jueves, 25 de julio de 2019

Kenko



 A cinco kilómetros al noreste del Cusco, y a 3580 msnm se hallaban los sitios arqueológicos de Kenko. Se trataba de dos lugares: el Grande, que se encontraba al pie del camino que iba desde Sacsayhuaman hasta Pisaq; y el Chico, que estaba a trescientos cincuenta metros al oeste del anterior, se ubicaba sobre la ladera. Este adoratorio estaba emplazado sobre el cerro Socorro y abarcaba una superficie de tres mil quinientos metros cuadrados.



Kenko Grande a la vera del camino


Aunque el nombre original de este adoratorio no se conocía, los conquistadores españoles decidieron nombrarlo con la palabra quechua K’enko, que significaba “laberinto”, acaso por sus galerías subterráneas o por los pequeños canales labrados en las rocas en forma de zigzag.



K’enko significa laberinto


La cámara subterránea estaba en el interior de un roquedal. Pudo haber servido para conducir la chicha ofrendada o la sangre de los sacrificios de llamas o humanos.

Martín descansando mientras los demás, al fondo, ingresaban a la cámara subterránea


Si bien estas ruinas constituían un gran enigma, en parte por el grado de deterioro en que se encontraban, de hecho, habían significado un lugar de trascendencia para el culto a Inti, Dios del Sol; y para la Pacha Mama, la Tierra. Ambos, fuentes de alimento, a partir de la bonanza de la agricultura.
La falta de precisión de debía a los rastros de la destrucción causada por los extirpadores de idolatrías, personas encargadas de eliminar los íconos propios del culto local, durante la colonia.


Suaves lomadas con pastizales y bosquecitos


Desde las lomadas, se tenía una vista panorámica del Cusco, tal cual ocurría desde otras laderas como las de Sacsayhuaman.


Vista panorámica del Cusco


Y en los alrededores habían comenzado a realizarse diversas construcciones que constituían una expansión del Cusco.



Construcciones a la salida de Kenko


Lentamente las nubes comenzaron a cubrir todo mientras se ponía la tarde, y continuando con el disfrute del recorrido retornamos para dormir en el Cusco.

Atardecer en el camino entre Kenko y el Cusco


Conociendo estos paisajes y la cultura incaica, nos parecía lógico que esta civilización encontrara a sus dioses en los astros y en la tierra, y de ninguna manera pudieran aceptar a los impuestos desde otras geografías.




No hay comentarios:

Publicar un comentario