martes, 19 de marzo de 2024

De Montería a Cartagena de Indias

   El viernes 20, fuimos hasta el terminal terrestre de Montería para tomar el ómnibus que nos llevaría hasta Cartagena de Indias. El lugar estaba repleto de gente, mucha de la cual ofrecía, a los gritos, diversidad de productos, y, sinceramente, se tornaron insoportables por la insistencia en la oferta de sus mercancías.

A poco de andar, también subieron al micro varios vendedores ambulantes, pero ellos, a diferencia de los anteriores, no solo que ofrecían comida, sino que eran mucho más sosegados. 

Vendedor ambulante a bordo del ómnibus

  

Enfilamos hacia el norte, y por el camino fuimos observando las diferentes actividades que se desarrollaban, siendo las principales las agropecuarias, que se localizaban en los valles intermontanos.

En gran parte de los campos la fumigación se hacía con aspersores manuales, cargando el tubo con el veneno sobre la espalda, y sin protección alguna; y, por otra parte, la cría de ganado se notaba absolutamente lábil, con animales a los que se les notaban sus huesos, así como también sospechábamos prácticas obsoletas. 

Trabajadores fumigando los campos con aspersores manuales y sin protección personal

 

Producción ganadera en la provincia de Bolívar

  

Cerca de cuatro horas de haber partido de Montería, llegamos a la ciénaga Aguas Claras, un gran humedal dominado por especies herbáceas, formando una transición entre los ecosistemas acuáticos y terrestres. 

Llegando a la Ciénaga Aguas Claras en las cercanías de Gambote

 

Cruzamos el puente de Gambote, ubicado en la Troncal de Occidente sobre el canal del Dique, y desde allí, tuvimos una visión de esa gran obra de infraestructura.

El canal del Dique consistía en una bifurcación artificial del Magdalena, en la región Caribe de Colombia, construido en el siglo XVI y ampliado durante el siglo XVII, para facilitar la navegación entre este río y la bahía de Cartagena. En un inicio, la administración del canal había estado a cargo del Cabildo de Cartagena, pasando posteriormente a múltiples arrendatarios que únicamente se interesaban por el cobro de los dineros obtenidos por su uso sin realizar ningún tipo de mantenimiento, pudiéndose utilizar pocos meses al año, y permaneciendo mucho tiempo sin agua. En los siglos siguientes se realizaron diferentes obras que permitieron aumentar su circulación tomando en cuenta las nuevas demandas comerciales. Sin embargo, ante dichas intervenciones se incrementó el caudal del Magdalena dando lugar a problemas de índole ecológico. 

Canal del Dique desde el puente de Gambote


  

Gambote


  

Ciénaga Aguas Claras

  

Al transitar por la provincia de Bolívar comenzamos a padecer las consecuencias del pésimo estado del camino, ya que había momentos en que el conductor del ómnibus debía hacer zigzag para esquivar baches teniendo que pasar al otro carril; pero, en ocasiones en que venía algún vehículo de frente, no tenía más remedio que reducir la velocidad, y soportar el cimbronazo, que, además de sacudirnos a todos, contribuía a destrozar los amortiguadores.

 

Pésimo estado de la ruta en la provincia de Bolívar

 

Ya en Turbaco, convivían sectores socioeconómicos extremos, desde los más pobres a los más ricos, lo que se manifestaba tanto en las construcciones como en las actividades desarrolladas. 

VERDULERA La TRONCAL

  

Haciendas en condominio

 

 

Marginalidad en Turbaco

 

En veinte minutos estábamos arribando a la terminal terrestre de Cartagena de Indias, donde a primera vista nos sorprendieron dos cosas. La primera de ellas fue la forma obsoleta en que se cargaban los equipajes; y la segunda, la cantidad de moto-taxis que se acercaban al ómnibus para trasladar a los pasajeros. 

Llegando a Cartagena de Indias

  

Carga de equipajes en el terminal terrestre de Cartagena de Indias

 

Nosotros tomamos un auto-taxi tradicional, de color amarillo, que tuvo que atravesar gran parte de la ciudad, ya que nos encontrábamos a casi quince kilómetros del Centro Histórico, por lo que, sumado al tránsito sumamente pesado, tardó casi cuarenta minutos. 

Tránsito pesado en Cartagena de Indias

  

Nos hospedamos en el hotel Santa Cruz, ubicado en la calle de la Moneda, un lugar sencillo pero muy cómodo y excelentemente ubicado.

Y lo insólito fue que cuando nos registramos, el conserje nos preguntó por qué medio habíamos arribado a la ciudad, si en crucero o en avión. Pero cuando le dijimos que lo habíamos hecho en ómnibus, ¡no lo podía creer…! Dijo que nadie viajaba de esa manera, y mucho menos siendo extranjeros, ya que no solo que era muy incómodo, sino, fundamentalmente, ¡muy peligroso…!

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