Asociación de Distrofia Muscular, y su
colecta anual de alimentos llegó a convertirse en una de las más grandes del
mundo. ¡Más que merecido el homenaje!
Caminando por los parques
aledaños al Capitolio
C St NW desde el Vincent R.
Sombrotto Memorial Park
En menos de doscientos metros más, en Louisiana Avenue NW y New Jersey Ave. NW, me
encontraba en el National Japanese American Memorial, un monumento al
patriotismo japonés-estadounidense, un sitio mantenido por el Servicio de
Parques Nacionales, para conmemorar las contribuciones de ciudadanos
estadounidenses de ascendencia japonesa y sus padres que apoyaron
patrióticamente a los Estados Unidos, a pesar del trato injusto, durante la
Segunda Guerra Mundial. Además, de una escultura central, en el lugar se
destacaban una serie de inscripciones que homenajeaban tanto a los ochocientos
caídos como a los veteranos de guerra.
Según la National Japanese American Foundation, el
monumento “(…) es un símbolo no solo de
la experiencia estadounidense de origen japonés, sino también de la liberación
de cualquier persona de circunstancias profundamente dolorosas y restrictivas.
Nos recuerda las batallas que hemos librado para superar nuestra ignorancia y
prejuicio y el significado de una cultura integrada, una vez dolida y
desgarrada, ahora sanada y unificada. Finalmente, el monumento presenta la
experiencia estadounidense de origen japonés como un símbolo para todos los
pueblos.”
El Departamento de Defensa
de los Estados Unidos describió la dedicación del memorial el 9 de noviembre de
2000: “La llovizna se mezcló con las
lágrimas que corrían por los rostros de los héroes estadounidenses de origen
japonés de la Segunda Guerra Mundial y de aquellos que pasaron los años de la
guerra encarcelados en campos de internamiento aislados…”
“El 19 de febrero de 1942, 73 días después de que Estados Unidos entrara
en la Segunda Guerra Mundial, el presidente Franklin D. Roosevelt emitió la
Orden Ejecutiva 9066 que resultó en la expulsión de 120.000 hombres, mujeres y
niños estadounidenses de origen japonés de sus hogares en los estados del oeste
y Hawái.”
“Con solo lo que podían cargar, las familias se vieron obligadas a
abandonar sus hogares, amigos, granjas y negocios para vivir en diez centros de
reubicación remotos custodiados por tropas armadas y rodeados de cercas de
alambres de púas. Algunos permanecieron en los centros de reubicación hasta
marzo de 1946.”
“Además, 4.500 fueron arrestados por el Departamento de Justicia y
recluidos en campos de internamiento, como Santa Fe, Nuevo México. También se
llevaron a cabo 2.500 en el campamento familiar en Crystal City, Texas.”
“Respondiendo al llamado del deber, los jóvenes estadounidenses de origen
japonés ingresaron al servicio militar y se unieron a muchos reclutas de antes
de la guerra. El batallón de infantería 100 y el equipo de combate del
regimiento 442, que lucharon en Europa, se convirtieron en la unidad del
ejército más condecorado por su tamaño y duración de servicio en la historia
militar estadounidense. Los estadounidenses de origen japonés en el Servicio de
Inteligencia Militar usaron sus habilidades bilingües para ayudar a acortar la
guerra en el Pacífico y así salvaron innumerables vidas estadounidenses. El
Batallón de Construcción de Ingenieros 1399 ayudó a fortalecer la
infraestructura esencial para la victoria.”
“En 1983, casi cuarenta años después de que terminara la guerra, la
Comisión Federal de Reubicación e Internamiento de Civiles en Tiempos de Guerra
concluyó que no había habido necesidad militar para el encarcelamiento masivo
de estadounidenses de origen japonés y que se había cometido una grave
injusticia.”
“En 1988, el presidente Ronald W. Reagan firmó la Ley de Libertades
Civiles que se disculpaba de la injusticia, brindaba una compensación mínima y
reafirmaba el compromiso de la nación con la igualdad de justicia ante la ley
para todos los estadounidenses.”
“Que este memorial sea un tributo
al espíritu indomable de una ciudadanía en la Segunda Guerra Mundial que se
mantuvo firme en su fe en nuestro sistema democrático:” (Norman Y.
Mineta, internado en Heart Mountain, Wyoming)
“Estoy orgulloso de ser estadounidense
de ascendencia japonesa.
Yo creo en esta nación
instituciones, ideales y tradiciones.
Me glorio en su herencia.
Me jacto de su historia.
Confío en su futuro.”
(Mike M. Masaoka, defensor
de los derechos civiles, sargento de Estado Mayor, Equipo de Combate del 442do.
Regimiento)
“Nuestras acciones al aprobar la Ley de Libertades Civiles de 1988 son
esenciales para dar credibilidad a nuestro sistema constitucional y reforzar
nuestra tradición de justicia.”
(Robert T. Matsui, internado
en Tule Lake)
“Las lecciones aprendidas deben quedar como un grave recordatorio de lo
que no debemos permitir que vuelva a suceder a ningún grupo.”
(Daniel K. Inouye,
Congresista de los EEUU, Senador de los EEUU y Capitán del 442do. Equipo
Regional de Comabte)
“Luchaste no solo contra el enemigo sino también contra los prejuicios, y
ganaste. Sigan cn esa lucha y continuaremos ganando para hacer que esta gran
república defienda lo que la constitución dice que defiende el bienestar de
todas las personas todo el tiempo.”
(Presidente Harry S. Truman,
15 de julio de 1946. Comentarios al presentar una mención a un regimiento
Nisei, en una ceremonia en el parque The Ellipse, al sur de los terrenos de la
Casa Blanca).
“Japonés de sangre
Corazones y mentes estadounidenses
Con honor erguido
Soportó el hilo de la injusticia
Para las generaciones futuras.”
(Poema
tanka, una forma clásica de poesía japonesa,
escrita
por Akemi Dawn Marsumoto Ehrlich, titulada “El
Legado”)
Las inscripciones del
memorial me resultaron demasiado fuertes debido a que comprendía que muchos
soldados de ascendencia japonesa habían tenido que cumplir forzosamente, o no
tanto, con la inserción en el ejército estadounidense, pese a que sus propios
familiares habían sido recluidos sin causa justa en verdaderos ghetos, pero,
que, tanto quienes habían sufrido ese confinamiento como muchos de sus
descendientes se sintieran orgullosos de semejantes crímenes de guerra, como
las bombas atómicas lanzadas en Hiroshima y Nagasaki, me parecía, cuanto menos,
lamentable.
Aunque la explicación podría
comprenderse, aunque no justificarse, debido a que el 28 de diciembre de 1945
una ley permitió la admisión de hijos y esposas de ciudadanos dados de baja
honorablemente en el ejército o que hubieran servido en el ejército en la
Segunda Guerra Mundial sin importar cuotas u otras normas, como venía
ocurriendo hasta entonces.
National Japanese American
Memorial en Louisiana Avenue NW y New Jersey Ave. NW
Y deambulando por ese
parque, me encontré ante dos mujeres negras, que estaban teniendo un almuerzo
informal, justo junto a la siguiente inscripción:
NOSOTROS CREEMOS UNA AMENAZA
A ESTA DEMOCRACIA DE LAS NACIONES
FUE UNA AMENAZA
AL SUEÑO AMERICANO
Y A TODAS LAS PERSONAS LIBRES
DEL MUNDO
¿A qué consideraban los
Estados Unidos de América una “amenaza a esta
democracia de naciones”, cuando habían intervenido política, comercial o
bélicamente, apoyando golpes de estado duros o blandos en cuanto país cuya
democracia del mundo que no conviniera a sus intereses?
El racismo en los Estados
Unidos se había manifestado a lo largo de su historia entre los descendientes
de europeos y quienes tuvieran ascendencia indigena, latinoamericana, africana
y asiática, además respecto de quienes profesaban el islamismo, y si bien ya no
había leyes que ampararan dicha discriminación, continuaba reflejándose a
partir de grandes desigualdades socioeconómicas, así como en la justicia penal,
los negocios, la economía, la vivienda, la atención médica, los medios y la
política, a pesar de que en el momento en que me encontraba allí, el presidente
era Barack Obama.
El caso del exterminio
masivo de amerindios y la discriminación contra otros americanos de origen
japonés, mexicano-estadounidenses y otros grupos humanos tendía a
invisibilizarse cuando el tema del racismo parecería limitarse a los grupos de
origen africano. Más aun, el tema de la inmigración ilegal estaba profundamente
ligado a la cuestión racial como se ha visto en la frontera con México, con frecuentes
insultos como “wetback” (espaldas
mojadas) a los trabajadores que cruzaban el río Grande, o “anchor babies” (bebés anclas), a los hijos de los latinoamericanos.
“¿Personas
libres del mundo?” Uno de los principios del racismo fue basarse en él para
facilitar y legalizar la esclavitud, que comenzó con esclavos negros africanos
o sus descendientes, y ocasionalmente con los amerindios. Una ley de Virginia
de 1705 estableció que la esclavitud se aplicaría a aquellas personas de
pueblos que no fueran cristianos. La esclavitud se prohibió en los Estados
Unidos recién en 1865, luego de la Guerra de Secesión mediante la Decimotercera
Enmienda. Piénsese lo tardío de la medida si se tiene en cuenta que en el Río
de la Plata, la Asamblea de 1813 declaró la libertad de vientres.
Durante la Guerra Civil, se
ratificó la 13ra. Enmienda de 1865, que abolía formalmente la esclavitud, y en
1866, el Congreso aprobó la Ley de Derechos Civiles que amplió una gama de
derechos a todas las personas nacidas en los Estados Unidos. A pesar de esto,
la aparición de los “Códigos Negros”,
actos sancionados de subyugación contra los negros, continuó prohibiendo a los
afroamericanos los derechos civiles debidos. La Ley de Naturalización de 1790
limitó la ciudadanía estadounidense solo a los blancos y en 1868 con la 14ta.
Enmienda se otorgó la ciudadanía a los negros. La última de las enmiendas de la
Era de la Reconstrucción, la 15ta., prometió derechos de voto a los hombres
afroamericanos, ya que hasta ese momento solo podían votas los hombres blancos
de propiedad.
Los afroamericanos
comenzaron a votar, buscar puestos de oficina, utilizando la educación pública.
A fines de la Reconstrucción a mediados de la década de 1870, los violentos
supremacistas blancos llegaron al poder a través de grupos paramilitares como
los Camisas Rojas y la Liga Blanca e impusieron leyes de Jim Crow que privaron
a los negros de los derechos de voto e instituyeron políticas discriminatorias
sistémicas a través de la desigualdad y la segregación racial. La segregación
que había comenzado con la esclavitud, continuó con las leyes Jim Crow, con
letreros utilizados para mostrar a los negros por dónde podían caminar, hablar,
beber, descansar o comer legalmente. Para aquellos lugares que eran racialmente
mixtos, los no blancos tenían que esperar hasta que todos los clientes blancos
fueran atendidos. Las instalaciones segregadas se extendieron desde escuelas
solo para blancos a cementerios solo para blancos. Un verdadero apartheid.
Los estadounidenses de
origen asiático, incluidos los de ascendencia del este de Asia, el sudeste
asiático y sur de Asia, han experimentado racismo desde que los primeros grupos
importantes de inmigrantes chinos llegaron a los Estados Unidos. La Ley de
Naturalización de 1790 hizo que los asiáticos no fueran aceptados para la
ciudadanía. Los inmigrantes de primera generación, hijos de inmigrantes y
asiáticos adoptados por familias no asiáticas todavía se veían afectados por la
discriminación.
Durante la Revolución
Industrial de los Estados Unidos prevaleció la escasez de mano de obra en las
actividades mineras y ferroviarias. La mano de obra inmigrante china se usó a
menudo para llenar ese vacío. Se vio que los chinos tomaban el trabajo de los
blancos por un salario menor, y la frase “peligro
amarillo”, prediciendo la desaparición de la civilización occidental, ganó
popularidad.
La Constitución de 1879 de
California prohibió el empleo de personas chinas por parte de los gobiernos
estatales y locales, así como por las empresas que se incorporaron en
California. Además, la constitución de 1879 delegó el poder a los gobiernos
locales en California para eliminar a los chinos de sus fronteras. La Ley
Federal de Exclusión de China en 1882, prohibió la inmigración de trabajadores
chinos durante diez años después de que miles de inmigrantes llegaran al oeste
de los EEUU. Se produjeron varios ataques de la mafia contra los chinos,
incluida la masacre de Rock Springs de 1885 en Wyoming en la que murieron al
menos veintiocho mineros chinos y quince resultaron heridos, y la masacre de
Hells Canyon en 1887 en Oregon donde murieron treinta y cuatro mineros chinos.
Los estadounidenses de
ascendencia latinoamericana, a menudo categorizados como “hispanos”, provenúian
de una amplia variedad de orígenes raciales y étnicos. Después de la guerra
entre México y los Estados Unidos (1846-1848), los EEUU anexaron gran parte del
sudoeste de México. Los mexicanos que residían en ese territorio se vieron
sujetos a la discriminación. Se estimaba que entre 1848 y 1930 gran cantidad de
mexicanos fueron linchados a una tasa sin precedentes de cerca de quinientos
cada cien mil habitantes. Durante la Gran Depresión el gobierno de los EEUU
patrocinó un programa de repatriación mexicano que tenía como objetivo animar a
los inmigrantes mexicanos a regresar voluntariamente a México, sin embargo,
muchos fueron expulsados a la fuerza en contra de su voluntad. Gran parte de
las personas deportadas, eran en realidad, ciudadanos de los EEUU.
En 1882 se había aprobado el
Acta de Exclusión que impedía hacerse ciudadanos a los inmigrantes chinos. Y
recién en 1898 la Corte Suprema estableció que los nacidos en los Estados
Unidos serían ciudadanos sin importar raza o nacionalidad de sus padres. En
1913 California aprobó una ley que impedía a los asiáticos ser dueños de
tierras y otras formas de propiedad, lo que se reforzaría en 1920 siendo
copiado por otros estados. En 1917 el Congreso votó la prohibición de
inmigración del sur y sudeste de Asia. El 19 de mayo de 1921 se aprobó una ley de
cuotas que limitaba el número de inmigrantes primando a los provinientes del
norte y oeste de Europa, en detrimento de los del sur y este. El 31 de mayo se
procesó a Sacco y Vanzetti condenándolos a muerte, lo que influyó en el racismo
contra los inmigrantes. Los nativos americanos fueron reconocidos como
ciudadanos de la unión y pudieron votar recién a partir de 1924. La segregación
o separación racial consistió en la separación de espacios, servicios y leyes
para las personas de acuerdo con su ascendencia.
Entre 1830 y 1950 habían
linchado a cuatro mil negros, siendo en muchos casos, un espectáculo público y
popular. Un ejemplo puntual y paradigmático había sido el caso de la cantante
negra Bessie Smith, “la Emperatriz de los
Blues” quien tras sufrir un accidente automovilístico en 1937, falleció
debido a que los hospitales más cercanos no la atendieron porque estaban
destinados a los blancos. Este hecho y muchos otros, fueron los que dieron
origen posteriormente al movimiento de igualdad de derechos de los negros
liderados por Martin Luther King.
La segregación racial fue
practicada legalmente hasta mediados del siglo XX, pero como resultado de la
lucha por el Movimiento por los Derechos Civiles en los Estados Unidos, y del
apoyo del Presidente John Fitzerald Kennedy y de Lyndon Johnson, se firmó la
Ley de Derechos Civiles en 1964 por la cual se prohibió la aplicación desigual
de los requisitos de registro de votantes y la segregación en las escuelas, en
el lugar de trabajo y en lugares públicos, agregando en 1965 la Ley de Derecho
de Voto.
Durante el siglo XXI la
discriminación se evidenció a partir de crímenes de odio, en gran parte a manos
de la policía, tanto hacia negros como hacia hispanos. Estos últimos,
prácticamente no los denunciaban por temor a ser deportados, razón por la cual
no se sumaban a las estadísticas y no se visibilizaban en los medios. Los
crímenes iban en aumento debido a la libre circulación de armas.
El famoso “sueño americano” de muchos habitantes de
la tierra, no justificaba, de manera alguna, las atrocidades cometidas durante
los enfrentamientos bélicos que caracterizaban al “¿Gran País del Norte?”
Muchas instituciones
públicas, empresas y asociaciones de propietarios de viviendas tenían pólizas
oficiales para excluir a los mexicoamericanos. Los escolares sufrían
segregación racial en las escuelas públicas, así como en muchos condados fueron
excluidos de servir como miembros del jurado en casos en que se involucraba
como acusado a un mexicano americano, y en muchas áreas del sudoeste vivían en
áreas separadas. Fue hasta la década de 1960 en que los jóvenes
mexicoamericanos formaron el Movimiento de Derechos Civiles Chicanos.
Los sociólogos han concluido
que algunos argumentos en contra de la inmigración ilegal se han visto teñidos
de xenofobia y latinofobia, muchos de los cuales se basaban en conceptos de
pureza racial y eugenesia. La preocupación no radicaba en la inmigración en sí
misma, sino en el origen predominantemente latinoamericano o asiático, que era
vista como una amenaza a la tradición europea.
Justamente debajo de esa
leyenda, que me había causado indignación por lo hipócrata de los conceptos que
allí se vertían, dos mujeres negras, armaban un almuerzo informal, ya que por
presencia o por nivel económico, no les era posible ingresar a los elegantes
restoranes de la zona.
Mujeres negras teniendo un
almuerzo informal en el Monumento Nacional Japonés Americano
Volviendo a Union Station, pasé nuevamente por los
parques floridos cercanos al Capitolio visitados por turistas de todo el mundo,
por el Hall of the Sates (Galería del Salón de los Estados), perteneciente a la
Organización de Servicios Estatales, que ofrecía espacios para eventos,
conferencias o reuniones, y tenía a su lado una sede del ATM (Wells Fargo Bank); y luego me detuve a
fotografiar el Kimpton George Hotel de cuatro estrellas en E St NW y el The
Dubliner Restaurant en F St NW. Todos los sitios a los que los ciudadanos de
segunda, como lo eran gran parte de los inmigrantes no tenían acceso.
Parques floridos y ómnibus
de turismo en los alrededores del Capitolio
Hall of the States y ATM
(Wells Fargo Bank)
Kimpton George Hotel de
cuatro estrellas en E St NW
The Dubliner Restaurant en F
St NW
Ya frente a la estación se me presentaron varias imágenes
de lo que significaban los EEUU, y particularmente Washington. Y fue así que un
hombre de origen africano vestía su atuendo típico, hermosas petunias habían
florecido en los extensos jardines y el paso de una limusina frente a la gran
cantidad de bicicletas estacionadas junto a la estación, mostraban la ambivalencia
de la vida en este país tan polémico.
La Union Station desde
Massachusetts Avenue y un hombre de orige africano con su atuendo típico
Petunias en las calles de
Washington
Limusina y bicicletas junto
a la Union Station
Ingresé a la Union Station donde había locales
gastronómicos para todos los gustos, y para mi sorpresa, hasta los de mayor
nivel, tenían precios mucho más bajos que los del exterior, a diferencia de lo
que ocurría en la Argentina, donde en las estaciones y terminales de ómnibus se
aprovechan de la necesidad o apuro, y elevaban los valores de los alimentos.
Así que me dispuse a tener un buen almuerzo, antes de
continuar paseando por esa variopinta ciudad.
Patio de comidas de Union
Station
Restorán del hall de Union
Station
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