La 7th Avenue esquina 34th W era, además, una zona
comercial y bancaria muy concurrida de Manhattan, tanto en tránsito como a
nivel peatonal. Y me llamó la atención la cantidad de taxis que circulaban,
destacándose por su llamativo color amarillo.
La cuadra del hotel
Pennsylvania frente al Madison Square Garden
Vista del hotel Pennsylvania
desde la esquina de Seventh Avenue y W 34 Street
Muchos taxis circulando por la
Seventh Avenue
El Madison Square Garden
La esquina de Seventh Avenue y
W 34 Street, muy concurrida a medida que avanzaba la mañana
Citibank en Seventh Avenue y W
34 Street
Homenaje a las víctimas de las
Torres Gemelas en Penn Station
Generalmente no
acepto encargos cuando viajo porque no me gusta cargar con equipaje ni atarme a
recorridos comerciales; pero en esa oportunidad, a mi hija Fernanda se le había
roto la lente de su cámara Nikon, y había visto por internet que el precio en
la tienda B & H de New York era sensiblemente más bajo que el que debería
pagar en Buenos Aires, por lo que me vi obligada a solucionarle el problema.
Así que tomé 33rd Street, y a sólo dos cuadras, doblando por la
Novena Avenida llegué a destino. Pero antes de entrar al local, quedé impactada
por la vista del Empire State, que se encontraba a pocas cuadras de allí.
Vista del Empire State por 33rd
Street desde la Novena Avenida en la esquina de las tiendas B & H
Tiendas B&H en la 9th
Avenue entre W 33rd y W 34th Street
Apenas ingresé a
las tiendas B & H me sorprendí al ver a los empleados usando tocado, barba
larga y rizos en la sien, lo que me confirmó que el establecimiento era
propiedad de judíos ortodoxos, permaneciendo cerrado los días sábados, por ser
el séptimo día o día sagrado.
Prontamente
vinieron a mi encuentro, me preguntaron en qué idioma prefería que me
atendieran, y me indicaron el piso al que debía dirigirme. Y allí, a partir de
los códigos que me había dado mi hija, enseguida me entregaron la mercadería.
¡Pero no quería irme! Era increíble ver la cantidad y diversidad de cámaras,
teleobjetivos, filtros, flashes, y otros chiches. Pasé un largo rato
disfrutando de esas vitrinas, porque así como a otras mujeres las atraen las
joyerías y casas de moda, mi máximo placer lo constituyen las vidrieras de
artículos fotográficos. Sin embargo, no contaba con dinero disponible para
adquirir algo que, en ese momento, sólo lo utilizaba como hobby, por lo que
continué mi recorrida por otros pisos del local. Pero al llegar al sector de
computación vi con asombro que las nets costaban entre 250 y 280 U$S, casi la
cuarta parte de lo que valían en la Argentina; y el tipo de cambio en ese
momento, abril de 2010, estaba a 3,89 pesos. Esas sí las necesitaba para
trabajar, ergo, reventando mis tarjetas, dije la clásica frase: “Deme dos”.
B & H - PHOTO – VIDEO – PRO AUDIO
Al salir de allí pensé que me iba a encontrar
con un barrio puramente judío, pero si bien me crucé con varios ortodoxos, por
la Novena Avenida había comercios que vendían comida y enseres de diferentes
países, como Pakistán, la India, y Francia, entre otros, mostrando el gran
cosmopolitalismo de esta ciudad.
Gastronomía pakistaní en la
Novena Avenida
Esquina de Avenida Novena y W
37th Street
Un judío ortodoxo caminando
por la Novena Avenida
Por largo rato anduve deambulando por el
barrio, observando las típicas edificaciones con sus escaleras de incendio.
Por la calle W 38,
me dirigí a la Quinta Avenida, donde, pasé por “The Feminist Press”, una
editorial literaria independiente, sin fines de lucro, fundada en 1970, que
promovía la libertad de expresión, la justicia social, y la igualdad,
publicando a personas con espíritu activista. Y más tarde, además de caminarla
hacia un lado y otro, visité tiendas y bazares.
Feminist Press – 5ta. Avenida
entrte las W 34th y W 35th Streets
Gran variedad de comercios en
la Quinta Avenida
Si bien no es lo ideal comprar recuerdos al
comienzo del viaje, aproveché los buenos precios, ya que los días que me
esperaban en Washington iba a estar muy ocupada, y, además todo saldría mucho
más caro.
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