La localidad de Cotoca se encontraba a unos veinte kilómetros de Santa Cruz de la Sierra, sobre la carretera que cruzaba el río Grande para entrar en la Chiquitanía y al Beni. El atractivo principal del pueblo era el Santuario de la Virgen de Cotoca, Patrona del Oriente Boliviano, a la que la gente cariñosamente la llamaba Mamita de Cotoca.
La Parroquia del Santuario, que llevaba el nombre de la Purísima Concepción de la Virgen, también incluía numerosas comunidades rurales. El Santuario, en ese momento, enero de 2010, era atendido por la Orden de Predicadores o Dominicos.
Galería del santuario
Todavía se podía dormir la siesta en la plaza
La imagen de la Virgen
de Cotoca consistía en una estatuilla tallada en madera realizada en el siglo
XVIII. Estaba vestida con una capa dorada siendo los colores de sus otras
vestiduras el blanco y el azul-celeste.
Imagen
de la Virgen de Cotoca
Vista interior de la Iglesia de la Purísima Concepción de la Virgen
La fiesta de Cotoca se celebraba durante los días siete y ocho de diciembre en sintonía con la de la Inmaculada Concepción de María, y el quince de diciembre, en la “recova” se volcaban miles de fieles de toda la región y del resto del país. Se calculaba que durante las peregrinaciones se desplazaban más de doscientas mil personas. Otras concentraciones multitudinarias se producían en Semana Santa, Corpus Christi, la Fiesta de la Cruz, la devoción al Divino Niño y al Señor de los Milagros, que se expresaban con cantos, rezos y danzas.
El pueblo boliviano se caracterizaba por su elevada religiosidad
Existían varias leyendas sobre la aparición de la Virgen. Una de las más populares decía que unos esclavos injustamente acusados por su patrón de haber asesinado a un hacendado, habían escapado a los montes vecinos de Azuzaquí, y mientras descansaban encontraron la imagen de la Virgen, escondida en el hueco del tronco de un árbol. La familia fugitiva rezó para que los ayudara y milagrosamente se descubrió en el pueblo a los verdaderos asesinos.
Mural que
representaba la leyenda sobre la aparición de la Virgen de Cotoca
La torre fue construida por el italiano Bernardo Cadario y entregada en 1902. El Fray Camilo de Agrazar decoró los interiores del templo, y el cura Zacarías Céspedes construyó la casa parroquial en 1939.
Un señor de apellido Salas, quien en un viaje hacia Chiquitos naufragó en el cruce del río Grande, ofreció donar las campanas si se salvaba. Y así lo hizo.
Campanario del Santuario de Cotoca
Cotoca era una localidad muy antigua.
Probablemente se habría originado como un villorio, de los tantos formados por
los agricultores que habitaban las praderas.
Antiguas construcciones de Cotoca
Durante mucho tiempo fue lugar de descanso
obligado de los viajeros a la Chiquitanía y al Brasil. Y estaba muy cerca del
lugar donde fuera trasladada, por primera vez, a la ciudad de Santa Cruz “la
Vieja”.
Turismo de todos los sectores sociales
Las haciendas habían sido las que le dieron
vitalidad a esta región, y Cotoca fue poblada por los negros y mulatos que
trabajaban en ellas como esclavos. Y hasta la mitad de siglo XIX, la mayor
parte de la población tenía ese origen.
Sombra
reparadora de las altas temperaturas del verano
Después de caminar por todo el pueblo, tuvimos
que descansar en la plaza, porque el calor se hizo sentir.
Martín con la camiseta de
The Strongest, equipo de fútbol de La Paz
Los pueblos originarios eran las comunidades quechua, aymara y guaraní, que elaboraban artesanías en cerámica y realizan tejidos de excelente calidad.
Vasijas colocadas en la plaza del pueblo
Y como en toda la región, era habitual contar
con mercados armados en las calles donde se vendían todo tipo de artículos, en
especial comestibles. Un plato típico de esta localidad era el sonso, que se
preparaba con yucca y queso.
Mercado Municipal de Cotoca
Independientemente de cuestiones religiosas, el pueblo se había convertido en un lugar donde pasar el día con absoluta tranquilidad y sintiendo el aroma de los naranjos en el aire, sobre todo para los estresados habitantes de Santa Cruz.
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