Tambomachay es un término que proviene del incanato, y significa
“tambo” lugar de descanso y “machay”, caverna.
El complejo arqueológico se encontraba sobre el río Tambomachay a siete
kilómetros del Cusco y se lo conocía como “Baños del Inca” o “Baño de la
Ñusta”, debido a la existencia de dos acueductos que llevaban aguas limpias
todo el año y a toda hora. Esos dos canales vertían sus aguas en una poza que había
tenido que ser una fuente litúrgica donde el Inca rendía culto al agua y a la
regeneración de la tierra. Según el investigador norteamericano Jerry Fairley,
la construcción inca controlaba la descarga de agua subterránea entre dos
riscos de piedra caliza; y eran esas paredes las que recolectaban y filtraban
el agua, retardando su descarga y logrando un flujo permanente y controlado. Lo
que más llamaba la atención era que las dos cascadas eran exactamente iguales,
es decir, que, si uno colocaba dos botellas vacías, una en cada cascada, las
dos se llenaban al mismo tiempo.
Se calculaba que la construcción de esas obras databa del año 1500 d.
C. El material usado fue la piedra caliza con aparejos de estilo poligonal.
Vertientes de agua de
Tambomachay
Según los guías, bebiendo de esas aguas, se lograba la purificación del
espíritu, por lo que todos los visitantes cumplimos con el ritual.
Martín bebiendo agua de la
fuente litúrgica
El arqueólogo García Rossel consideraba que todo hacía suponer que el
lugar donde se encontraban las ruinas haya sido una de las residencias
favoritas de los Incas. Y que además de balneario de reposo, fuera uno de los
pilares del sistema defensivo del valle del Cusco.
Ruinas de
Tambomachay
Otras de las virtudes de la ingeniería incaica eran la inserción de las
construcciones al paisaje y la funcionalidad, ya que los muros impedían la
erosión de las laderas más abruptas, además de que el encaje de las piedras era
perfecto. Por otra parte, a pesar de ser una región de frecuentes sismos, las
obras resistieron; pero la mano de los conquistadores se encargó de destrozar
gran parte de lo que deberían haber admirado.
Las construcciones incaicas
sólo han podido ser destruidas por los conquistadores
y no por los sismos
Tambomachay también fue una conexión hacia el Camino del Kapaq Nan ya
que por este lugar pasaba esta importante vía que servía de comunicación con todos
los pueblos del Tawantinsuyo.
Camino de ingreso a las ruinas de Tambomachay
Como en todo Cusco y sus alrededores, se exhibían para la venta, diversos
tejidos multicolores realizados con la lana del ganado del lugar.
Oferta de textiles artesanales en Tambomachay
En ese momento, año 2008, gran cantidad de turistas visitaban las
ruinas a diario, pero en general, no permanecían más que unos quince o veinte
minutos. Sin embargo, el lugar se prestaba para disfrutar de un tiempo mayor,
caminando lentamente y permaneciendo en silencio para escuchar el canto de los
pájaros y el sonido del agua.
Los contingentes de turistas producían contaminación
sonora
Según algunas crónicas, Tambomachay fue coto de caza del Inca Yupanqui,
lo cual hacía suponer que se trató de una zona muy rica en especies animales.
Gran parte de la fauna ha desaparecido por caza
indiscriminada
A pesar de la latitud, la altura permitía que las temperaturas fueran de
templadas a frías, lo que se manifestaba en las prendas habituales de la
población local.
Toda la región mantenía alturas superiores a los 3500
msnm
No se había podido descubrir aun el origen del manantial que abastecía
de aguas tan limpias y abundantes a las fuentes. Algunos creían que la suave
pendiente donde se emplazaba el sitio no tenía capacidad para producir esas
aguas y que ellas podrían originarse en la margen opuesta del río. De lo que no
quedaba duda, era de la perfección en el labrado de los canales, del sonido del
agua, de la tranquilidad del ambiente, que habían hecho del lugar un verdadero
sitio de descanso para los jerarcas del imperio incaico.
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