El viernes 16 de diciembre de 2011, volviendo de Mar del Plata después de haber tomado exámenes en la Universidad Nacional, me dormí profundamente en el micro, y cuando me desperté, ya estaba en el sur del Gran Buenos Aires, en una zona de impactante marginalidad urbana.
Marginalidad urbana en el sur del Gran Buenos Aires
Y toda
esa zona, tanto las ciudades de Berazategui como Quilmes, por donde pasaba la Ruta
Nacional Número 1, se caracterizaba por las grandes diferencias socioeconómicas
en un estrecho espacio.
En algunos partes se podría decir que se trataba de un área rur-urbana donde se criaba ganado a la vera de las casas, y, en otros casos, el terraplén construido para el tendido de los caminos había convertido determinadas zonas bajas en verdaderas lagunas cuando se producían inundaciones, lo que aumentaba la vulnerabilidad de la población.
Berazategui, una localidad con fuertes diferencias
socioeconómicas
Área rur-urbana en el partido de Berazategui
Vulnerabilidad en zonas inundables
El caso de Quilmes era paradigmático de esta situación ya que en una sola imagen se podían ver los bolsones de pobreza y de riqueza.
Pobreza y riqueza en una sola imagen en la ciudad de Quilmes
Viviendas precarias en el partido de Quilmes
En
pocos kilómetros más nos encontrábamos junto al Riachuelo, y, desde la
autopista Dr. Ricardo Balbín tuve a mi derecha, es decir, hacia el este, el Dock
Sur, perteneciente al partido de Avellaneda.
Su nombre provenía de la dársena (dock en inglés), construida en la margen sur del Riachuelo, utilizada en gran parte por buques petroleros, ya que la actividad más importante de la zona estaba concentrada en la industria petroquímica, que, a lo largo del tiempo produjera serios daños ambientales en la zona.
Dock Sur, visto desde la autopista Dr. Ricardo Balbín
El
Riachuelo constituía el límite entre la provincia de Buenos Aires y el sur de
la Ciudad Autónoma de Buenos Aires o Capital Federal, la que no pertenecía políticamente
a dicha provincia.
En
realidad, se trataba del río Matanza que era llamado Riachuelo cerca de su
desembocadura en el río de la Plata en forma de estuario, de ahí el nombre del barrio
porteño de La Boca.
Debido a que tanto La Boca como Barracas eran los barrios más bajos de la Ciudad de Buenos Aires, al soplar la sudestada, predominantemente durante los inviernos, el Riachuelo tenía imposibilitado el paso de su caudal al río de la Plata, produciéndose frecuentes inundaciones que habían podido ser controladas a partir de obras de infraestructura realizadas a mediados de la década de 1990.
El Riachuelo, límite entre la provincia de Buenos
Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
La boca del Riachuelo, desembocadura en forma de estuario
en el río de la Plata
Tanto
por las industrias petroquímicas como por los efluentes de la zona y los desechos
industriales vertidos en toda su cuenca, el Riachuelo se había convertido en el
paradigma de las aguas contaminadas del país.
En
1993, la Secretaria de Medio Ambiente María Julia Alsogaray presentó un proyecto
de limpieza del Riachuelo a completarse en solo mil días, lo que jamás llegó a
realizarse, por lo cual la funcionaria fue imputada por enriquecimiento ilícito
y malversación de los fondos que debían destinarse a dicha gestión ambiental.
Largos
años el plan de limpieza del Riachuelo estuvo paralizado, hasta que, en 2007,
el Congreso de la Nación sancionó la Ley Nacional Número 26.168, creando la
Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR), como ente de derecho público
interjurisdiccional dentro de la órbita de la Secretaría de Ambiente y
Desarrollo Sustentable de la Nación.
La primera
en ocupar la presidencia de ACUMAR fue Romina Picolotti, acusada de actos de
corrupción y reemplazada por Homero Bibiloni, sin embargo, ese mismo año se
comenzó con la remoción de barcos y su desguace.
En
2008 se lograron avances concretos que mejoraron el estado del ambiente y la
calidad de vida de más de ocho millones de habitantes, relocalizando a las
familias que vivían sobre las márgenes del río en asentamientos precarios
construidos en una zona de riesgo ambiental, y, a la vez se invirtió en la
construcción, ampliación y recuperación de desagües pluviales.
Y desde 2010 la Dirección de Salud del organismo llevaba adelante un estudio nutricional, de desarrollo psicomotor y toxicológico a niños, embarazadas y adultos mayores, permitiendo conocer el estado real de la salud de la población para actuar en consecuencia.
El Riachuelo, las aguas más contaminadas de la
Argentina
Desde
los tiempos de la primera fundación de Buenos Aires por Pedro de Mendoza en 1536,
el puerto natural había sido este pequeño río al que inicialmente llamaran “de
la Matanza”, ya que allí se había librado una sangrienta batalla entre
indígenas y españoles.
En el
siglo XVII el cauce inferior del Riachuelo era muy diferente al del siglo XXI,
ya que cerca de la desembocadura, su curso giraba hacia el norte, por el lugar
que luego pasara a ser la Dársena Sur del Puerto Madero, hasta encontrarse con
el río de la Plata en las cercanías del parque Lezama, lo que posteriormente
fuera modificado con obras de relleno y canalización, permitiendo el ingreso de
buques de ultramar.
Cuando
Juan de Garay fundó Buenos Aires por segunda vez, en 1580, se lo conocía despectivamente
como “Riachuelo de los Navíos”, ya que en su antigua boca encallaban los
navíos europeos, a pesar de lo cual, continuó utilizándose como puerto natural
tanto para embarcaciones de carga como de pasajeros. Más tarde tomó los nombres
de “Riachuelo de Barracas” y de “Río de la Boca”, habiendo conservado
simplemente la denominación de “Riachuelo”.
La
zona estaba desolada, con vegetación y lugares donde las lavanderas realizaban
su labor. Toda la ribera del río de la Plata era barrosa, lo que esto, sumado
al escaso calado, daba tranquilidad a los vecinos de que ningún barco enemigo
pudiese acercarse a esa aldea que era Buenos Aires. Los barcos llegaban a la
distancia y luego en botes, descendían los pasajeros y las mercaderías hasta la
orilla.
En
1881 el Ingeniero Luis Augusto Huergo presentó un proyecto que planeaba la
construcción de una serie de dársenas como si fueran dientes de un peine,
colocadas en forma oblicua, que cubriría la ribera desde la boca del Riachuelo
hasta el norte. Pero se encontró con un fuerte competidor, con influencias, el
comerciante Eduardo Madero, sobrino de Francisco Madero, el vicepresidente de
Julio A. Roca, y vecino del barrio, quien, en 1882 presentó su idea, que era la de
construir diques cerrados conectados mediante puentes, que consistirían en
cuatro dársenas con dos canales, uno al norte y otro al sur. Hubo largas sesiones
en el Congreso discutiendo ambas propuestas, con polémicas que se trasladaron a
los vecinos, algunos partidarios de Huergo, y otros, de Madero. Y finalmente,
en octubre de 1882 el Congreso aprobó el proyecto de Madero que se hizo con
fondos de la Baring Brothers, y con el asesoramiento de Sir John Hawkshaw, un
ingeniero inglés miembro de la Royal Society, siendo el contrato firmado por el
Presidente de la Nación.
Las protestas de Huergo al remarcar las
deficiencias del proyecto de Madero cayeron en saco roto, nadie lo escuchó. Y
el 28 de enero de 1889 se inauguró la Dársena Sur, a la que se le impuso el
nombre de Puerto Madero, finalizando la totalidad de la obra en 1898, año en que
el puerto estuvo listo para operar.
En esos tiempos se incrementaron las
exportaciones y comenzaron a llegar barcos cada vez más grandes, demostrándose
la ineficiencia de la que tanto había insistido el Ingeniero Huergo, teniendo
que rehabilitar las viejas y castigadas instalaciones del Riachuelo. Fue así,
que, en 1911, en base al proyecto de Huergo, comenzaron a construir Puerto Nuevo,
finalizándolo en 1928.
Mientras tanto, los grandes depósitos
de ladrillo a la vista diseñados por Wayss y Freytag, se usaron para el
almacenamiento de granos y mercaderías con destino al exterior, pero paulatinamente
fueron perdiendo utilidad, y quedaron en el abandono.
Recién el 15 de noviembre de 1989 se
firmó el acta de constitución de una sociedad anónima denominada Corporación
Antiguo Puerto Madero. El año 1991 fue el punto de partida de una urbanización
en la que fueron surgiendo restoranes, edificios de oficinas, departamentos y
hoteles, y una explosión inmobiliaria que quintuplicó el valor del metro
cuadrado.
Si bien fue positiva la recuperación de
los depósitos, la construcción posterior de grandes torres, que además de
quitarle aireación a la ciudad han sido edificadas sobre terrenos “ganados”
al río de la Plata, con su consiguiente inestabilidad, se han constituido en un
verdadero “zoológico de elefantes blancos”, con residencia de quienes
heredaron tanto el espíritu comercial como las grandes limitaciones en cuanto a
diseño arquitectónico del fracasado Eduardo Madero.
A pesar de que el Puerto Madero fue
desactivado para el intenso tráfico de buques de grandes dimensiones, desde la Dársena
Sur partían embarcaciones de menor porte como el caso de la empresa fluvial Fast
Ferry, que cruzaban a la ciudad de Colonia del Sacramento, en la ribera uruguaya
del río de la Plata.
En 1999, en el canal de la Dársena Sur se instaló el Casino Buenos Aires. Aunque en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires estaba prohibida la instalación de esa casa de juegos, por el hecho de haberse localizado en dos barcos anclados en aguas de jurisdicción nacional, lograron sortear la legislación local.
Ingresando al canal de la Dársena Sur
Puerto industrial y de depósitos
Empresa fluvial Fast Ferry que cruzaba el río de la
Plata
rumbo a Colonia del Sacramento en la República
Oriental del Uruguay
Casino Buenos Aires funcionando en dos barcos anclados
Uno de los espacios de estacionamiento de Puerto Madero
Puerto Madero, uno de los barrios de mayor nivel socioeconómico
de la Ciudad de Buenos Aires
Antiguos edificios reciclados y nuevas torres en Puerto
Madero
Bancos, hoteles y viviendas de categoría en Puerto Madero
Y a menos
de diez minutos del barrio más caro de Buenos Aires, se levantaba la Villa 31,
más conocida como Villa de Retiro, uno de los lugares de mayor marginalidad de
la Ciudad. Allí, las viviendas multicolores fueron creciendo tanto en extensión
como en altura, siendo, algunas de ellas, absolutamente endebles.
Antes
de que el micro ingresara a la terminal de Retiro, vecina a la Villa, pude ver
zapatillas colgando de cables, que indicaban que en ese sitio se vendía droga. Ahora
cabe aclarar que esto no era privativo de este barrio, en Puerto Madero también
se vendía, pero de la buena, la de mayor pureza. En cambio, aquí era la denominada
“paco”, que consistía en pasta base de cocaína, es decir, residuos disueltos
tratados con querosene o gasoil, y mezclados con sustancias alcalinas o ácidos.
Y esto no era menor, no porque la droga de calidad no fuera perjudicial, sino
que este engendro era mucho más dañino, por generar mayor dependencia y
deterioro del cuerpo y de la mente.
Por otra parte, en la Villa la vida social era muy intensa, se practicaban deportes y se tenía acceso a gran variedad de artículos a partir de las ferias que se armaban en sus calles, y, seguramente, con mayor sentido de la solidaridad que entre los habitantes de Puerto Madero.
Villa 31 en el barrio de Retiro
Zapatillas en los cables como indicador de venta de droga
Un picadito en la Villa de Retiro
Feriantes en la Villa de Retiro
A
diferencia de otros aglomerados del mundo donde la riqueza y la pobreza se
manifestaban espacialmente en diferentes cordones bien separados entre sí, en
el Área Metropolitana de Buenos Aires, ambos estratos se mantenían contiguos, en
todos los distritos, siendo los sectores más marginados los que “sostenían”
las necesidades de los más ricos.
Una muestra de esa vecindad era la vista del Kavanagh, uno de los edificios más emblemáticos y lujosos de Buenos Aires, desde la Villa 31, ambos en el barrio de Retiro.
Vista del Kavanagh desde la Villa 31 en el barrio de
Retiro
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