sábado, 20 de junio de 2020

En Cuenca


  
“Viajar solía ser un placer; ahora se ha convertido en industria. No hay duda que existen hoy mayores comodidades para viajar que hace cien años. (…) No obstante, viajar parece haberse convertido en un arte perdido”, decía Lin Yutang.
Sin embargo, nosotros pretendíamos continuar desarrollando ese arte perdido, y por eso, salimos de Riobamba en un micro de línea popular. ¿Comodidades? Ninguna. Nada que ver con las combis que realizaban turismo formal. Pero justamente era lo que queríamos, viajar como lo hacía la gente del lugar, para poder conocer la realidad y no tener una versión naif de la región.

Población indígena sólo en los transportes públicos


Encaramos hacia el sur continuando el recorrido por la Avenida de los Volcanes. Nuestro próximo destino sería la ciudad de Cuenca. Viendo el mapa de manera ligera parecería que estaba allí nomás, muy cerca. Pero todo el camino esra de montaña y por esa razón, la distancia se estiraba sobremanera.

En el camino pasamos por varias localidades en los valles intermontanos. Vista panorámica de Alausí


Se trataba de una zona de gran densidad de población, incluso la rural, por lo que el micro no solamente que entró en todos los pueblos, sino que la gente iba subiendo y bajando en pleno campo.
Y en uno de los pueblitos vimos con sorpresa un cartel que, además de anunciar una fábrica de quesos, incluía en su oferta dulce de leche, cosa que a los argentinos nos parecía insólito porque siempre nos habían hecho creer que, además de ser un invento nuestro, teníamos la exclusividad mundial de su elaboración.


Producción de lácteos en los valles de la Avenida de los Volcanes


Y después de un fantástico recorrido por la Región de la Sierra Ecuatoriana, a mitad de la tarde ingresamos a la ciudad de Cuenca, cuya plaza central se encontraba a 2550 m.s.n.m.

Ciudad de Cuenca en la Región de la Sierra


Cuenca se desplazaba a través de tres terrazas, y el río Tomebamba separaba la terraza media donde se encontraba la ciudad vieja de la terraza baja, lugar de asentamiento de la ciudad nueva. En este último sector había edificios modernos, barrios residenciales, los principales centros comerciales, avenidas anchas, espacios verdes, centros educativos, deportivos y hospitales con tecnología de última generación. Mientras que en el Centro Histórico las calles eran estrechas, y se mantenían muy bien conservadas antiguas construcciones tanto de viviendas como de templos y edificios públicos.

La ciudad moderna vista desde un puente del río Tomebamba


Balcones del Centro Histórico


El Centro Histórico había sido declarado en 1999, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La ciudad era tan importante por su nivel cultural, por su arquitectura, por el desarrollo de las artes, las ciencias, las letras y por ser el lugar de nacimiento de muchos personajes ilustres de la sociedad ecuatoriana, que era llamada la Atenas del Ecuador.

Calle del Centro Histórico


 La ciudad fue fundada el 12 de abril de 1557, sobre las ruinas de Tomebamba, con el nombre de Santa Ana de los Ríos de Cuenca, por el Capitán Gil Ramírez. Lo acompañaban un grupo de españoles y los caciques Diego, Juan Duma y Hernando Leopulla.

Monasterio de las Conceptas



En su zona histórica y central se conservaba el trazado en cuadras perpendiculares o en damero, propio de los cánones urbanísticos españoles de la época de su fundación.


Plano en cerámica en el centro histórico



Si bien algunos conventos e iglesias databan del siglo XVIII, gran parte de las construcciones eran republicanas, ya que procedían del siglo XIX.
  

Predominio de arquitectura republicana


La ciudad era muy tranquila para caminar, entrar y salir de sus iglesias y museos, ya que se tenía la sensación de que el tiempo no pasara. Turistas de todo el mundo la visitaban, y muy especialmente europeos.

Cuenca era una verdadera muestra arquitectónica



Como en muchas otras ciudades hispanoamericanas, se destacaba la arquitectura barroca que se caracterizaba por la abundancia, muchas veces exagerada, de elementos decorativos, explotación de los contrastes, imitación de la naturaleza y propensión a lo trascendental, a lo solemne y a lo magnífico.


Un exponente del barroco en el Centro Histórico



Las cúpulas celestes podían verse desde lejos y constituían una particularidad de la ciudad, cuyas iglesias nos daban muestras de diferentes estilos.


Iglesia San Cenáculo


Muy extenso el Centro Histórico que, como el resto de la ciudad, se destacaba por su orden y limpieza.

Orden y limpieza en toda la ciudad



La Nueva Catedral de Cuenca o de la Inmaculada Concepción era una conjunción de los estilos románico y barroco. Su construcción había comenzado en 1880 y debido a sus dimensiones era considerada una de las más grandes de Sudamérica. Estaba hecha de alabastro y mármol. Y los pisos, cubiertos de mármol rosa importado en su tiempo desde Carrara, Italia.


Nueva Catedral de Cuenca o de la Inmaculada Concepción


La zona del barranco era el límite entre el sector antiguo y el moderno, tratándose de una zona residencial de alto nivel socioeconómico. Estaban presentes tanto casas tradicionales de lujo con amplios jardines que daban al río como las modernas construcciones con los últimos recursos arquitectónicos.
  
Viviendas modernas de alto poder adquisitivo


Casas de lujo de familias tradicionales


Para tener una visión panorámica subimos a uno de los tantos cerros que rodeaban la ciudad. Y al llegar al mirador pudimos tener una idea mayor de la extensión y de los diferentes barrios.


Vista parcial de la ciudad de Cuenca


Vista panorámica de la ciudad de Cuenca


Si bien al alejarnos de la zona céntrica las condiciones socioeconómicas eran más deficientes, sin duda, se trataba de la ciudad ecuatoriana con mejores niveles relativos y con gran predominio de clase media.

Vehículo en el cual realizamos el ascenso al cerro


Cuenca gozaba de un clima primaveral durante casi todo el año, con temperaturas extremas que iban de los 7ºC a los 25ºC, lo que la convertía en ideal para el cultivo de flores que se exportaban a todo el mundo.

Feria de flores en el Centro Histórico


Realmente fue una grata vivencia conocer esta ciudad, que, a pesar de ser la tercera en cantidad de habitantes del Ecuador, tenía una belleza y una calma excepcionales.



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