miércoles, 29 de abril de 2020

El Encuentro Humboldt de Rosario y el nacimiento de Melina


  
Entre los días 13 y 17 de octubre de 2008 se llevaría a cabo en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe, el X Encuentro Internacional Humboldt, programado como siempre con más de un año de antelación.
Y ya había organizado mis actividades anticipadamente para concurrir durante toda la semana cuando mi hijo Enrique me anunció que Silvia, su mujer, tenía la cesárea programada para el miércoles 15 de octubre, ¡exactamente en medio del Encuentro! Yo debía participar de manera activa en más de una mesa, pero como había tenido la mala experiencia de no poder estar presente durante el nacimiento de Laurita, mi segunda nieta, decidí partirme en dos.
El Encuentro comenzó el lunes 13 por la mañana en los salones de la AMMA (Asociación Mutual Mercantil Argentina), momento en que Omar Gejo como Presidente del Centro Humboldt, y Gustavo Buzai como Coordinador General, dieran la bienvenida. Luego yo, como Representante Argentina ante la Unión Geográfica de América Latina y Coordinadora de la Red Latinoamericana de Estudios Geográficos de la Unión Geográfica Internacional, dije unas palabras.

El Prof. Omar Gejo y el Dr. Gustavo Buzai
durante el Acto de Apertura del X Encuentro Internacional Humboldt


Acto seguido, un grupo de jóvenes profesores de Geografía de Rosario hicieron una breve reseña sobre las características de la ciudad y su región.



Daniel Martín Gernero, Érica Mariana Lugo, María del Carmen Lascano Peralta,
Franco Martínez Carrieri y Elián Babini Ribes durante la presentación de Rosario y su Región


Durante el resto de la jornada se expusieron una conferencia, varias ponencias y tuvo lugar un panel. Y al terminar el día, con algunos de los participantes tuvimos una reunión informal en el bar Capote, una especie de “after office” donde nos sirvieron una típica picada acompañada por bebidas con y sin alcohol.


Omar en el bar Capote


Joao Villa Boas Simoncini, de Minas Gerais (Brasil)
degustando los manjares rosarinos acompañados por café de su país


A lo largo de todo el martes 14 se desarrollaron una mesa redonda y varios simposios donde oficié de comentarista. Y después de cenar, algunos argentinos, mexicanos y brasileños fuimos al bar “El Cairo”, a continuar con la sobremesa.

Mexicanos, argentinos y brasileros compartimos la Mesa del Negro Fontanarrosa


Con Telma Souza Chaves (Brasil)


Al día siguiente, miércoles 15, se dictaría una conferencia, se desarrollaría otro panel y se continuaría con la exposición de las ponencias, además de la presentación de libros y revistas, pero yo ya estaba en otra cosa. En cuanto salimos de “El Cairo” tomé un taxi hasta la terminal de ómnibus y me fui a Buenos Aires.
En la puerta del sanatorio Anchorena me estaba esperando Enrique, nervioso como todo padre primerizo, y comenzó el tiempo de espera de la llegada de mi tercera nieta.
Cuando a Silvia la llevaron al quirófano yo permanecí en la sala de espera junto con Salvador, su padre, y su hijo Santi. Desde ya que todos estábamos muy tensos, pero tratábamos de disimularlo mutuamente. Y como Salvador era pescador, se lo pasó todo el tiempo narrándome sus aventuras, y desde ya, como era de esperar, a medida que pasaban los minutos, sus piezas eran cada vez más grandes. Evidentemente, el pez es el único animal que continúa creciendo después de muerto.
Mientras nosotros nos entreteníamos con esos relatos, Santi (11) se ponía cada vez más inquieto, por lo que decidí acercarme junto con él a la sala previa al quirófano, donde supuestamente no estaba permitido el ingreso. Y allí, en ese preciso momento, apareció un enfermero trayendo una cuna, y lejos de echarnos, nos preguntó si éramos familiares de Melina.
-“¡¿Es ella?!”, le preguntamos ansiosos.
-“¡Siiiiiiiiiiii!”, nos contestó sonriente.
Y después de ver a esa gorda preciosa con semejantes cachetes, nos abrazamos y lloramos de emoción.


Melina recién nacida


Melina con sus papis


Melina con su mami y su hermano Santi


Permanecí todo el día allí. Si bien es realmente hermoso ser madre, mucho más lo es ser abuela. Así que no tenía ninguna gana de irme, pero debía hacerlo; y viendo que todos estaban bien y que no me necesitaban, rumbeé para la terminal de ómnibus de Retiro y a la mañana siguiente, nuevamente estaba en Rosario.
El jueves 16 escuché varias exposiciones y participé de la Asamblea Anual del Centro Humboldt durante la cual me nombraron Presidenta por el siguiente período de dos años.
Esa noche fuimos a cenar al Club Español de Rosario, creado el 8 de octubre de 1882 por la colectividad hispana. Considerado madre de otras instituciones como el Hospital Español de Rosario, no sólo se había destacado por ser uno de los principales centros culturales de la ciudad, sino por la belleza de su arquitectura.



En las escalinatas del Club Español de Rosario con Diego de Souza Pérez, Alfredo César Dachary, Omar Gejo, Santiago Böndel, Edson Trajano Vieira, Stella Maris Arnaiz Burne y Nilde Ferreira Balçao


Edificio de la Asociación Española, entidad fundada en 1857


Si bien el lema del X Encuentro era “El Mundo como Geografía”, el viernes 17 la mayor parte de la actividad estuvo dedicada a la problemática de la soja, por ser Rosario la ciudad más impactada debido a ser epicentro de su comercialización. Y ese día yo debí exponer mi ponencia “La Culpa no es de la Soja…”, haciendo referencia a que se trataba simplemente de una de las consecuencias del sistema capitalista, y no necesariamente, de un recurso en particular.
  


Durante la exposición de mi ponencia



Después de otras presentaciones, se llevó a cabo un panel donde el Ing. Oscar Maroelli del Ministerio de la Producción de la Provincia de Santa Fe, y el Dr. Eduardo Spiaggi de la Universidad Nacional de Rosario, intentaron explicar las razones que justificaban la elección del cultivo de soja por parte de los agricultores y empresarios.




El Ing. Oscar Maroelli  y el Dr. Eduardo Spiaggi en el panel “La Problemática de la Soja”


Ya avanzada la tarde se puso fin al Encuentro formal, pero quedaba pendiente el otro, el que tenía más que ver con lo afectivo que con lo académico, y por ende, más importante.
Nos reunimos para cenar y luego regresar al bar “El Cairo”, y así despedirnos hasta el año siguiente en la localidad de Ubatuba, Brasil.



 Fueron muy emotivas las palabras que pronunciara Nathan Belcavello de Oliveira
durante el brindis de despedida





Diego, María del Carmen, Solange y Darío
  

Solange, Érica, Elián y Darío en el bar “El Cairo”


En cuatro horas estuvimos nuevamente en Buenos Aires. Como en todas las primaveras los jacarandás estaban florecidos y la temperatura era muy agradable. Pero a pesar de que todo se presentaba ideal para salir a caminar sin rumbo, yo sólo pretendía encontrarme con mis nietas y jugar con ellas.


Jacarandás florecidos durante la primavera porteña


Con mis nietas Laurita, Ludmila y Melina


Había pasado una semana muy cargada de vivencias y emociones. Todo había resultado muy positivo, pero me sentía agotada. Sin embargo, todavía faltaba algo más de dos meses para finalizar el año y poder tomarme unas merecidas vacaciones.



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