martes, 27 de diciembre de 2022

Al Volcán Arenal

   Si bien el motivo central de nuestra visita a Costa Rica era el Encuentro de Geógrafos de América Latina, las actividades comenzaban el lunes 25 de julio a la nochecita, por lo que disponíamos de tiempo para conocer diferentes atractivos del país. Y a partir del anuncio de Homer Dávila sobre la visita al Volcán Arenal como trabajo de campo, decidimos dedicar todo el domingo a esta actividad.

Nos pasaron a buscar a Sonia, Clarita y a mí muy temprano a la mañana en una camioneta. Iban, además de Homer y el conductor, una señora grande costarricense, tres geógrafos brasileños muy jóvenes, y en el camino subieron Joao Villas y Jussara Mantelli, amigos nuestros, también de Brasil.

A mitad de mañana estábamos en el pequeño pueblo La Fortuna de San Carlos, que es la puerta de entrada al Parque Nacional Volcán Arenal.   

Parque de La Fortuna

  

El pueblito era pequeño y muy acogedor. Había muchos niveles de alojamiento y lugares para comer. Desde allí se podían realizar diferentes actividades, además de conocer el volcán y disfrutar de las aguas termales. La zona era muy tranquila e ideal para caminatas y práctica de deportes. Nosotros encontramos a un grupo que venía a practicar mountain biking.  

Ciclistas en La Fortuna

  

La Fortuna había sido durante años un pueblito derivado de la actividad agrícola de la zona, hasta que en 1968 el volcán Arenal tuviera una gran explosión que abrió tres cráteres, momento desde el cual no ha detenido su actividad. Si bien en dicha oportunidad el volcán devastó a dos pueblitos que se encontraban próximos a una de sus laderas, ocasionando la muerte de más de setenta personas y varias desaparecidas, por otra parte, dio origen al crecimiento de La Fortuna, que se localizaba del otro lado.

Y fue entonces cuando La Fortuna se convirtió en un centro turístico nacional e internacional. Y ahora prácticamente su vida económica dependía directamente del volcán, al punto que uno de los tantos hoteles se llamaba Erupciones Inn. 

Catedral de La Fortuna de San Carlos

  

Visitamos la catedral en la cual se estaba oficiando la misa dominical, recorrimos el pueblito durante unos minutos y retornamos al muy bien cuidado parque central.

La Fortuna contaba con una población aproximada de 12.000 habitantes, pero con comercios muy variados, todo tipo de servicios y varias entidades bancarias.    

Homer Dávila, Joao Villas y Jussara Mantelli conversando en la plaza.

Al fondo, una sucursal del Banco Nacional

  

Volvimos a subir al vehículo para recorrer los diez kilómetros que faltaban para el ingreso al Parque Nacional, y desde la entrada fuimos a pie hasta el Mirador, pero las nubes tapaban sus cráteres por lo que nos tuvimos que conformar con observar sus laderas mientras escuchábamos las explicaciones que nos daba nuestro guía científico, Homer. 

Volcán Arenal desde el mirador

  

Continuamos la caminata por el Parque admirando su biodiversidad. Se trataba de un bosque tropical lluvioso donde, haciendo silencio y quedándonos un rato quietos, podían observarse gran cantidad de pequeños animalitos como aves, reptiles y trepadores. 

Diversidad de plantas y animales en el bosque tropical lluvioso

  

El volcán Arenal pertenecía a la Cordillera Volcánica de Guanacaste, que se encontraba al norte de Costa Rica y era divisoria de aguas entre los ríos que desembocaban en el Caribe y en el Pacífico.  

Volcán Arenal desde el bosque tropical lluvioso

 

La estructura del volcán estaba conformada por dos conos superpuestos. El original, de forma cónica casi perfecta, medía 1.633 m.s.n.m.; y el nuevo, que se ha ido superponiendo parcialmente al anterior a partir de las diferentes coladas, que ya alcanza los 1.720 msnm.  

Volcán Arenal con sus coladas de lava solidificadas

  

Mientras caminábamos, Homer iba dando al grupo diversas explicaciones. Joao, Jussara y yo nos fuimos quedando atrás por ver ejemplares de plantas y animales y tomar fotografías. No vimos la indicación que hizo al ingresar a uno de los varios senderos, ¡y los perdimos!

Los buscamos por varias partes, pero no los encontramos, y consideramos que sería peor perdernos en un lugar alejado del camino principal. Por lo que decidimos quedarnos sentados en una piedra hasta que regresaran y mientras tanto, disfrutar y tomar fotografías de ese maravilloso lugar.  

Buscando al grupo por uno de los senderos laterales

 

Convengamos que no significó ningún sacrificio esperar al grupo en semejante lugar. Y mientras nos acercábamos al mediodía, las nubes que cubrían al volcán comenzaron a desaparecer.   

Con Joao y Jussara mientras esperábamos al grupo y que se despejara el cráter

  

Cuando el grupo llegó, faltaban otras dos personas que habían tomado un camino secundario. Así que mientras algunos salieron a buscarlas, otros continuamos esperando. Y fue entonces, que el volcán premió nuestra permanencia en el lugar, dándonos un impactante espectáculo de emisión de gases y vapor en uno de sus cráteres.   

Emisión de gases y vapor en el volcán Arenal

  

El volcán Arenal se denominaba así debido a que, a partir de tener erupciones de tipo estrombolianas, la lava se solidificaba rápidamente para luego fragmentarse durante su enfriamiento definitivo y arrastre, convirtiéndose en un material semejante a la arena.  

Con Clarita y Sonia al pie del volcán Arenal

  

La lava era basáltica, por lo tanto, espesa y lenta al desplazarse. Solían rodar por las laderas bloques enormes con una temperatura de alrededor de 1000ºC, que se iban enfriando paulatinamente.   

Detalle de una ladera del volcán Arenal

  

El Arenal era uno de los volcanes más activos del mundo, y el de mayor cantidad de episodios recientes en Costa Rica.  

Vista del Arenal con sus dos conos

  

Ya la tarde estaba avanzando y volvimos al pueblo para tener un abundante y delicioso almuerzo.

Y para cerrar la jornada, Homer nos llevó a uno de los establecimientos donde había piletas de agua termal. Hacía mucho calor, había mucha gente por ser domingo y recién habíamos comido, por lo cual algunos decidimos simplemente descansar en el florido parque mientras otros sí, prefirieron zambullirse. 

Piletas de agua termal en La Fortuna

  

Y mientras caminábamos pacientemente por los jardines vimos un cartel que nos produjo entre asombro y gracia que decía en español y en inglés “PROHIBIDAS LAS ESCENAS AMOROSAS”. ¡No lo podíamos creer! Y si bien nos echamos a reír, nos pareció lamentable.   

Es preferible hacer el amor y no la guerra.

  

Y ya cansados pero muy satisfechos por las experiencias vividas, retornamos a nuestros hoteles ya entrada la noche.

 

 

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