jueves, 25 de julio de 2019

Tambomachay



Tambomachay es un término que proviene del incanato, y significa “tambo” lugar de descanso y “machay”, caverna.
El complejo arqueológico se encontraba sobre el río Tambomachay a siete kilómetros del Cusco y se lo conocía como “Baños del Inca” o “Baño de la Ñusta”, debido a la existencia de dos acueductos que llevaban aguas limpias todo el año y a toda hora. Esos dos canales vertían sus aguas en una poza que había tenido que ser una fuente litúrgica donde el Inca rendía culto al agua y a la regeneración de la tierra. Según el investigador norteamericano Jerry Fairley, la construcción inca controlaba la descarga de agua subterránea entre dos riscos de piedra caliza; y eran esas paredes las que recolectaban y filtraban el agua, retardando su descarga y logrando un flujo permanente y controlado. Lo que más llamaba la atención era que las dos cascadas eran exactamente iguales, es decir, que, si uno colocaba dos botellas vacías, una en cada cascada, las dos se llenaban al mismo tiempo.
Se calculaba que la construcción de esas obras databa del año 1500 d. C. El material usado fue la piedra caliza con aparejos de estilo poligonal.




Vertientes de agua de Tambomachay


Según los guías, bebiendo de esas aguas, se lograba la purificación del espíritu, por lo que todos los visitantes cumplimos con el ritual.


Martín bebiendo agua de la fuente litúrgica


El arqueólogo García Rossel consideraba que todo hacía suponer que el lugar donde se encontraban las ruinas haya sido una de las residencias favoritas de los Incas. Y que además de balneario de reposo, fuera uno de los pilares del sistema defensivo del valle del Cusco.



Ruinas de Tambomachay


Otras de las virtudes de la ingeniería incaica eran la inserción de las construcciones al paisaje y la funcionalidad, ya que los muros impedían la erosión de las laderas más abruptas, además de que el encaje de las piedras era perfecto. Por otra parte, a pesar de ser una región de frecuentes sismos, las obras resistieron; pero la mano de los conquistadores se encargó de destrozar gran parte de lo que deberían haber admirado.

Las construcciones incaicas sólo han podido ser destruidas por los conquistadores
 y no por los sismos


Tambomachay también fue una conexión hacia el Camino del Kapaq Nan ya que por este lugar pasaba esta importante vía que servía de comunicación con todos los pueblos del Tawantinsuyo.



Camino de ingreso a las ruinas de Tambomachay


Como en todo Cusco y sus alrededores, se exhibían para la venta, diversos tejidos multicolores realizados con la lana del ganado del lugar.

Oferta de textiles artesanales en Tambomachay


En ese momento, año 2008, gran cantidad de turistas visitaban las ruinas a diario, pero en general, no permanecían más que unos quince o veinte minutos. Sin embargo, el lugar se prestaba para disfrutar de un tiempo mayor, caminando lentamente y permaneciendo en silencio para escuchar el canto de los pájaros y el sonido del agua.

Los contingentes de turistas producían contaminación sonora


Según algunas crónicas, Tambomachay fue coto de caza del Inca Yupanqui, lo cual hacía suponer que se trató de una zona muy rica en especies animales.

Gran parte de la fauna ha desaparecido por caza indiscriminada


A pesar de la latitud, la altura permitía que las temperaturas fueran de templadas a frías, lo que se manifestaba en las prendas habituales de la población local.


Toda la región mantenía alturas superiores a los 3500 msnm


No se había podido descubrir aun el origen del manantial que abastecía de aguas tan limpias y abundantes a las fuentes. Algunos creían que la suave pendiente donde se emplazaba el sitio no tenía capacidad para producir esas aguas y que ellas podrían originarse en la margen opuesta del río. De lo que no quedaba duda, era de la perfección en el labrado de los canales, del sonido del agua, de la tranquilidad del ambiente, que habían hecho del lugar un verdadero sitio de descanso para los jerarcas del imperio incaico.



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