viernes, 1 de septiembre de 2023

Un sábado en Olivos y el Barrio Chino de Buenos Aires

El 26 de noviembre de 2011, Omar y yo íbamos a participar de los festejos de cumpleaños de un familiar en el Club Centro Galicia, para lo cual tomamos el tren de la línea Mitre en la estación Retiro, bajándonos en Olivos, una ciudad del norte del Gran Buenos Aires.

Una vez finalizado el opíparo almuerzo, así como bailes y otras actividades tradicionales españolas, salimos a caminar por la calle Mariano Pelliza rumbo al río. Y, como en otras partes, lo primero que observamos con insatisfacción, fue que los efluentes de la ciudad sumados a la basura depositada por los vecinos, contaminaban las aguas, donde, a pesar de eso, algunas personas las utilizaban como balneario. Y si bien no debería habernos sorprendido, se trataba de una localidad donde predominaba población de nivel socioeconómico alto, que cuestionaba permanentemente a los grupos de menores recursos económicos, a quienes los trataban de “negros sucios e inadaptados”.

Omar junto a la descarga de efluentes y basura en la ribera del río de la Plata en Olivos


Continuamos avanzando por la ribera y fuimos acercándonos al Club de Pescadores Olivos que contaba con el muelle César Wursten, construido totalmente en cemento, internado trescientos metros en el río de la Plata sobre aguas pasantes.

 

Edificio del Club de Pescadores Olivos


 

Muelle César Wursten en el Club de Pescadores de Olivos


Y vecino al Club de Pescadores se encontraba el Club Náutico de Olivos al que pertenecían gran parte de los veleros que navegaban en esa espectacular tarde de sábado. Algo muy “cool”, pero que evidentemente no era para cualquiera.

 

Veleros en el río de la Plata


Tomamos el tren de regreso, pero esta vez, descendimos en la estación Belgrano C. de la Ciudad de Buenos Aires, donde se encontraba el Barrio Chino.

Ese sector del barrio porteño de Belgrano, más concretamente del denominado “Bajo Belgrano”, con eje en tres cuadras de la calle Arribeños, y epicentro en su intersección con la calle Mendoza, a partir de la cual, la actividad comercial se desarrollaba intensamente, se caracterizaba por ser la residencia de diferentes comunidades asiáticas, con predominio de la taiwanesa, además de chinos continentales, coreanos, tailandeses y japoneses nikkei, es decir, de ascendencia japonesa, pero nacidos en la Argentina.

 

Llegando al Barrio Chino de Belgrano


El punto de partida de esta nueva localización había sido la fundación de la Iglesia Presbiteriana Sin Heng Nuevo Avivamiento en la década de 1980, alrededor de la cual se estableció una oleada inmigratoria taiwanesa, sumándose posteriormente familias chinas y japonesas, a partir de lo cual cambió rápidamente la fisonomía del barrio con la apertura de numerosos restoranes, supermercados, comercios de baratijas y otros locales de la comunidad, además de inaugurarse en 1988, uno de los primeros templos budistas de la ciudad de Buenos Aires, el Chong Kuan, en la calle Montañeses. 

Previamente a este proceso, la zona era residencial de clase media, siendo únicamente muy transitada la calle Juramento, por lo tanto, el haber tomado popularidad y siendo cada vez más visitada, los inconvenientes de tránsito y el consiguiente ruido, además de la irregularidad de ciertos comercios, provocaron numerosas denuncias por parte de los vecinos.

Hubo un nuevo escándalo en 2009 cuando se terminó la construcción del arco de acceso, en la entrada “oficial” al barrio, en la intersección de las calles Arribeños y Juramento. El arco, de once metros de alto y ocho de ancho, estaba hecho en mármol, con columnas de cemento, leones de piedra tallada y diversos elementos representativos de la cultura china.

 

Arco de ingreso al Barrio Chino inaugurado en el año 2009


 

Detalle del arco de ingreso al Barrio Chino


Sin embargo, a pesar de las críticas, el Barrio Chino se fue haciendo cada vez más popular, debido a que la mayoría de los comercios permanecían abiertos todos los días del año, con excepción de algunos que cerraban los lunes, aumentando la variedad de los productos, y teniendo precios muy inferiores a los del resto de la ciudad.

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