lunes, 18 de marzo de 2024

En el barrio Santo Domingo Savio de Medellín

  Desde la estación Carlos Gardel tomamos el Metroplus para dirigirnos a la estación Acevedo de la línea K, generalmente llamada Metrocable, que contaba con noventa cabinas y tres estaciones. Hicimos una larga fila ya que no se trataba de un cablecarril turístico sino del medio público que utilizaban los habitantes de la Comuna Uno para arribar a ese sector elevado de la ciudad de Medellín. 

Vista de la ciudad de Medellín desde el Metrocable

  

Vista general del Metrocable desde la estación Acevedo

 

 

Cruzando el río Medellín

  

La avenida Carabobo desde el Metrocable

 

Uno de los barrios de la Comuna Uno era el Santo Domingo Savio, una especie de favela donde se habían hecho intervenciones que reportaron grandes cambios. 

Barrio Santo Domingo Savio

 

La malla vial desordenada y conflictiva era el fiel reflejo de la formación espontánea, no planificada, característica de todos los barrios de la Comuna Uno. Se observaban entonces calles laberínticas sin una clara continuidad donde las veredas eran algo accidental, casi inexistente, discontinuo, con diversidad de alturas y materiales, construidas sólo por tramos y como producto del empeño particular e individual y no de la acción comunitaria o de entidades municipales. 

Malla desordenada y conflictiva

  

A nivel comunal existían, en dirección norte-sur, sólo tres ejes viales que atravesaban esta unidad territorial, lo que se debía, además de la urbanización no planificada, a las barreras topográficas como cauces y quebradas que interrumpían la continuidad de la mayoría de las carreras, por lo que eran sinuosas, estrechas y con un alto flujo vehicular. En dirección este-oeste poseía calles cuya característica general era su elevada pendiente, su estrecha sección vial y un alto porcentaje con sólo flujo peatonal, produciendo problemas de accesibilidad y abastecimiento. 

Calles estrechas, sinuosas y con elevada pendiente

  

La mayor parte de las construcciones eran precarias

  

La lluvia no se hizo esperar durante el ascenso

   

Una de las cabinas del Metrocable

  

Vista parcial del barrio Santo Domingo Savio desde el Metrocable

  

Acercándonos al barrio Santo Domingo Savio


Anteponiéndose a las viviendas y comercios levantados precariamente con ladrillo hueco a la vista, no como ornamentación sino como consecuencia de la imposibilidad de cubrirlos con revoque, se divisaba un gran edificio que más que un “elefante blanco” podría decirse que era un “elefante negro” y correspondía a una gran biblioteca construida por el gobierno español. 

Edificio de la biblioteca España

 

Un cambio importante que había afectado positivamente a toda la Comuna había sido la creación del Metrocable. Y si bien había surgido con el propósito de mejorar las condiciones de movilidad de los habitantes, indirectamente se convirtió en un detonante para el desarrollo urbano, mejorándose algunas vías y creando un nuevo espacio público de calidad. 

El Metrocable, un verdadero impulsador del barrio

 

El barrio Santo Domingo Savio en medio de una intensa niebla

 

Viviendas precarias en el barrio Santo Domingo Savio

  

Se trataba de una zona enteramente residencial por lo cual carecía de una estructura económica plenamente desarrollada, presentándose sólo comercios y servicios complementarios a la vivienda, especialmente por los principales corredores viales. En el sector de influencia del Metrocable se experimentaba una intensa articulación de microempresas y famiempresas construidas a partir de políticas públicas como el Banco de las Oportunidades y el proyecto Cultura E, de desarrollo empresarial. Uno de los tres ejes principales era la carrera 32, donde se encontraban todo tipo de comercios y servicios. 

Intensa actividad en la Carrera 32

  

Fina llovizna en la Carrera 32

 

Comercios y servicios en la Carrera 32

  

Una de las callejuelas peatonales con pronunciada pendiente

  

A cien metros de la estación Santo Domingo se encontraba la biblioteca España, donación hecha por el gobierno español. Su sencillo, pero espacioso lugar, contaba con varias salas con ejemplares disponibles para todo tipo de lector. 

Adornos de Navidad en las cercanías de la biblioteca España

 

Omar con Alberto Gutiérrez, profesor de la Universidad de Antioquía, junto a la biblioteca España

  

Moderna biblioteca España…

  

Junto a una zona de edificaciones precarias

  

Viviendas con ladrillo hueco a la vista, por imposibilidad de ser cubiertas con revoque

  

Acumulación de basura en muchas esquinas

  

Vista de Medellín desde la biblioteca España

  

Las nubes no nos permitían ver las montañas

  

Estructura urbana sumamente compleja

  

Con el profesor Gutiérrez recorrimos el barrio mientras nos hacía conocer los episodios de violencia frecuentes en el lugar y el papel de la Iglesia intentando recomponer la situación. 

Listado de quienes perdieran la vida en el barrio, víctimas de la violencia

  

Cruz armada con ladrillos huecos

  

Tomamos la merienda con algunas tortas elaboradas por mujeres que habían iniciado un pequeño emprendimiento. El lugar estaba muy limpio y los alimentos eran de buena calidad. Pero ellas eran muy tímidas y les costaba relacionarse, y cuando Alberto les comentó que éramos argentinos, quedaron muy emocionadas por haber podido atendernos.

Y ya antes de que oscureciera, tomamos nuevamente el Metrocable para regresar temprano al Centro de Medellín. 

Descendiendo en el Metrocable

 

Dejamos atrás la biblioteca España

  

Gran cantidad de viviendas sobre la ladera

  

Regresamos al hotel y siendo las ocho de la noche, nos dispusimos a cenar. El menú del día era sopa de cebolla, carne mechada, ensalada de lechuga, fresa y arroz con plátano dulce, acompañado por jugo de maracuyá. Y costaba sólo tres dólares y medio. ¡Un regalo!

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