domingo, 23 de octubre de 2022

Piscina, té y misa en día de domingo

  

Si bien estábamos de vacaciones, los domingos continuaban siendo días de descanso, que, en este caso, sería de interrupción de excursiones y de un mayor relajamiento. Por eso, toda la mañana Ludmila, Laurita, Martín y Omar disfrutaron de la piscina del complejo, mientras mi madre y yo permanecíamos en sendas reposeras.

Ludmila y Omar jugando con la jirafa inflable

 

 

Omar con Laurita y Ludmila junto a la ballena inflable

 

 

Ludmila a babucha de Omar

 

 

Laurita a upa de Omar

 

 

Martín saliendo de la pileta

 

 

Y a la tarde, después de una siesta, fui con mi mamá y los chicos a la casa de té “El Ángel Azul”, una de las primeras que se habían instalado en la zona, y que se encontraba camino a Piedras Blancas por el Circuito Chico.

Además de contar con una variada gama de postres, tortas y diferentes blends de tés, el establecimiento estaba rodeado de amplios jardines que contenían muchos árboles y flores, además de un estanque con peces. 

Casa de té “El Ángel Azul

 


 

Con mi mamá, Laurita, Martín y Ludmila saboreando ricos tés y deliciosas tortas

 

 

Laurita mirando el paisaje desde la ventana de la casa de té “El Ángel Axul

 

 

Martín y Ludmila disfrutando de la merienda

 

 

Mi mamá y Laurita durante la merienda

 

 

Laurita con su cheese cake con frutos rojos

 

 

Laurita y Ludmila andando por los jardines de la casa de té “El Ángel Azul”

 

 

Mi mamá en los jardines de la casa de té “El Ángel Azul”

 

 

Peces en el estanque de la casa de té “El Ángel Azul

 

 

Ludmila y Laurita en los los jardines de la casa de té “El Ángel Azul”

 

 

Un avanzado cuarto creciente

 

 

Flores en los jardines de la casa de té “El Ángel Azul”

 

 

Martín, Laurita, Ludmila y mi mamá en los jardines de la casa de té “El Ángel Azul”

 

 

Laurita a upa de Ludmila

 

 

Y cayendo la tarde, regresamos a la Villa de Merlo, para concurrir a la misa que se celebraba en la Nueva Iglesia Nuestra Señora del Rosario.

Volviendo a la Villa de Merlo

 

 

La Nueva Iglesia Nuestra Señora del Rosario consistía en una construcción moderna que contaba con dos torres, en una de las cuales se ubicaba el campanario. Y su interior, tan bonito como sencillo, estaba diseñado con ladrillos a la vista en combinación con madera.

 

Nueva Iglesia de Nuestra Señora del Rosario

 

 

Campanario de la Nueva Iglesia de Nuestra Señora del Rosario

 

 

Estando en período de vacaciones, la temporada más alta del turismo merlino, la misa reunía tanto a visitantes como locales.

Delante de nosotros, parada casi al final de la nave, se encontraba una mujer coya, que vestía el atuendo tradicional. Y, de pronto, en medio de la ceremonia religiosa, separó sus piernas, y comenzó a correr su orina, formando un “charquito” en el lugar. Yo conocía esas costumbres propias de la cultura andina, pero nunca había visto que se llevaran a cabo en un sitio cerrado, y mucho menos, en un templo.

Interior de la Nueva Iglesia Nuestra Señora del Rosario durante la misa

 

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