miércoles, 4 de julio de 2018

A Mar del Plata con Martín



Era el mes de diciembre de 2004, y yo, como todos los años desde 1988, debía tomar examen en la Universidad Nacional de Mar del Plata; y debido a que se presentarían sólo dos estudiantes, decidí llevar a Martín conmigo.
Él tenía en ese momento doce años, y a pesar de su autismo, la pubertad la estaba viviendo bastante tranquilo, por lo que durante mis ocupaciones primeramente se puso a escribir su nombre en el pizarrón repetidas veces, y después a observar por la ventana del aula el barrio de chalecitos que rodeaba a la universidad.
En menos de una hora quedé libre, y tras almorzar hamburguesas con papas fritas, lo llevé a caminar por la costanera, y después a disfrutar de la playa.
Hicimos una caminata por el Boulevard Marítimo Patricio Peralta Ramos, que recorría las playas céntricas de la ciudad, y que llevaba el nombre de quien la fundara.
En 1860 Patricio Peralta Ramos, había viajado por primera vez a la zona de Cabo Corrientes en una galera que había partido del puerto de Buenos Aires. Y habiendo adquirido las tierras de cuatro estancias y un saladero, intentó reimpulsar la actividad, pero no prosperó. Y al fracasar el negocio de la salazón, tuvo la idea de convertir sus grandes extensiones de tierras rurales en lotes urbanos, e instalar un poblado que contaría con un puerto. Este proyecto contó con la oposición de estancieros vecinos y de algunas autoridades, pero finalmente el 10 de febrero de 1874, mediante decreto del gobernador Mariano Acosta, se oficializó la fundación de Mar del Plata.
Finalmente llegamos al hotel Provincial, edificio emblemático construido por el famoso arquitecto Alejandro Bustillo en 1946. Su estilo ecléctico, tenía reminiscencias neoclásicas francesas (Luis XIII), con frente revestido en piedra Mar del Plata, ladrillo a la vista y mansardas en pizarra francesa.

Martín en el Boulevard Marítimo Patricio Peralta Ramos, frente al hotel Provincial y el helipuerto


Esperando que bajara un poco el sol, nos instalamos bajo una sombrilla de la playa Bristol, que no habiendo comenzado aún la fuerte temporada estival, permanecía casi vacía y fundamentalmente, limpias sus arenas.
Fue en 1886, con la llegada del tren, que Mar del Plata había comenzado a atraer familias para pasar el verano; y recién en 1888, con la inauguración del lujoso hotel Bristol, esta playa se había convertido en el sitio preferido de la burguesía y de los hombres más ilustres de todo el país, por lo que, a principios del siglo XX, el balneario adoptara el apodo de “Biarritz Argentino”.
Pero a partir de la década del ’40, con un cambio en las políticas sociales, la mayoría de los hoteles fueron adquiridos por sindicatos, pudiendo acceder así las clases media y baja. Habiéndose masificado el turismo, los sectores de mayor nivel socio-económico fueron desplazándose hacia balnearios más alejados del Centro de la ciudad.

Martín bajo una sombrilla de la playa Bristol junto a un perro callejero


Durante la primera mitad del siglo XX se habían edificado grandes mansiones y chalets de piedra que le daban a Mar del Plata una atracción extra debido a su calidad y buen diseño; pero durante los ’60, la propiedad horizontal comenzaría a avanzar lentamente al principio y con mayor velocidad más tarde, para ir reemplazando a las grandes casonas, que se tiraban abajo sin nadie que las protegiera.
En 1966, el empresario Demetrio Elíades, fundador de la fábrica de alfajores Havanna, emprendió la construcción del edificio más alto de la ciudad, de ciento veinticinco metros de altura, el Palacio Belvedere, que estuviera a cargo del arquitecto Juan Antonio Dompé. Dicha torre se situaba frente a la playa Las Toscas, y debido al fallecimiento de su alma pater durante las obras, fue bautizada con su nombre; sin embargo, desde su inauguración en 1969, siempre fue conocida como el Edificio Havanna, debido al enorme cartel existente en su parte superior.

La playa Bristol y el famoso edificio Havanna



Disfrutamos unos días más de la ciudad y regresamos a Buenos Aires antes de que arribara la horda turística proveniente de todos los rincones del país.

No hay comentarios:

Publicar un comentario