Sábado 23 de julio de 2011. La partida desde la Ciudad de Panamá fue excelente. Esta vez COPA había puesto una aeronave muy buena, contrariamente a lo que había ocurrido entre Buenos Aires y Panamá, aunque la atención continuó siendo deficiente.
Despegue desde la Ciudad de
Panamá
En cuanto tomamos altura el cielo se veía bien azul, y muy pronto comenzaría el festival de nubes. En estas latitudes se presentaban en varios pisos y de todas las formas. Las primeras que vimos fueron cirrus.
Cirrus en el cielo panameño
Luego, más bajos,
espectaculares cumulus. Por suerte, muy blancos, indicadores de buen tiempo.
Cumulus que parecían hechos
de algodón
Y así continuamos durante la primera parte del viaje, volando entre cirrus y cumulus, sin que el avión se moviera en absoluto. Bueno…, sí, se movía a unos cuantos kilómetros por hora, pero parecía quieto…
Volando entre cirrus y
cumulus
Cada vez las nubes se
espesaban más, formando un verdadero colchón. Y el cielo estaba cada vez más
azul.
Volando sobre un colchón de
nubes
Atravesando el manto de nubes
Y cuando salimos de la
nube, ya en territorio costarricense, comenzamos a ver ríos, montañas y zonas
selváticas, que nos parecieron maravillosos.
Montañas y cursos de agua en
territorio costarricense
Luego pudimos ver un
valle cultivado con un río maduro que seguramente sería la principal fuente de
agua para el regadío.
Valle de regadío en Costa
Rica
Más tarde el mismo río,
o tal vez otro, con meandros muy marcados, a punto de estrangularse; y en forma
de línea recta, los caminos regionales.
Río con meandros en el sur
costarricense
También observamos las
laderas cubiertas de vegetación frente a otras absolutamente peladas, los
caminos serpenteantes en la montaña y valles profundos.
Vista aérea de las montañas
costarricenses
Comenzamos a volar más
bajo y esto nos permitió divisar más detalles de un paisaje impactante y
cambiante.
Vista de las montañas de
Costa Rica durante el descenso hacia San José
Gran parte del territorio
costarricense está cubierto por cadenas montañosas y es uno de los lugares del
mundo con mayor biodiversidad.
Montañas próximas a la
ciudad de San José
Al acercarnos más a tierra, vimos que gran parte de la tala de los bosques se debía a la producción agrícola.
Campos cultivados en tierras
ganadas a los bosques naturales
Si bien disfruto de
todo el vuelo, el momento que más me apasiona es el aterrizaje, a pesar de que
ya no me dejen más hacerlo en la cabina. Y en esta oportunidad la entrada a San
José, con el paisaje del entorno fue espectacular.
Próximos a aterrizar en San
José
¡Y arribamos a San
José! Con un taxi comenzamos a atravesar la ciudad hasta llegar a la 5ta.
Avenida intersección Calle 5, donde se ubicaba el Hotel Holiday Inn San José -
Aurola, de cinco estrellas, donde nos hospedamos.
En cuanto entramos a
la habitación, en un piso muy elevado, nos sorprendió la hermosa vista que
teníamos ante nuestros ojos. Y de inmediato, nos pusimos a tomar fotografías
desde el ventanal.
Vista parcial de San José.
El edificio rosado es el Hotel del Rey
Con Sonia y Clarita salí
a caminar por la ciudad. En el hotel nos indicaron que fuéramos hacia la
peatonal, pero no en el otro sentido debido a que era una zona peligrosa. Y así
hicimos.
Justo enfrente del
hotel estaba el Parque Morazán, con árboles frondosos, donde se encontraba el
Templo de la Música. Había mucha gente de todas las edades disfrutando del
paseo.
Parque Morazán con el Templo
de la Música
Seguimos por la Calle 5 hasta la Plaza de la Cultura, donde se encontraban debajo de ella el Museo del Oro Precolombino y el Museo Numismático. Se unía con la Plaza Juan Mora Fernández para formar el vestíbulo urbano del Teatro Nacional y el Gran Hotel Costa Rica.
Plaza de la Cultura
Buscamos un lugar
donde almorzar y como los precios estaban altos para nosotras, lo hicimos en un
autoservicio de comidas rápidas. Tampoco pretendíamos perder mucho tiempo
porque el día estaba muy agradable y estaba bueno continuar caminando.
Tomamos el Bulevar
Avenida Central, que se convertía en peatonal. Ya corría la tarde y estaba
repleta de gente porque había una alta concentración de negocios con las
principales marcas, restoranes, confiterías y hoteles. Pero nos costó encontrar
un locutorio, ya que nuestros celulares no tenían más señal y queríamos
comunicarnos con Buenos Aires.
Bulevar Avenida Central
Hacía quince años que
había estado por primera vez, y me encontré con una ciudad más crecida, en
especial a lo alto, con mayor nivel comercial y movimiento. Pero paralelamente,
con un aumento de la marginalidad e inseguridad.
Taxis frente al Teatro
Nacional
Recorrimos diferentes áreas y decidimos volver al hotel antes de que oscureciera. Pero nos habíamos perdido. No encontrábamos el número de las calles y al preguntar a diferentes personas descubrimos que nadie prestaba atención a la numeración sino que se guiaban por lugares destacados. Así que en cuanto preguntamos por el Holiday Inn, nos indicaron que estábamos a dos cuadras, pero desde la zona en que nos habían recomendado no ir.
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