sábado, 2 de septiembre de 2023

Pobreza y riqueza en Buenos Aires

 El viernes 16 de diciembre de 2011, volviendo de Mar del Plata después de haber tomado exámenes en la Universidad Nacional, me dormí profundamente en el micro, y cuando me desperté, ya estaba en el sur del Gran Buenos Aires, en una zona de impactante marginalidad urbana. 

Marginalidad urbana en el sur del Gran Buenos Aires

  

Y toda esa zona, tanto las ciudades de Berazategui como Quilmes, por donde pasaba la Ruta Nacional Número 1, se caracterizaba por las grandes diferencias socioeconómicas en un estrecho espacio.

En algunos partes se podría decir que se trataba de un área rur-urbana donde se criaba ganado a la vera de las casas, y, en otros casos, el terraplén construido para el tendido de los caminos había convertido determinadas zonas bajas en verdaderas lagunas cuando se producían inundaciones, lo que aumentaba la vulnerabilidad de la población. 

Berazategui, una localidad con fuertes diferencias socioeconómicas


Área rur-urbana en el partido de Berazategui

 

Vulnerabilidad en zonas inundables

  

El caso de Quilmes era paradigmático de esta situación ya que en una sola imagen se podían ver los bolsones de pobreza y de riqueza. 

Pobreza y riqueza en una sola imagen en la ciudad de Quilmes

  

Viviendas precarias en el partido de Quilmes

 

En pocos kilómetros más nos encontrábamos junto al Riachuelo, y, desde la autopista Dr. Ricardo Balbín tuve a mi derecha, es decir, hacia el este, el Dock Sur, perteneciente al partido de Avellaneda.

Su nombre provenía de la dársena (dock en inglés), construida en la margen sur del Riachuelo, utilizada en gran parte por buques petroleros, ya que la actividad más importante de la zona estaba concentrada en la industria petroquímica, que, a lo largo del tiempo produjera serios daños ambientales en la zona. 

Dock Sur, visto desde la autopista Dr. Ricardo Balbín

  

El Riachuelo constituía el límite entre la provincia de Buenos Aires y el sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires o Capital Federal, la que no pertenecía políticamente a dicha provincia.

En realidad, se trataba del río Matanza que era llamado Riachuelo cerca de su desembocadura en el río de la Plata en forma de estuario, de ahí el nombre del barrio porteño de La Boca.

Debido a que tanto La Boca como Barracas eran los barrios más bajos de la Ciudad de Buenos Aires, al soplar la sudestada, predominantemente durante los inviernos, el Riachuelo tenía imposibilitado el paso de su caudal al río de la Plata, produciéndose frecuentes inundaciones que habían podido ser controladas a partir de obras de infraestructura realizadas a mediados de la década de 1990. 

El Riachuelo, límite entre la provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires

  

La boca del Riachuelo, desembocadura en forma de estuario en el río de la Plata

 

Tanto por las industrias petroquímicas como por los efluentes de la zona y los desechos industriales vertidos en toda su cuenca, el Riachuelo se había convertido en el paradigma de las aguas contaminadas del país.

En 1993, la Secretaria de Medio Ambiente María Julia Alsogaray presentó un proyecto de limpieza del Riachuelo a completarse en solo mil días, lo que jamás llegó a realizarse, por lo cual la funcionaria fue imputada por enriquecimiento ilícito y malversación de los fondos que debían destinarse a dicha gestión ambiental.

Largos años el plan de limpieza del Riachuelo estuvo paralizado, hasta que, en 2007, el Congreso de la Nación sancionó la Ley Nacional Número 26.168, creando la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR), como ente de derecho público interjurisdiccional dentro de la órbita de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación.

La primera en ocupar la presidencia de ACUMAR fue Romina Picolotti, acusada de actos de corrupción y reemplazada por Homero Bibiloni, sin embargo, ese mismo año se comenzó con la remoción de barcos y su desguace.

En 2008 se lograron avances concretos que mejoraron el estado del ambiente y la calidad de vida de más de ocho millones de habitantes, relocalizando a las familias que vivían sobre las márgenes del río en asentamientos precarios construidos en una zona de riesgo ambiental, y, a la vez se invirtió en la construcción, ampliación y recuperación de desagües pluviales.

Y desde 2010 la Dirección de Salud del organismo llevaba adelante un estudio nutricional, de desarrollo psicomotor y toxicológico a niños, embarazadas y adultos mayores, permitiendo conocer el estado real de la salud de la población para actuar en consecuencia. 

El Riachuelo, las aguas más contaminadas de la Argentina

  

Desde los tiempos de la primera fundación de Buenos Aires por Pedro de Mendoza en 1536, el puerto natural había sido este pequeño río al que inicialmente llamaran “de la Matanza”, ya que allí se había librado una sangrienta batalla entre indígenas y españoles.

En el siglo XVII el cauce inferior del Riachuelo era muy diferente al del siglo XXI, ya que cerca de la desembocadura, su curso giraba hacia el norte, por el lugar que luego pasara a ser la Dársena Sur del Puerto Madero, hasta encontrarse con el río de la Plata en las cercanías del parque Lezama, lo que posteriormente fuera modificado con obras de relleno y canalización, permitiendo el ingreso de buques de ultramar.

Cuando Juan de Garay fundó Buenos Aires por segunda vez, en 1580, se lo conocía despectivamente como “Riachuelo de los Navíos”, ya que en su antigua boca encallaban los navíos europeos, a pesar de lo cual, continuó utilizándose como puerto natural tanto para embarcaciones de carga como de pasajeros. Más tarde tomó los nombres de “Riachuelo de Barracas” y de “Río de la Boca”, habiendo conservado simplemente la denominación de “Riachuelo”.

La zona estaba desolada, con vegetación y lugares donde las lavanderas realizaban su labor. Toda la ribera del río de la Plata era barrosa, lo que esto, sumado al escaso calado, daba tranquilidad a los vecinos de que ningún barco enemigo pudiese acercarse a esa aldea que era Buenos Aires. Los barcos llegaban a la distancia y luego en botes, descendían los pasajeros y las mercaderías hasta la orilla.

En 1881 el Ingeniero Luis Augusto Huergo presentó un proyecto que planeaba la construcción de una serie de dársenas como si fueran dientes de un peine, colocadas en forma oblicua, que cubriría la ribera desde la boca del Riachuelo hasta el norte. Pero se encontró con un fuerte competidor, con influencias, el comerciante Eduardo Madero, sobrino de Francisco Madero, el vicepresidente de Julio A. Roca, y vecino del barrio, quien, en 1882 presentó su idea, que era la de construir diques cerrados conectados mediante puentes, que consistirían en cuatro dársenas con dos canales, uno al norte y otro al sur. Hubo largas sesiones en el Congreso discutiendo ambas propuestas, con polémicas que se trasladaron a los vecinos, algunos partidarios de Huergo, y otros, de Madero. Y finalmente, en octubre de 1882 el Congreso aprobó el proyecto de Madero que se hizo con fondos de la Baring Brothers, y con el asesoramiento de Sir John Hawkshaw, un ingeniero inglés miembro de la Royal Society, siendo el contrato firmado por el Presidente de la Nación.

Las protestas de Huergo al remarcar las deficiencias del proyecto de Madero cayeron en saco roto, nadie lo escuchó. Y el 28 de enero de 1889 se inauguró la Dársena Sur, a la que se le impuso el nombre de Puerto Madero, finalizando la totalidad de la obra en 1898, año en que el puerto estuvo listo para operar.

En esos tiempos se incrementaron las exportaciones y comenzaron a llegar barcos cada vez más grandes, demostrándose la ineficiencia de la que tanto había insistido el Ingeniero Huergo, teniendo que rehabilitar las viejas y castigadas instalaciones del Riachuelo. Fue así, que, en 1911, en base al proyecto de Huergo, comenzaron a construir Puerto Nuevo, finalizándolo en 1928.

Mientras tanto, los grandes depósitos de ladrillo a la vista diseñados por Wayss y Freytag, se usaron para el almacenamiento de granos y mercaderías con destino al exterior, pero paulatinamente fueron perdiendo utilidad, y quedaron en el abandono.

Recién el 15 de noviembre de 1989 se firmó el acta de constitución de una sociedad anónima denominada Corporación Antiguo Puerto Madero. El año 1991 fue el punto de partida de una urbanización en la que fueron surgiendo restoranes, edificios de oficinas, departamentos y hoteles, y una explosión inmobiliaria que quintuplicó el valor del metro cuadrado.

Si bien fue positiva la recuperación de los depósitos, la construcción posterior de grandes torres, que además de quitarle aireación a la ciudad han sido edificadas sobre terrenos “ganados” al río de la Plata, con su consiguiente inestabilidad, se han constituido en un verdadero “zoológico de elefantes blancos”, con residencia de quienes heredaron tanto el espíritu comercial como las grandes limitaciones en cuanto a diseño arquitectónico del fracasado Eduardo Madero.

A pesar de que el Puerto Madero fue desactivado para el intenso tráfico de buques de grandes dimensiones, desde la Dársena Sur partían embarcaciones de menor porte como el caso de la empresa fluvial Fast Ferry, que cruzaban a la ciudad de Colonia del Sacramento, en la ribera uruguaya del río de la Plata.

En 1999, en el canal de la Dársena Sur se instaló el Casino Buenos Aires. Aunque en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires estaba prohibida la instalación de esa casa de juegos, por el hecho de haberse localizado en dos barcos anclados en aguas de jurisdicción nacional, lograron sortear la legislación local. 

Ingresando al canal de la Dársena Sur

 

Puerto industrial y de depósitos

  

Empresa fluvial Fast Ferry que cruzaba el río de la Plata

rumbo a Colonia del Sacramento en la República Oriental del Uruguay

 

 

Casino Buenos Aires funcionando en dos barcos anclados

 

Uno de los espacios de estacionamiento de Puerto Madero

 

Puerto Madero, uno de los barrios de mayor nivel socioeconómico de la Ciudad de Buenos Aires

  

Antiguos edificios reciclados y nuevas torres en Puerto Madero

 

Bancos, hoteles y viviendas de categoría en Puerto Madero

  

Y a menos de diez minutos del barrio más caro de Buenos Aires, se levantaba la Villa 31, más conocida como Villa de Retiro, uno de los lugares de mayor marginalidad de la Ciudad. Allí, las viviendas multicolores fueron creciendo tanto en extensión como en altura, siendo, algunas de ellas, absolutamente endebles.

Antes de que el micro ingresara a la terminal de Retiro, vecina a la Villa, pude ver zapatillas colgando de cables, que indicaban que en ese sitio se vendía droga. Ahora cabe aclarar que esto no era privativo de este barrio, en Puerto Madero también se vendía, pero de la buena, la de mayor pureza. En cambio, aquí era la denominada “paco”, que consistía en pasta base de cocaína, es decir, residuos disueltos tratados con querosene o gasoil, y mezclados con sustancias alcalinas o ácidos. Y esto no era menor, no porque la droga de calidad no fuera perjudicial, sino que este engendro era mucho más dañino, por generar mayor dependencia y deterioro del cuerpo y de la mente.

Por otra parte, en la Villa la vida social era muy intensa, se practicaban deportes y se tenía acceso a gran variedad de artículos a partir de las ferias que se armaban en sus calles, y, seguramente, con mayor sentido de la solidaridad que entre los habitantes de Puerto Madero. 

Villa 31 en el barrio de Retiro

  

Zapatillas en los cables como indicador de venta de droga

  

Un picadito en la Villa de Retiro

  

Feriantes en la Villa de Retiro

  

A diferencia de otros aglomerados del mundo donde la riqueza y la pobreza se manifestaban espacialmente en diferentes cordones bien separados entre sí, en el Área Metropolitana de Buenos Aires, ambos estratos se mantenían contiguos, en todos los distritos, siendo los sectores más marginados los que “sostenían” las necesidades de los más ricos.

Una muestra de esa vecindad era la vista del Kavanagh, uno de los edificios más emblemáticos y lujosos de Buenos Aires, desde la Villa 31, ambos en el barrio de Retiro. 

Vista del Kavanagh desde la Villa 31 en el barrio de Retiro


No hay comentarios:

Publicar un comentario