jueves, 23 de mayo de 2024

En el Centro de Santiago de los Caballeros de Mérida

    El viernes 27 de enero, a la mañana temprano, escuché el programa “Aula Ambiental”, donde se pasaba la entrevista que la Doctora Nancy de Sardi me había realizado el día anterior. Si bien los temas tratados fueron variados, había hecho hincapié en el impacto de los plaguicidas en la salud de la población del nordeste argentino.

Y después de desayunar decidimos ir a conocer el Centro de Mérida, pero como estábamos alojados sobre la avenida Universidad en el Sector Vuelta de Lola, al norte de la ciudad, debimos tomar un taxi que nos llevara hasta la plaza Bolívar. 

Hotel Mucubaji en la avenida Universidad

 

La plaza Bolívar, ya desde la época de la colonia, había sido la Plaza Mayor. En ese entonces sólo contaba con una fuente de agua donde se lidiaban toros fungiendo como un mercado libre. Pero en 1895 se ubicó al oeste de la plaza y entonces se iniciaron los trabajos de embellecimiento, adquiriendo el nombre de Bolívar.   

Referencia histórica de la Plaza Bolívar

  

Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios Ponte-Andrade y Blanco fue un político y militar venezolano de la época pre-republicana de la Capitanía General de Venezuela; fundador de la Gran Colombia, que integraba a Venezuela, Colombia y Ecuador. Y una de las figuras más destacadas de la emancipación americana frente al Imperio español, contribuyendo de manera decisiva a la independencia de Venezuela, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Bolivia. Sus ideas y posturas político-sociales dieron origen a la corriente denominada bolivarianismo.

Bolívar ha recibido honores en varias partes del mundo a través de estatuas, monumentos, parques, plazas y calles en ciudades como Londres, París, Bucarest, Cádiz, Nueva York, La Habana, México, San Salvador, Río de Janeiro, Buenos Aires, Panamá, Guayaquil, Boyacá y Bogotá, entre otras, pero sin duda las más sentidas han sido el monumento de Caracas, por ser su ciudad natal, y el que teníamos ante nuestros ojos, debido a que en 1813 el Cabildo de Santiago de los Caballeros de Mérida, le concediera el título honorífico de Libertador.  

Monumento a Bolívar en la plaza homónima de Mérida

  

Placa en el monumento a Bolívar en la ciudad de Mérida

  

En los alrededores de la plaza Bolívar se encontraban la Catedral, el Museo Arquidiocesano, el Palacio Arzobispal, el Palacio de Gobierno del Estado de Mérida, la Casa de la Cultura Juan Félix Sánchez, el Rectorado de la Universidad de los Andes, el Museo Arqueológico, así como gran variedad de establecimientos comerciales, restoranes y hoteles.  

Plaza Bolívar con un intenso verdor y muy bien cuidada

 

Catedral de Mérida vista desde la plaza Bolívar

  

A la Catedral de Mérida no se le podía atribuir una línea arquitectónica en particular por estar conformada de una mezcla ecléctica, debido a que su construcción se inició en 1803 culminándose en 1960. Algo semejante a lo ocurrido con el edificio de la última Catedral Metropolitana de Buenos Aires, que se ha caracterizado por la diversidad de estilos, debido a que su construcción comenzara a mediados del siglo XVIII para finalizar a principios del XX, dando lugar al popular dicho “…más lento que la construcción de la catedral”. 

Frente de la Catedral de Mérida con uno de sus hermosos vitrales

 

Los vitrales multicolores la dotaban de una iluminación muy particular permitiendo destacar aun más la belleza de su interior.   

Nave principal de la Catedral de Mérida

  

En el sector sur de la plaza Bolívar se encontraba el Palacio de Gobierno del estado de Mérida, inaugurado en 1958, año de la celebración del 400 aniversario de la ciudad. 

Palacio de Gobierno del estado de Mérida con adornos de Navidad

 

En ese entonces, enero de 2012, el gobernador del estado era Marcos Miguel Díaz Orellana, médico otorrinolaringólogo, militar y locutor venezolano, quien representaba al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), habiendo sido electo en 2008 por más del 54% de los votos.  

Te invita Marcos Díaz Gobernador - ¡La fiesta del Pueblo! Mérida

  

Así como todo el resto del país, el estado de Mérida estaba absolutamente partido entre chavistas y antichavistas, pero en particular la ciudad contaba con un elevado número de opositores al gobierno, producto en parte, del alto porcentaje de población de clase media que la componía, a pesar del crecimiento de las barriadas en los últimos años. El candidato que se presentaba para las elecciones regionales a realizarse durante ese año de 2012, apoyado por la alianza de los partidos Un Nuevo Tiempo, Acción Democrática y Copei, era Pablo Pérez Álvarez, gobernador del estado de Zulia.

Los chavistas destacaban las medidas que el presidente Hugo Chávez había realizado a favor de los sectores más marginados, la defensa de los intereses nacionales a partir de la estatización de empresas privadas, los convenios con Cuba para el intercambio de petróleo por sistemas de salud, obras de infraestructura, subsidios y coberturas diversas. Mientras que los antichavistas criticaban la demagogia, el patoterismo, la falta de libertad de expresión, los nombramientos entre los miembros del PSUV, las restricciones a las inversiones extranjeras y el cepo cambiario. Todo exactamente igual que como en la Argentina ocurría respecto de peronistas y antiperonistas, y con el mismo grado de fanatismo.  

Calle céntrica con pasacalles de actividades culturales y de partidos opositores

 

El Centro o “Casco Histórico” era de estilo colonial español, trazado por ocho avenidas principales de sentido este-oeste y cincuenta y cuatro calles de sentido norte-sur, creando cuadrículas, manzanas o cuadras de aproximadamente cien metros por lado. En el sector fundacional convivían edificios de diferente antigüedad, muchos de ellos muy bien conservados. 

Casona que databa de 1924

  

La disposición de Mérida era absolutamente alargada, extendiéndose a lo largo de veintiocho kilómetros de longitud por cinco de ancho, por encontrarse sobre una meseta de origen aluvial llamada Tatuy, en un pequeño valle del río Chama, entre la Sierra Nevada de Mérida por el sur-este y la Sierra La Culata por el norte-oeste, lo cual limitaba su expansión.

Téngase en cuenta que el aeropuerto había quedado en el medio de la ciudad por lo que ya no podía utilizarse debido a la cantidad de accidentes, y la imposibilidad de construir otro en los alrededores, Mérida se conectaba con el resto del país a partir del aeropuerto de El Vigía, a más de ochenta kilómetros por camino de montaña.  

 


 Curso del río Albarregas con densa vegetación dividiendo la ciudad 

donde puede verse en paralelo la pista del viejo aeropuerto

  

Limitaciones de expansión a lo ancho por presencia de las montañas

  

Y por estar compuestos sus suelos por arcilla y sedimento aluvial, no se admitían edificaciones civiles superiores a dieciséis niveles. 

Limitaciones en la altura de las construcciones por debilidad de los suelos

 

El valle donde estaba ubicada la ciudad se había formado aproximadamente cuarenta a sesenta millones de años atrás, con la elevación de los Andes Venezolanos y su continua erosión por la hidrografía presente. Por debajo de la ciudad pasaba la mayor falla tectónica activa del occidente del país, la de Boconó que formaba parte de la placa sudamericana, principal causa de los terremotos que afectaran a la ciudad desde tiempos ha. 

Viviendas construidas en pendientes abruptas

  

A lo largo de Mérida corrían paralelos los ríos Chama y Albarregas. Este último se unía al Chama al sur de la ciudad, donde se había constituido un parque, pero previamente atravesaba la meseta dividiéndola en dos partes: la Banda Occidental y la Banda Oriental.

El Casco Histórico se encontraba en la Banda Oriental, por lo que para pasar a la Banda Occidental nos dirigimos a la calle 26 y cruzamos el río Albarregas por el viaducto Campo Elías, un ancho puente que contaba con un enorme alero que permitía refugiarse en caso de fuertes lluvias. 

Viaducto Campo Elías sobre el río Albarregas

  

Tal vez fuera la zona más transitada de la ciudad debido a la cantidad de centros comerciales e industriales concentrados allí.  

Alta densidad de tránsito entre las bandas Oriental y Occidental de Mérida

 

 

En la Banda Occidental había propagandas políticas variadas, incluso de candidatos a diferentes cargos en Colombia, lo que demostraba que se trataba de un barrio con inmigrantes del vecino país, o bien, que éstos acudían a ese sector de la ciudad frecuentemente para abastecerse de productos o servicios.  

Comercio, industrias y viviendas en la Banda Occidental de Mérida

  

Volvimos a cruzar el viaducto, y desde el enrejado de protección pudimos observar la cantidad de viviendas construidas sobre el lecho de inundación del río Albarregas, lo que constituía un gran riesgo en caso de crecidas. Además, varios de los edificios en horizontal presentaban una notable precarización.  

Viviendas construidas sobre el lecho de inundación del río Albarregas

  

Precarización de las edificaciones en las riberas del río Albarregas

  

La vegetación en el interior de la ciudad estaba integrada por árboles de copa media a alta y helechos, ubicados principalmente en torno a la cuenca del río Albarregas. 

Densa vegetación en el lecho de inundación del río Albarregas

  

Mientras que la fauna urbana constaba de aves pequeñas y medianas como colibríes y loros, diseminados en función de las áreas de mayor verdor. 

Río Albarregas desde el viaducto Campo Elías

  

En la periferia de Mérida se divisaban zonas no urbanizadas donde predominaban formas de vegetación de sub-montaña y selva estacional. 

Densa vegetación en las zonas menos urbanizadas

  

Después de una muy relajada caminata que nos ocupó toda la mañana, regresamos al Centro. Allí entramos al restorán Bimbo, que además de tener un amplísimo salón tan sencillo como limpio, contaba con una gran variedad de platos, entre los cuales pudimos elegir pastas excelentemente elaboradas, tal como en la Argentina, por las que pagamos ciento veinte bolívares.

Y durante la sobremesa comentamos que además de ser una hermosa ciudad, tanto por su entorno físico como por su clima y arquitectura, nos habíamos sentido muy tranquilos y seguros. En ese entonces, el área metropolitana de Mérida contaba con alrededor de cuatrocientos mil habitantes, y era considerada la ciudad con menores desigualdades, con mayor nivel de instrucción y la menos insegura de Venezuela. Y todo eso indudablemente se sentía en el aire.

 


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