viernes, 15 de marzo de 2024

Por la ruta colombiana del café

   El lunes 16 de enero, Omar y yo, estábamos dejando la ciudad de Cali, para dirigirnos a Medellín, lo que hicimos en una buseta por la carretera número 25, que corría casi paralela al río Cauca, por un verde valle que se extendía entre la Cordillera Occidental y la Central de los Andes Septentrionales.

  El valle se encontraba a una altura promedio de 1200 m.s.n.m. por lo que las temperaturas eran bastante moderadas en relación con la latitud que era casi ecuatorial. Por esa razón, y sumado a la fertilidad de los suelos, se desarrollaba una variada agricultura, predominantemente de cereales al sur, y cultivos tropicales, especialmente café, hacia el norte. 

Verde valle entra las cordilleras Occidental y Central de los Andes Septentrionales

 

Gran fertilidad en el valle intermontano del oeste de Colombia

 

 

Presencia de molinos de viento para dotar de agua a los cultivos

  

Cultivo de cereales a más de 1000 m.s.n.m.

 

En este sector del valle del Cauca la vegetación originaria era un bosque sub-xerofítico donde abundaban varias especies de cactáceas, arbustos y árboles espinosos, variedades de higuerones, leguminosas, acacias y bromelias; pero el bioma natural había sido reemplazado por tiernas pasturas para la cría de ganado bovino y equino. 

Tiernas pasturas que reemplazaban al  bosque subxerofítico

  

El alambrado indicaba la presencia de ganado

  

Ganado vacuno en lo que fuera previamente un bosque

  

Caballos pastando en las verdes praderas

  

Casa de campo muy bien dotada

  

El río Cauca era la segunda arteria fluvial de Colombia, y en su recorrido pasaba por más de ciento ochenta municipios.

Varios centros urbanos se localizaban a lo largo del valle del río Cauca

 

Una población rodeada de verde

  

Tránsito moderado durante todo el recorrido

  

Diferentes tonos de verde en todo el camino

  

Pueblos sobre la ladera de la Cordillera Occidental

  

Cultivos intensivos de café cercanos a las viviendas

  

En general la carretera estaba en muy buenas condiciones, sin embargo, la marginalidad de muchos pobladores se vislumbraba a cada paso. 

Carretera moderna y alguien caminando con su carga al hombro por la estrechísima banquina

  

Por uno de los puentes de la carretera número 25

  

Pasando por otro centro urbano

  

La cuenca hidrográfica del Cauca comprendía un área de algo más de sesenta y tres mil kilómetros cuadrados, y era el lugar de diversas actividades productivas como la agricultura, la ganadería, la explotación minera, y la generación de electricidad, entre otras. 

Extensas praderas de pastaje en suaves colinas

 

 

Cauce del río Cauca

  

Plantaciones de especies comercializables

  

Cultivo de café

  

Mayor densidad de flora en áreas donde no llegaba el ganado

  

La ruta en buen estado no dejaba de ser peligrosa

  

En la zona se cultivaban gran variedad de productos que abastecían tanto a la alimentación de la comunidad, como a las industrias alimenticia y farmacéutica. Entre los alimenticios se encontraban el chontaduro, el plátano, el banano, la naranja, el árbol del pan, el caimito, la papa china, el camote, el coco, el borojo, y el café, entre otros. Y entre las plantas medicinales, el limoncillo, la manzanilla y el toronjil.

 

Cultivos hasta en las laderas más empinadas

 

 

Plantación de pinos

 

Café y plátanos

  

Diversidad de cultivos alimenticios y medicinales

 

A mitad de camino, cuando ya habíamos pasado largamente el mediodía, bajamos en un parador para almorzar. Omar prefirió una espesa sopa acompañada por una arepa y una rodaja de limón, pero yo elegí un plato típico, que incluía entre otras cosas, dos carnes, una banana y papas fritas. Pensé que al tratarse de un lugar en la ruta donde todos debían permanecer poco tiempo, ya tendrían los menús pre-elaborados, ¡pero no!; así que tardaron tanto que tuve que comer apurada y dejar algo en el plato, cosa que me molestaba sobremanera. 

Omar tomando una sopa acompañada por una arepa y limón

  

Yo preferí una contundente comida tradicional colombiana

  

Prosiguiendo el viaje por el Eje Cafetalero y la Región Paisa, ingresamos al departamento Caldas, cuya capital era la ciudad de Manizales. Manizales era considerada, además, la capital cafetera de Colombia, y reconocida también como “La Capital Mundial del Café”.

La región cafetera de Caldas había sido incluida recientemente en la lista de Patrimonio Mundial como Paisaje Cultural Cafetero por el Comité de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Y dentro de la zona, Chinchiná era el municipio donde se cultivaban uno de los mejores cafés de exportación de Colombia. Allí se ubicaban las plantaciones más tecnificadas para la producción del grano, y una de las más grandes y sofisticadas procesadoras de café liofilizado en el mundo. La liofilización consistía en un proceso de deshidratación usado generalmente para conservar un alimento perecedero o hacerlo más conveniente para el transporte. 

Plantaciones de café de Chinchiná

 

Caldas se caracterizaba, además, por su topografía montañosa por lo que era posible encontrar todos los pisos térmicos, y de hecho diferentes biomas en un espacio muy acotado. Allí se destacaba la selva húmeda, hidrófila, que contaba con cuarenta y cinco mil especies de flora y casi seis mil de fauna. 

Selva húmeda hidrófila

  

Planta en forma de enorme penacho

  

Manchones de pastizales en la ladera selvática generados para la alimentación del ganado

  

Laderas enteras raleadas para dar paso a pastizales y cultivos

 

Establecimientos agropecuarios en toda la región

  

Al cruzar el río Cauca, que corría con fuerza, observamos no solo las diferencias socioeconómicas de los habitantes de un lado y otro de sus márgenes, sino una selva en galería que contaba con diversidad de árboles como el laurel, el roble y los cocoteros, parásitas, musgos, helechos, orquídeas, anturios, piñas, plantas trepadoras y urticantes.  

Desde uno de los puentes del río Cauca

  

Viviendas en ambas márgenes del río Cauca

  

Gran marginalidad en zonas ribereñas del río Cauca

  

Selva en galería en ambas márgenes del río Cauca

  

El Cauca corriendo con fuerza

  

Continuando rumbo al norte ingresamos al departamento de Antioquía, donde se encontraba un pequeño pueblo situado en ambas márgenes del caudaloso río Cauca, denominado La Pintada.

Esta población de apenas seis mil habitantes en 2012, año en que nos encontrábamos allí, contaba con diferentes apelativos que daban cuenta de sus características principales: “Emporio Turístico de Antioquía”, “La Mejor Esquina de Antioquía”, y “La Puerta de Antioquía”.

La Pintada se había ido creando espontáneamente como asentamiento y agrupamiento de colonos en la región, la cual había venido siendo lugar de convergencia de varias rutas y caminos del sur y oeste del país. Y si bien no tuvo fundadores específicos, puede decirse que su vida comenzó en 1921.

Sus principales actividades económicas han sido los cultivos de cítricos, cacao, la cría de ganado, la pesca, la minería, el comercio y cada vez más, el turismo. 

La Pintada desde uno de sus puentes

  

Densa vegetación en alta montaña

  

Viviendas rodeadas de vegetación natural y plátanos plantados

  

Casas precarias en los suburbios de las ciudades principales

  

Viviendas de la clase media en Antioquía

  

Centro urbano en el departamento de Antioquía

  

Los Andes Tropicales eran los más ricos en biodiversidad de toda la Cordillera, pero, tal como en otras zonas, había sido talada indiscriminadamente la selva para dar lugar a la plantación de pinos para la construcción de muebles y otras demandas de baja calidad, y para expandir el área cafetalera, así como la de otros cultivos y la cría de ganado. 

Plantación de pinos reemplazando a la selva

  

Plantaciones de café

  

La mayor diversidad de toda la cordillera de los Andes

  

Establecimientos agropecuarios en Antioquía

  

En sus mil trescientos cincuenta kilómetros de recorrido, el río Cauca era el vertedero de aguas residuales de más de diez millones de personas, además de las minas de oro que utilizaban mercurio en su extracción y varias areneras artesanales e industriales localizadas en las cercanías de sus nacientes. Por esa razón, ya al llegar a la ciudad de Cali, las empresas municipales debían gastar importantes recursos en oxigenación de sus bocatomas. Pero, a su vez, el canal colector de Cali vertía sus aguas sin tratamiento al río Cauca. En el resto de su ruta, este curso fluvial recibía diariamente más de trescientas treinta toneladas de residuos orgánicos de ciudades como Pereira, Manizales y Medellín. 

Río Cauca sumamente contaminado

  

Después de ocho horas de viaje arribamos a la ciudad de Medellín, y tras bajar del vehículo que nos había transportado, advertí que había olvidado una hermosa campera reversible con la inscripción UCR (Universidad de Costa Rica), que había adquirido sólo seis meses atrás. Y como la buseta ya se había ido, reclamé en la ventanilla de la terminal para que el chofer se allegara hasta allí; pero, haciéndose ya de noche, nos informaron que no se encontraba en mi asiento, por lo que alguien ya estaría luciéndola alegremente. 

Llegando a El Poblado, una de las dieciséis comunas de la ciudad de Medellín

  

A bordo de un taxi comenzamos a buscar un lugar donde hospedarnos. Nuestra intención era hacerlo en un lugar céntrico y que cuyo costo no fuera elevado, pero nuestros primeros intentos fueron infructuosos, ya que gran parte de dichos alojamientos tenían un ambiente temible. Pero felizmente, después de dar varias vueltas, conseguimos ubicarnos en el hotel Eupacla, de una estrella, pero absolutamente tranquilo.

Salimos a caminar por la peatonal en busca de algo para cenar, y después, ¡a descansar...!

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