jueves, 9 de agosto de 2018

De paso por Dallas


  
El martes 31 de octubre de 2006 a la noche partí desde Ezeiza por American Airlines, y tras casi once horas de vuelo aterricé en el Aeropuerto Internacional Fort Worth de Dallas.

Habiendo pasado más de diez horas de vuelo,
me desperté sobre un colchón de nubes a poco de aterrizar en el Aeropuerto Internacional Fort Worth


Dallas era una ciudad que había quedado negativamente en mi memoria por ser el lugar donde habían asesinado al Presidente John Fitzgerald Kennedy, el 22 de noviembre de 1963. Y ese día lo recordaba especialmente porque yo cumplía once años y mi papá, que debía cubrir la nota, como en tantas otras oportunidades, no había podido estar conmigo durante los festejos. Además, durante toda la fiesta, mis familiares y los padres de mis amigos no hicieron otra cosa que hablar de ese tema, y a pesar de que los chicos nos habíamos puesto a jugar, no pudimos eludir los comentarios de “los grandes”.
Era muy temprano aún, cuando el vehículo que me trasladó desde el aeropuerto me dejó en el área céntrica, por lo que la zona estaba bastante despoblada; y comencé a caminar sin rumbo fijo sin que nada me agradara y ni siquiera llamara mi atención. Había varios edificios de altura que convivían con antiguas construcciones, con varios espacios verdes que matizaban un poco el gris del cemento y la frialdad de las paredes vidriadas. Todo muy deprimente para mi gusto.





El Texas Club en la zona céntrica de Dallas


Una combinación de gris y verde en toda la ciudad


Grandes y fríos edificios


Extensos parques en pleno Centro


Reunion Tower, la estructura más alta de la ciudad


Distrito Gubernamental


Bank of America Plaza, el edificio más alto de Dallas, con setenta y dos plantas


Mc Donald’s y el hotel Hampton Inn


Office Equipment Company


Un avión a punto de aterrizar en el aeropuerto de Fort Worth


Edificaciones antiguas y modernas convivían en el centro de Dallas


Camioneta de bomberos en Ross Avenue


El edificio Energy Plaza a la izquierda de la imagen


Casillas de venta de diarios en inglés y español


Y. O. Ranch Steakhouse en la Ross Avenue


Market-Ross Place en North Market Street y Ross Avenue


Frondosa arboleda en North Market Street


Varios locales de venta de carne asada (barbacoa)


Galería comercial con locales diversos


Un texano típico


La Renaissance Tower y el Hotel Hampton Inn


Lentamente me fui acercando al Distrito Histórico de West End, encontrando allí una plaza donde había un enorme paredón blanco al que me acerqué, descubriendo que se trataba de uno de los muros de una habitación sin techo con dos aberturas estrechas que daban al norte y al sur. Era nada menos que el “John Fitzgerald Kennedy Memorial”, un cenotafio, o tumba vacía, diseñado por el arquitecto Philip Johnson. Alguien que se encontraba allí me dijo que simbolizaba la libertad de espíritu de Kennedy; sin embargo, a mí me pareció un verdadero elefante blanco, que no trasmitía nada de lo que supuestamente se había pretendido. Y esa misma persona me indicó dónde quedaba el lugar exacto donde habían asesinado a su admirado presidente.


Un ave negra en la John F. Kennedy Memorial Plaza



John Fitzgerald Kennedy Memorial, un verdadero elefante blanco


El arquitecto Philip Johnson había escrito una frase que rezaba
“…un lugar de refugio tranquilo, un lugar cerrado del pensamiento y la contemplación
separado de la ciudad alrededor, pero cerca del cielo y de la tierra


Continué mi caminata por Main Street pasando por el Old Red Museum of Dallas County History and Culture, edificio muy bonito, en diversos tonos de rojo, que contaba con una torre con reloj y otras torrecitas menores, todas terminadas en sendas cúpulas, construido en el año 1892.



El paredón blanco del cenotafio en homenaje a Kennedy
contrarrestando con el Old Red Museum of Dallas County History and Culture


El Old Red Museum of Dallas County History and Culture


Doblé por Houston Street, y justo enfrente estaba la plaza Dealey, considerada como el primer templo Francmasón en Dallas conteniendo un obelisco terminado en una antorcha, símbolo clásico de la Hermandad. Allí había además un monumento a George Bannerman Dealey, destacado hombre de negocios que fuera editor de The Dallas Morning News y propietario de la A. H. Belo Corporation.




Monumento a George Bannerman Dealey


Obelisco con antorcha, un típico símbolo masón



A las doce y treinta de ese 22 de noviembre, la limusina avanzaba por esa misma calle Houston, y al tener que hacer un giro de 120° a la izquierda, se vio obligada a reducir la velocidad quedando a una distancia de sólo veinte metros del entonces Almacén de Libros Escolares de Texas. Y fue desde una ventana del sexto piso de ese edificio que, supuestamente, Lee Harvey Oswalds disparó el tiro fatal.


Houston Street llegando a la esquina de Elm Street donde estaba el edificio desde donde, supuestamente, Lee Harvey Oswald disparó contra Kennedy


Ventana del centro a la derecha de la imagen del entonces Almacén de Libros Escolares de Texas. Posteriormente Museo del Sexto Piso


 Avancé hasta Elm Street donde había una cruz pintada en el asfalto mostrando el lugar exacto donde cayera Kennedy. Tomé varias fotografías del lugar, y compré la copia del diario del día del hecho, para llevárselo a mi padre, quien siempre había coleccionado material periodístico de acontecimientos de gran trascendencia nacional e internacional.


Elm Street desde Houston Street por donde avanzaba la limusina de Kennedy
hacia el túnel del ferrocarril


La limusina transitaba por el lugar donde está la camioneta de esta imagen
en el momento en que se realizó el disparo fatal


La plaza Dealey frente al lugar en que fuera asesinado Kennedy


Caminando por la calle Elm


Cruz en medio de la calle Elm marcando el lugar en que cayó Kennedy, con vista hacia la plaza Dealey


La cruz en la calle Elm con vista hacia la calle Houston


Era increíble, pero lo que más me había atraído de la ciudad había tenido que ver con un recuerdo funesto, si bien se trataba de un hecho histórico. Así que, pasado el mediodía, habiendo ya cubierto mis expectativas en esta ciudad, me dirigí a la terminal de ómnibus de la empresa Greyhound, con el fin de proseguir viaje, ya que mi estada en Dallas era sólo de paso rumbo a la localidad de San Marcos donde participaría de actividades académicas organizadas por la Texas State University.

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