Era viernes 30 de mayo,
y después de varios días en que los caminos de la alta montaña mendocina
estuvieran cerrados, junto con mi madre y mi hijo Martín pude hacer una
excursión que llegara hasta Las Cuevas. Así que, a la mañana muy temprano, nos
pasaron a buscar, y después de pasar por Potrerillos y Uspallata, hicimos la primera
parada en el centro de esquí Los Penitentes.
Al llegar a Potrerillos,
si bien aún nos encontrábamos en el ámbito de la Precordillera, pudimos observar
a lo lejos, el cordón del Plata totalmente nevado, perteneciente a la
cordillera Frontal de los Andes. Y sobre la mano derecha, visualizamos el lago
del embalse y presa Potrerillos.
Cordón
del Plata visto desde Potrerillos
Lago
del dique Potrerillos
Por la ruta nacional
número siete nos desplazamos bordeando el río Mendoza que se encontraba en
período de estiaje. Y la cantidad de precipitaciones era tan escasa y
estacional, que se manifestaba la erosión pluvial en sus márgenes, producida
cuando, durante el verano, caían cerca de cien milímetros.
Meandros
del río Mendoza en período de estiaje y erosión pluvial en sus márgenes
Vegetación
esteparia debido a escasas lluvias
Al paso por Uspallata,
sólo los conos de deyección conservaban algo de vegetación xerófila.
Cono
de deyección en la Precordillera cerca de Uspallata
A partir de ingresar a
la cordillera de los Andes comenzamos a ver todas las montañas nevadas y el
azul del cielo se intensificó notablemente. Los valles glaciarios en forma de “U”
se hicieron más frecuentes, y parte del río Mendoza se mostraba absolutamente
congelado.
Puente
sobre el río Mendoza al ingresar a la cordillera de los Andes
Laderas
cubiertas de nieve y cielo muy azul
Valle
glaciario
Río
Mendoza congelado
Una
senda en la montaña
Centro
de esquí Los Penitentes
Pista de
esquí de Los Penitentes
Naciente
de un río, nevada
Vivienda
bajo la nieve
Una
huella en la nieve
Martín
tocando la nieve por primera vez
Con
Martín y mi mamá en Los Penitentes
Construcciones
en Los Penitentes
Con
Martín y mi mamá luciendo las botas de nieve sobre la ruta nacional número
siete
Valle en forma de “U”
Cono
de deyección nevado
En
plena cordillera de los Andes
La próxima parada fue
Puente del Inca. Yo me había allegado hasta allí más de una vez, pero nunca lo
había visto nevado. Fue impactante.
El Puente del Inca consistía
en una formación rocosa que de manera natural formaba un puente sobre el río
Las Cuevas, desde allí denominado Mendoza.
En la época colonial había
sido paso obligado de viajeros y correos a Chile; y en 1817, de la campaña del
Ejército de los Andes.
En 1903 el ferrocarril
llegó a Las Cuevas y pocos años más tarde fueron inaugurados los centros
termales de Cacheuta y Puente del Inca, contiguos a las respectivas estaciones ferroviarias.
En 1925 se construyó
el hotel Puente del Inca, donde asistían las personalidades más importantes de
la época, contando cada habitación con su propio baño termal; sin embargo, desde
1945, cuando Perón fomentó el turismo social, se masificó la afluencia de
pasajeros. Pero en 1955, durante el gobierno dictatorial de Pedro Eugenio
Aramburu, el hotel fue intervenido y su director reemplazado por un capitán de
navío, quien ordenó destruir gran parte de los muebles y toda la vajilla por
asociarlos con el peronismo; incluso se decía que había hecho parar un tren con
maples de huevos, los cuales fueron eliminados por tener las letras P. P., creyendo
que eran las siglas del Partido Peronista, siendo en realidad las del dueño del
embarque, el señor Pascual Palmada. Y en 1956, lo privatizó, junto con otros complejos
turísticos, quedando en manos de los interventores designados por él.
Pero lo peor sucedió
en 1965, año de frecuentes aludes, que además de haber inhabilitado el servicio
del tren trasandino, destruyó totalmente el hotel, permaneciendo abandonado desde
entonces, a pesar de haberse convertido en un gran atractivo turístico.
En
Puente del Inca
Perro
San Bernardo
Hotel
abandonado en el Puente del Inca, bajo la nieve
Coladas
de azufre
Estalactitas
de hielo en el Puente del Inca
El
río no se congelaba porque sus aguas eran de elevada temperatura
Martín y mi mamá en el
Puente del Inca
La afluencia de turistas
ha sido muy grande, y a partir del desmembramiento de una parte de la roca,
desde 2006 se había prohibido el paso por el puente.
Antes de dejar el lugar,
pasamos por la feria que se había armado en las cercanías para comprar algunos
objetos que, dejados durante algún tiempo bajo agua sulfurosa, quedaban recubiertos
por una capa de azufre.
Vasija
cubierta por una capa de azufre
Con
mi mamá y Martín antes de dejar Puente del Inca
Ya pasado el mediodía
llegamos a Las Cuevas, localidad situada próxima al límite con Chile, siendo la
más elevada de la provincia de Mendoza, cuya altitud era de 3557 m.s.n.m.
Antes de descender,
pasamos por la capilla Nuestra Señora del Carmen de Las Cuevas, una ermita construida
por pedido de Don Orione a partir de un sobrevuelo traumático por la cordillera
de los Andes, cuando en 1936 se dirigía a Chile. Como, pese a la turbulencia y
perder altura había llegado felizmente a destino, el sacerdote italiano había
hecho el voto de construir una capilla en Las Cuevas, cerca del Cristo
Redentor, a modo de agradecimiento y también para pedir la unión de Chile y Argentina.
Y fue recién el 27 de octubre de 1977 en que, con la asistencia de argentinos y
chilenos, pudo ser inaugurada. La Virgen del Carmen, patrona del país
trasandino, estaba flanqueada por las banderas de las dos naciones.
Capilla
Nuestra Señora del Carmen de Las Cuevas
Allá por el año 1950,
el entonces presidente Juan Domingo Perón y su esposa viajaron en el histórico
Tren Trasandino hacia Chile cruzando la provincia de Mendoza; y a su regreso,
la Fundación Eva Perón dispuso la construcción de un poblado como entrada a la
Argentina desde el país vecino. Fue así que, un conjunto de casas de estilo
suizo, diera origen a Las Cuevas.
Árboles
caducifolios rodeando las viviendas de Las Cuevas
La población estable
era mínima, siendo habitada regularmente por quienes tenían a la villa como base
para escalar el Aconcagua, el cerro más alto de América, de 6962 m.s.n.m.,
además de la afluencia diaria de turistas que encontraban allí un lugar donde
pernoctar, o simplemente tener un buen almuerzo como el que a nosotros nos brindaron
en esa oportunidad.
Sin lugar a duda era muy
sacrificado vivir allí durante todo el año, mucho más pensando en las tantas
veces que el camino se cortaba por exceso de nieve, sumado a la falta de servicios
básicos como salud, educación y comunicaciones.
Hostería
Ayelen
ABIERTA
TODO EL AÑO
Hospedaje
en Las Cuevas
Ingreso
bloqueado por la nieve
Pasadizo
abierto para ingresar a un salón comedor
En
algunos lugares las paredes de nieve eran muy elevadas
Ya por la tarde, después
de una guerra de nieve y del armado del tradicional muñeco, pegamos la vuelta
antes de que otra tormenta impidiera nuevamente el tránsito por la zona.
Martín
feliz con su muñeco de nieve
Fuertes
pendientes nevadas en la Cordillera
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