miércoles, 21 de junio de 2017

En Mérida

  
Mérida se encontraba en la península de Yucatán, a nivel del mar, en una zona de elevada temperatura durante todo el año.
Databa de 1542 y fue fundada sobre los vestigios de una ciudad maya. Justamente sobre las piedras de las construcciones mayas fue que los españoles levantaron sus edificios. Y su nombre se debía a la homónima española de donde procedían algunos de los conquistadores.
La ciudad conservaba la arquitectura colonial y a pesar de no superar el millón de habitantes, era la más poblada del sudeste mexicano.
Debido al impulso que le había dado a las actividades culturales, en el año 2000 fue nombrada Capital Americana de la Cultura, siendo la primera en recibir dicho honor.
Podían encontrarse edificios desde los siglos XVII y XVIII en adelante, estando representados diferentes períodos en que la urbe pasó por momentos de bonanza económica. También se mantenían antiguos arcos que pertenecieran a la muralla que protegía a la ciudad de los ataques de los nativos.
Mérida contaba con museos que guardaban piezas de gran valor, así como con la Catedral de San Ildefonso, la más antigua de México y la primera en ser construida en el continente americano. El templo se había consagrado en 1598.
Los yucatecos tenían ciertas diferencias respecto de sus compatriotas de otras regiones, no sólo a partir de su origen maya sino debido al aporte europeo y a la inmigración sirio-libanesa. Los giros idiomáticos les eran propios, así como su fama de pícaros, tercos y brutos. Al punto que se podían oír bromas tal cual en Argentina las hacíamos hacia los vascos y los gallegos.
Durante el EGAL, hubo una especie de exposición de fotografías de frases encontradas en la vía pública, que eran representativas de su idiosincrasia, como por ejemplo:
“El clima en Yucatán es agradable y fresco, lo que pasa es que no se siente por el calor.”
“el cistema de educación puvlica funciona muy vien”
“Orgullosamente Yucaterco”


Y si bien en América Latina supuestamente hablábamos el mismo idioma, evidentemente teníamos grandes diferencias. Y los argentinos encontramos un cartel en un negocio de Mérida, que decía: “Hay pijas de todas las medidas.” Primero le tomamos una fotografía y luego averiguamos de qué se trataba. En México, el sinónimo de “pija” era “tornillo”, mientras que en la región rioplatense era “pene” en su expresión más grosera.

También los yucatecos mostraban cultura propia en la gastronomía. Como en el resto del país estaba presente el maíz en casi todas las recetas, pero allí se combinaban con productos tropicales y frutos del mar. Y sus pimientos eran mucho más fuertes. Al extremo de que el resto de los mexicanos se quejaba de lo picante que estaban las comidas. ¡Imagínense lo que podía pensar yo! Así que debido a eso y al calor intenso, opté por alimentarme a base de frutas.

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