martes, 23 de julio de 2019

Sacsayhuaman


  
Sacsayhuaman es un vocablo que deriva del quechua “saqsaw” lugar de saciarse, y “waman” halcón; es decir, “lugar donde se sacia el halcón”. El halcón es un ave de rapiña que abunda en la sierra peruana y fue el protector del primer inca, Manco Cápac.



En Sacsayhuaman abundaban los halcones y las llamas


El yacimiento arqueológico se encontraba a dos kilómetros de la Plaza de Armas de Cusco, a 3700 msnm. Había sido un centro religioso de gran importancia en la tradición local, que fuera llamado “Casa del Sol”, ya que los Incas lo adoraban allí con ofrendas y fiestas especiales.
Cuando llegaron los españoles pensaron que se trataba de una fortaleza debido a su posición y forma, que ostentaba tres niveles cuyas paredes estaban hechas de piedras de andesita, que pulida y cuidadosamente colocadas daban la impresión de difícil acceso.



Casa del Sol


De acuerdo con imágenes obtenidas por medio de radar, Saqsaywaman se comunicaba en línea recta con Koricancha, con Marcahuasi (Convento de Santa Catalina en Cusco), con el templo del Inca Huiracocha (posteriormente Catedral de Cusco), con el Palacio de Huáscar, con el templo de Manco Cápac (Colcampata) y con Huamanmarca. Las investigaciones sugierieron que la perfecta alineación astronómica de los templos descartaría la antigua presunción de que los Incas sólo tenían al planeta Venus como referencia astral, sino que podría establecerse que también se guiaron por el Sol, la Luna, la Cruz del Sur y las Pléyades, estrellas de la constelación de Tauro.



Martín y Estrella en el templo-fortaleza de Sacsayhuaman


La construcción de este templo-fortaleza duró entre cincuenta y setenta años según diferentes fuentes etnohistóricas. Habría sido iniciada durante el reinado del Inca Pachacúteq, luego continuada durante el gobierno de Túpac Yupanqui y concluida con Huayna Cápac.
La guía, de origen indígena, explicó que en ese momento, año 2008, sólo se podía apreciar un veinte por ciento de lo que fuera el grupo arquitectónico, ya que, en la conquista, los españoles desarmaron sus muros y torreones para neutralizar su uso en un eventual ataque, como el ocurrido en el levantamiento de Manco Inca en 1536. Y además, destacó que gran parte de las piedras fueron aprovechadas para construir casas e iglesias en el Cusco.



Manuel conversando con la guía


La primera muralla era la más impresionante debido a su imponente presencia, hecha de rocas que se calculaba su peso entre noventa y ciento veinticinco toneladas cada una, obligando a acceder al complejo por las puertas de entrada al complejo.
En todos los muros resaltaba la suavidad aterciopelada de las rocas. Había figuras diseñadas en las piedras, entradas a túneles subterráneos o chicanas, anfiteatros, construcciones de carácter ritual, probablemente relacionadas con el culto al agua.

Entre las piedras que formaban los muros no podía pasar ni una aguja


En los alrededores del parque arqueológico se ubicaba una estatua de Jesús, de aproximadamente veinticinco metros de altura, llamado “Cristo Blanco”. Se trataba de un regalo de la colonia árabe palestina al Cusco. Desde ese lugar se tenía una espectacular vista de toda la ciudad del Cusco. Sinceramente lo sentí como un “elefante blanco” ya que no encajaba para nada con todo el resto de las construcciones, pero, además, me pareció una burla más a todas las tropelías cometidas contra la civilización incaica.


Estatua del Cristo Blanco


Pero pese a todo lo que se había hecho y se continuaba haciendo como forma de aculturación hacia los pueblos originarios, se conservaba la ceremonia del Inti Raymi. Se trataba del culto al Dios Sol o Inti, y se movilizaban los lugareños con disfraces coloridos bailando danzas típicas, repitiendo así la tradición de sus antepasados. Se realizaba en el solsticio de invierno, en Sacsayhuaman el 24 de junio, en Catamarca (Argentina) el 21 de junio y en los Andes Ecuatorianos el 29 y 30 de junio.

Vista de Cusco desde Sacsayhuaman


Los Incas tenían un amplio conocimiento de los elementos de la naturaleza de los lugares en que habitaban, y era por eso que los utilizaban para satisfacer sus necesidades. Entre los vegetales contaban con estimulantes que eran utilizados únicamente por los sacerdotes incas durante ciertas ceremonias religiosas, además de afrodisíacos, anticonceptivos y remedios para diferentes dolencias.


 



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