A sólo veintiocho kilómetros de Cusco se encontraba
Chinchero, lo que fuera en la época incaica la hacienda real de Túpac Inca
Yupanqui.
En 2008, momento en que nos encontrábamos
allí, Chinchero era reconocido como el lugar donde se mantenía la tradición
textil inca, ya que los demás pueblos en que se desarrollaba antiguamente, habían
tomado características propias.
Tejedora utilizando métodos tradicionales
Los Incas practicaban diferentes técnicas de
tejeduría que variaban de región en región. Las más utilizadas eran el hilado,
el brocado, la tapicería, la doble tela, el entrelazado, las caras de trama y
urdimbre, y el anudado. La elección de una u otra dependía del tipo de materias
primas e hilos empleados, gruesos o finos, y del uso de las prendas.
Diferentes técnicas según cada caso
El proceso comenzaba con la cría de los
animales, la esquila y luego el hilado a mano, habilidad que tenían todas las
mujeres de la comunidad porque lo aprendían desde muy pequeñas.
Niña hilando a mano
Luego se creaban las anilinas a partir de
diferentes productos vegetales que abundaban en el lugar.
El
muchacho nos mostraba la planta desde la cual se extraía el color verde
Desde el limón no solamente se obtenía el
amarillo sino también los ocres. No sólo dependía de la materia prima sino
también de los tiempos de cocción.
Los
colores obtenidos con el limón
Y así nos fueron mostrando el
proceso de obtención de cada uno de los colores que utilizaban para la
elaboración de sus hermosísimos tejidos.
De
varias hierbas salían los marrones
El pueblo de Chinchero, al
igual que Ollantaytambo, estaba construido íntegramente sobre un asentamiento
inca de extraordinaria extensión. El conjunto urbano estaba conformado por una
serie de edificios, generalmente de planta rectangular. Éstas se vían adosadas
a las faldas de una colina, sobre plataformas, casi siempre muy alargadas y de
escasa profundidad. Dichas plataformas con edificaciones estaban ordenadas en
torno a dos plazas. Una plaza principal o gran plaza, la explanada de
Capellanpampa, y la plaza del pueblo, ubicada a los pies de la iglesia.
Plaza
del pueblo a los pies de la iglesia
Artesanos en la plaza del pueblo
La plaza del pueblo contaba
con dos niveles. El más alto correspondía al atrio de la iglesia y el inferior
a la plaza propiamente dicha. En esta última, era donde tenía lugar el mercadillo,
que en sus orígenes estuvo dominado por el trueque de productos entre los
pobladores de la zona, y que posteriormente pasó a ser un atractivo turístico
por la oferta de sus artesanías y textilería inca.
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