domingo, 11 de diciembre de 2022

Últimos días de vacaciones en la Villa de Merlo

  Después de casi dos semanas de vacaciones, nos quedaban sólo dos días de estancia en la Villa de Merlo, por lo que nos levantarnos temprano, para disfrutar a pleno. Pero en cuanto terminamos de desayunar, mi madre acusó un fuerte dolor de oído, por lo que, mientras Omar cuidaba de los chicos en la piscina del complejo, yo comencé el rally en busca de un servicio de otorrinolaringología.

El hospital no contaba con ese servicio, mi madre no estaba afiliada a PAMI, y la clínica no atendía por la Obra Social de Locutores; pero por lo menos, aunque pagando una elevada suma, conseguimos un turno con un profesional que venía de Villa Dolores una vez por semana, y que afortunadamente, coincidía con esa tarde. Por suerte, se trataba de un tapón de cera por lo que pudo ser aliviada rápidamente, pero con la condición de que se cuidara del viento y de todo tipo de partículas que anduvieran volando. 

Ludmila (8) y Laurita (7) desayunando


Mi madre (87) desayunando

 

 

Laurita y Martín (19) terminando de desayunar

  

Martín, Laurita y Ludmila en la piscina del complejo vacacional

  

Cuando ya estaba bajando el sol y nos estábamos preparando para hacer una caminata, Ludmila, que se encontraba en el jardín en ojotas, tuvo la mala suerte de clavarse la espina de una planta en el pie, así que la llevé urgentemente al hospital. La atención fue de excelencia, pero no fue fácil la extracción por lo que la pobre lloró bastante, ¡y yo también por verla sufrir! La vendaron y debía continuar con los cuidados impidiéndole entrar a la piscina. 

Ludmila con el pie vendado en el jardín del complejo

  

Al día siguiente descansamos toda la mañana, pero decidimos hacer un paseo tranquilo dada la situación de convalecencia de mi madre y de mi nieta. Así que en un remis salimos a recorrer los alrededores de Merlo, pasando por Chumamaya y terminando la tarde en una casa de té.

Chumamaya era una zona de countries, un lugar absolutamente exclusivo, en el cual se había reunido un grupo de gobernadores que impulsó a Adolfo Rodríguez Saa a asumir como Presidente Provisional de la Nación, en la última semana del año 2001, en plena crisis económica y política de la Argentina. Pero, por falta de apoyo de otros sectores, quien había gobernado la provincia de San Luis durante dieciocho años, terminó renunciando en sólo siete días. 

Vista panorámica de Chumamaya

  

Chalets de Chumamaya

  

Llegando a la casa de té

  

Ludmila en el balcón de la casa de té

  

Vista del paisaje desde la casa de té

  

Laurita y mi madre en la casa de té

  

Ludmila y Laurita en el salón central de la casa de té

  

Esa misma noche pegamos la vuelta en un micro que tras una breve parada en la ciudad de Río Cuarto, provincia de Córdoba, nos dejó en la terminal de ómnibus de Retiro a la mañana siguiente.


 

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