Pero durante el día,
además de la asistencia al Encuentro y las salidas al interior del país,
recorríamos San José todo lo que podíamos. Muchas veces, para tener tiempo de
visitar diferentes lugares, tomábamos taxis que jamás nos cobraron lo correcto.
Si bien tenían tarifas acotadas, tanto por no tener reloj, ser extranjeros y
muchas veces subir en el Holiday Inn, éramos blanco preciso para ganarse dos o
tres viajes en uno.
Susana y
Sonia durante la sobremesa
Y en una de esas idas
y venidas Sonia descubrió que, en el Parque Morazán, justo enfrente de nuestro
hotel, había un busto de Domingo Faustino Sarmiento. Había sido un homenaje del
Gobierno Constitucional Argentino, en épocas del Presidente Raúl Alfonsín al Pueblo
y Gobierno de Costa Rica, por haber sido proclamado “Maestro de América”.
Domingo Faustino Sarmiento
Al finalizar el EGAL
todos tomamos rumbos diferentes. Algunos volvieron a su país, otros
permanecieron el fin de semana conociendo más lugares de Costa Rica, y yo quise
hacer un viaje relámpago a Nicaragua.
Como mi intención y
presupuesto solo me permitirían ir por tierra, tuve que armar toda una
ingeniería de horarios de transportes para poder regresar a San José antes del
lunes, día en que saldría mi vuelo a Buenos Aires.
El micro de la empresa
TICA partiría a las cuatro y media de la mañana, y debería estar en la terminal
cuarenta y cinco minutos antes. Tuve que reservar el taxi con anticipación
porque era muy difícil conseguirlo a esa hora. Y como viajaba sola y con una
cartera, en el hotel levanté sospecha de que me quería ir sin pagar. Les
expliqué que mis amigas permanecerían en la habitación y que yo estaba dejando
el resto de mis pertenencias allí porque no las iba a necesitar. No me creyeron
demasiado, sobre todo por ser mujer, pero no podían constatar nada porque no
era hora adecuada para llamarlas, así que tuvieron que dejarme salir. En la
cartera llevaba el cepillo de dientes, una muda, la cámara de fotos, el
pasaporte, y algo de dinero en billetes chicos, porque el resto lo tenía
repartido en el cuerpo. Con solo ese equipaje yo podría dar la vuelta al mundo,
¿para qué más? Porque como dijera el cantautor uruguayo Alfredo Zitarrosa, “(…) no lleves en la maleta
lo que no vayas a usar, son más largos los caminos pa’l que va cargao de más”.
El coche atravesó una
zona donde había muchas prostitutas, travestis y gente con demasiado alcohol u
otras sustancias encima, que se mostraron agresivos a nuestro paso. Y a poco
más llegamos a la oficina de la empresa, y si bien era la hora que me habían
indicado, todo estaba cerrado. El chofer me ofreció quedarme en el auto para
esperar. La calle estaba desierta y cada tanto, pasaban algunos muchachones con
cara de pocos amigos. Finalmente llegaron los empleados de la boletería y
pudimos ingresar. Pero el taxista, tal cual nos había pasado en otras
oportunidades, no respetó el acuerdo agregando un plus por la hora y por la
espera que duplicaban la tarifa convenida. ¡Pero, ¿a quién podía dirigir mis
quejas?!
El servicio del bus
era común, sin aire, sin baño, sin asientos cómodos… Pero, como me había
quedado despierta toda la noche por temor a perderlo, me dormí en cuanto
partió.
Cuando me desperté
estábamos en Peñas Blancas, la frontera del lado costarricense. Algunos
aprovecharon para ir a los sanitarios, pero cuando yo vi sus condiciones,
preferí abstenerme.
“Servi Sio Baño” en la frontera costarricense
Y casi sin darnos cuenta pasamos a Peñas Blancas en el sector nicaragüense, donde presentamos la documentación en la oficina de migraciones.
En Peñas Blancas - Nicaragua
Viniendo de Argentina,
las distancias en estos paisitos, geométricamente parecían muy cortas, pero
geográficamente no lo eran tanto, debido al estado de los caminos, las
condiciones de los vehículos y el tipo de servicio, que paraba en todas.
Yo me bajaba en Granada
Abundaban en la zona
muchas bicicletas y carritos utilizados para cargar mercaderías en la frontera.
Permanente tráfico de camiones
Al llegar nuestro
turno de controles, todo se aceleró porque la revisación fue muy superficial.
De todos modos, no podían creer que yo viajara sola y con una cartera. Me
preguntaron una y otra vez, cuál era mi valija, pero, aunque extrañados, tuvieron
que convencerse…
Como era
característico de las áreas de frontera, había vendedores de todo tipo de cosas
por todos lados. Los que me parecieron más interesantes fueron los que ofrecían
tejidos típicos, aunque no comprara ninguno, simplemente para no cargar con él
el resto del viaje.
Pero los que más
ventas tenían eran los que brindaban comestibles, y sobre todo bebidas. A esos
sí les hice una buena compra porque el calor era agobiante.
Volvimos a subir al
micro que estaba que pelaba por permanecer al sol. Me acomodé y recién reparé
en lo desagradable que era mi compañero de asiento, ya que a la madrugada no me
había dado cuenta por haber dormido. Lucía anteojos negros, una musculosa,
terrible olor a alcohol, y a través del celular discutiendo en voz alta, por
supuestos negocios, además de tener una conversación erótica con una mujer. Y
ante la queja de algunos hombres que estaban a su alrededor, los miró de manera
amenazante y nadie más abrió la boca. Yo preferí concentrarme en mirar el
paisaje y tomar algunas fotografías.
Durante todo el resto
de la mañana recorrimos la zona rural, donde de a poco se iban bajando parte de
los pasajeros.
Y cercano a la ciudad
de Rivas, pasamos por un parque eólico muy extenso.
Parque eólico
La agricultura
nicaragüense representaba el sesenta por ciento de sus exportaciones, siendo
los cultivos más importantes el algodón, el café, la caña de azúcar, el banano,
el maíz, las judías y el ajonjolí.
Campo cultivado con maíz
También había grandes
extensiones donde se producía arroz, que, como en la mayoría de los países
latinoamericanos, constituía el principal acompañamiento de todas las comidas.
Arrozales en el sur nicaragüense
El ganado vacuno
también cubría las necesidades locales, tomando en cuenta que su consumo era
muy bajo debido tanto a la escasa cantidad de población como a sus pautas
culturales.
Llegamos a Granada,
antigua ciudad fundada en 1524, que ya formaba parte del Área Metropolitana de
Managua. Era una de las primeras ciudades europeas en territorio continental
americano. No solo había sido asentamiento de la conquista, sino también una
ciudad matriculada en los registros oficiales de la Corona de Aragón y Reino de
Castilla. Granada era conocida como La Gran Sultana por su apariencia morisca y
andaluza.
El ómnibus continuaba
su recorrido, pero yo allí me hospedaría en un hotel de catalanes que me habían
recomendado mis amigos mexicanos. No había terminal de ómnibus, solo una
oficina de la empresa. En cuanto bajé, uno de los taxistas que estaba en la
fila me ofreció sus servicios. Yo le pedí que me esperara porque debía comprar
el pasaje de vuelta para el día siguiente. Y luego, tras dar varias vueltas, me
dejó en el hotel. Lo que me cobró no me pareció poco pero tampoco abusivo, sin
embargo, me dijeron que era cinco veces más de lo que realmente costaba ese
viaje. Creo que solo en San Juan de Puerto Rico y Roma los taxistas eran más
estafadores, aunque tampoco debo olvidarme de los de Miami. Los del Aeroparque
de la Ciudad de Buenos Aires, que eran una gran mafia, parecían bebés de pecho
al lado de estos tránsfugas.
En el hotel también me preguntaron: - ¿Viene sola y con una cartera? Pero, a pesar de eso no me cobraron anticipadamente.
Piscina del hotel
Patio interior del hotel
Ya era el mediodía,
así que pedí que me recomendaran un lugar donde almorzar y me buscaran un remis
que me llevara a conocer Managua esa misma tarde.
A las dos de la tarde
el hombre con su auto me pasó a buscar. Pasamos primeramente por el obelisco
que se encontraba ubicado en el Parque Central de Granada, que había sido
construido en homenaje a los Héroes de la Independencia en su primer centenario
en 1921.
Obelisco en el Parque Central de Granada
Luego me llevó a lo
que había sido la estación Granada del ferrocarril, que había quedado convertida
en una escuela taller y un restaurante. “La Violeta Chamorro nos quitó los
trenes”, me dijo. Fue en la década de los ’90, tal cual en la mayoría de los
países latinoamericanos.
Antigua estación del ferrocarril en Granada
Tomamos la autopista
hacia Managua y a mitad de camino pasamos por el Parque Nacional Volcán Masaya,
cercano a la localidad de El Raizón. Existía allí un complejo volcánico
compuesto por varias calderas y cráteres, siendo Las Sierras el más grande de
todos. Dentro de éste se encontraba el volcán Masaya propiamente dicho, que
alberga la caldera Masaya formada dos mil quinientos años atrás por una
erupción basáltica. Dentro de esa caldera, un nuevo complejo basáltico había
crecido que incluía los conos Nindirí y Masaya. Si bien desde el siglo XVI solo
se habían registrado dos correntadas de lava, en 1670 y 1772, en los últimos
años se habían producido diferentes episodios como la emisión de vapor ácido, en
especial dióxido de sulfuro que había provocado trastornos en la salud y en los
cafetales de las laderas contiguas a Managua.
Parque Nacional Volcán Masaya
Managua se había
convertido en una ciudad sin centro. Había sido destruido por el terremoto
ocurrido en la madrugada del 23 de diciembre de 1972. No fue reconstruido de
inmediato y con el paso del tiempo la ciudad se fue desarrollando de manera
desordenada en diferentes zonas.
Si se observaba la ciudad desde la Loma de Tiscapa, pequeña elevación al sur del antiguo centro histórico, podía divisar diferentes edificios separados por amplios espacios verdes, que originariamente estaban construidos. El sismo causó alrededor de cinco mil muertes y más de quince mil heridos, además de que doscientas cincuenta mil personas perdieran sus viviendas.
Vista panorámica del antiguo centro y el lago
Managua al fondo
El único edificio en
medio del “campo” era el del Banco de América, el más alto del país. Todo lo
demás eran construcciones bajas o manzanas enteras sin nada, solo vegetación.
Banco de América en el “Centro" de Managua
El General José María
Moncada Tapia, presidente de Nicaragua desde enero de 1929, construyó la Casa
Presidencial en la parte más alta de La Loma, inaugurándola el 4 de enero de
1931. Pero el 31 de marzo de ese mismo año, es decir, casi tres meses después,
se produjo el terremoto de seis grados en la escala Richter, que dañó parte del
lado sur, junto a la laguna. Se reconstruyó y continuó funcionando como sede
del Poder Ejecutivo hasta el terremoto del 23 de diciembre de 1972, cuando fue
destruida casi por completo.
Palacio Presidencial después del terremoto de 1931
La Loma de Tiscapa contaba
con una laguna en su centro, que ocupaba el lugar de un extinto volcán. Su formación
geológica era producto de una explosión volcánica que había cortado la parte
más alta del volcán Tiscapa comúnmente llamado loma. La falla que lo atravesaba,
seguido de un hundimiento brusco, dio origen a la fosa de agua, lo que devino
en laguna. El cráter había sufrido repetidos movimientos de la falla cruzante,
alcanzando desplazamientos verticales y horizontales de quince a cincuenta
metros respectivamente. Sus reactivaciones más recientes habían sido las que
dieron origen a los terremotos de 1931 y 1972.
Esa elevación fue
considerada estratégica por su fácil defensa y completa vista de la ciudad por
lo que José Santos Zelaya López, quien fuera presidente de Nicaragua entre 1893
y 1909, construyera la primera fortaleza.
En 1934 Augusto César
Sandino fue fusilado al bajar de esa loma después de haber firmado un Convenio
de Paz en el Palacio Presidencial. El asesinato fue planeado por el entonces
Jefe Director de la Guardia Nacional, General Anastasio Somoza García. Posteriormente
se creó en la cima de la loma el Parque Histórico Nacional donde se encontraba la
efigie de Sandino.
Efigie de Sandino
En el mismo parque se
exhibía la tanqueta obsequiada por Benito Mussolini al dictador Anastasio
Somoza García. Se trataba de un tanque ligero tipo carro veloz para dos
tripulantes. El General Juan Domingo Perón también había sido complaciente con
Somoza, obsequiándole caballos.
El General Somoza
García ejerció la presidencia del país de 1937 a 1947 y entre 1950 y 1956. Y tras
su muerte, lo sucedió su hijo mayor Luis Anastasio Somoza Debayle, quien se
mantuvo hasta 1963, falleciendo por un ataque cardíaco cuatro años más tarde.
Su hermano Anastasio Somoza Debayle fue electo presidente permaneciendo en su
cargo entre 1967 y 1972, y posteriormente entre 1974 y 1979, renunciando por
las presiones del Movimiento Sandinista de Liberación Nacional. Anastasio
Somoza se exilió en Paraguay con apoyo del General Alfredo Stroessner, donde
fue asesinado un año después por el grupo guerrillero argentino ERP (Ejército Revolucionario
del Pueblo), encabezado por Enrique Gorriarán Merlo. La dinastía Somoza era
dueña de la mayor parte de las tierras y empresas nicaragüenses, además de las
inversiones en los Estados Unidos y en otros países latinoamericanos. Pero,
además, tanto en los mandatos del padre como en los de sus hijos, la mayoría de
los cargos de responsabilidad estaban en manos de todos sus familiares.
Tanqueta enviada por Mussolini al dictador Anastasio Somoza García
Estábamos en julio de
2011 y se llevarían a cabo elecciones generales en el mes de noviembre por lo
cual las campañas electorales llegaban a su máxima expresión. Si bien había
varios partidos políticos, los dos más importantes eran el FSLN (Frente
Sandinista de Liberación Nacional) en ejercicio del gobierno y el PLI (Partido
Liberal Independiente), principal opositor.
Publicidad del FSLN
Augusto César Sandino
fue un líder nicaragüense, de origen my pobre, que trabajó como minero en
Nicaragua, Honduras y México. En 1926 regresó a su país, ocupado desde 1916 por
las tropas norteamericanas que defendían los intereses de las compañías
fruteras estadounidenses. Optó por defender la autonomía nacional, afectada por
el convenio Bryan-Chamorro y por la firma del tratado Stimpson-Moncada, por lo
que reunió un grupo de guerrilleros y se alzó en armas.
Mural exhibido en la Exposición
“Sandino Vive”
Durante seis años
combatió contra las tropas de diferentes gobiernos apoyados por Estados Unidos,
refugiándose en las selvas de Nueva Segovia donde se convirtió en prácticamente
invencible. Al no poder derrotarlo, el presidente estadounidense Herbert Hoover
ordenó la retirada de las tropas desplegadas en Nicaragua, lo que, junto con la
elección de Franklin Roosevelt como presidente de Estados Unidos, movió a
Sandino a negociar con el gobierno nicaragüense deponiendo las armas y retornando
a la vida civil. Sin embargo, su prestigio político continuaba siendo una
amenaza para los dirigentes del país, de ahí su ejecución.
Sandino luchó contra la ocupación norteamericana
Tras su muerte,
Sandino se convirtió en el referente ideológico del Frente Sandinista de
Liberación Nacional y de la revolución promovida por dicho movimiento.
Retrato de Sandino en la Exposición “Sandino Vive”
La exposición “Sandino
Vive” pertenecía a la Alcaldía de Managua. El montaje había sido realizado por
el Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica (IHNCA/UCA), y había
contado con el apoyo del Centro de Historia Militar del Ejército de Nicaragua,
del Archivo General de la Nación del Instituto Nicaragüense de Cultura, del
Banco Central de Nicaragua, de Correos de Nicaragua y de Lotería Nacional. No
solo se exponían atributos destacados del líder revolucionario, sino que se
vendían libros y folletos relacionados con su vida y obra.
Sellos postales dedicados a Sandino
Salimos del salón de
la exposición de Sandino y nos encontramos con una lluvia torrencial, pero eso
no impidió que continuáramos recorriendo la ciudad. El chofer me iba explicando
muy entusiasmado la historia de cada cosa que veíamos y contestaba con lujo de
detalles a cada pregunta que yo le hacía.
Lluvia torrencial en las calles de Managua
En cuanto la lluvia
amainó un poco nos dirigimos al Parque Central. Allí había un monumento al
General Francisco Morazán, quien fuera un insigne político defensor de la Unión
Centroamericana.
Monumento al General Francisco Morazán
Luego paseamos por la
costanera del lago Xolotlan o Managua, segundo en tamaño después del lago
Cocibolca o de Nicaragua con el que estaba unido a través del río Tipitapa.
En el lago Xolotlan se volcaban
las aguas residuales de la ciudad de Managua, pero desde 2009 estaba
funcionando una planta de tratamiento que permitía verterlas ya depuradas.
El gobierno socialista había
construido viviendas populares muy criticadas por la oposición por ocupar
terrenos considerados céntricos y de gran valor inmobiliario.
En 2004 se inauguró la
concha acústica, un escenario para festivales de música muy variada en una
enorme explanada donde podía asistir numeroso público, obra del gobierno del
municipio.
La concha acústica
La Plaza de la República,
rebautizada en 1979 como Plaza de la Revolución, era una plaza seca que había
servido de escenario de varios episodios políticos del país. Frente a ella se
encontraban como principales edificios la Antigua Catedral y el Palacio
Nacional.
La noche del viernes 22
de diciembre de 1972 había tenido lugar una protesta en el atrio de la
Catedral, contra el gobierno a causa del hambre causado por la sequía de ese
año. Pocas horas después, a las 12 y 35 de la madrugada, ya 23 de diciembre, se
produjo el famoso terremoto con réplicas a la 1 y 18 minutos y a la 1 y 20, que
dañaron a la catedral quedando en abandono.
Plaza de la Revolución y Antigua Catedral de
Managua
Los intentos de reparación no tuvieron buen éxito, y se optó por construir una nueva en otro sector de la ciudad. Por esa razón, el edificio ya no pertenecía a la Arquidiócesis de Managua, sino al estado, debido a que un decreto de la Junta Nacional de Gobierno de 1973 confiscó el centro de la capital prohibiendo la reconstrucción. Las cuatro esferas del reloj de la torre de San Pablo continuaban marcando la hora del primer sismo.
El reloj marcando la hora del primer
terremoto
No corrió tan mala suerte
el edificio donde hasta 1994 funcionaron el Congreso Nacional, el Ministerio de
Hacienda, la Dirección General de Ingreso y Tribunal de Cuentas, quedando convertido
en el Palacio Nacional de la Cultura, apoyado por el Programa de las Naciones
Unidas, Japón, Holanda, China, Taiwán y Suecia.
En los alrededores había
una serie de pequeños monumentos en homenaje a quienes pelearon por la
revolución sandinista. El conductor del remis me dijo que él había tenido el
honor de formar parte del ejército sandinista cuando era joven, siendo algunos
de esos caídos sus compañeros de lucha.
Y ya en el camino de
vuelta hacia Granada, desde la autopista, frente a un shopping se encontraba la
Nueva Catedral, que estaba construida sobre un terreno que había pertenecido a
la familia Somoza, quien trató de recuperar esos bienes, pero continuaban en
poder del estado. Posterior a 1979 hubo en ese lugar una base militar del
Ejército Popular Sandinista. Y en 1990, al designar el terreno para la
construcción de la nueva Catedral, se quiso erigir como un monumento para la
oración, por la reconciliación y la paz entre hermanos, tras la guerra civil de
los años 80.
Nueva Catedral a la vera de la autopista
Managua-Granada
La ciudad de Managua estaba hermanada con muchas otras de diferentes partes del mundo, entre las latinoamericanas con Río de Janeiro, Caracas, Santiago de Chile, La Habana, Quito, San José de Costa Rica, San Salvador, Panamá, Guatemala, México y Buenos Aires.
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